Capítulo 23. Está bien, te dije que no fue nada especial. Después de su conversación con Maximiliano en la oficina, Daniela se sintió inquieta. Hablar de lo ocurrido en su viaje a Nueva York había removido sentimientos que no quería enfrentar. Sabía que la relación con Max debía mantenerse de manera profesional, pero las palabras de él habían dejado una huella en su mente, y por más que intentara ignorarlo, su corazón latía más rápido cuando estaba cerca de él. Tratando de distraerse, decidió almorzar con Javier, su colega y amigo de confianza. Habían compartido muchos almuerzos antes aquel viaje, y la rutina de siempre parecía un buen escape para calmar su ansiedad, además de controlar su alocada mente que comenzaba a jugar con ella de una manera peligrosa. Sin embargo, mientras ambos s