Capítulo 21. No quiero a Melisa allí. Los días que siguieron fueron una verdadera prueba para Daniela y Maximiliano. Mientras Daniela aprovechaba su tiempo libre para reflexionar y aclarar sus pensamientos, Max se sumía cada vez más en su propia batalla interna. La presencia constante de Melisa en su vida y en su oficina solo sirvieron para alterar su mundo por completo, pues todos en su empresa comenzaron a especular que la persona que lo había acompañado en su viaje había sido ella, e incluso el departamento de contabilidad ahora comprendía las exorbitantes cifras que habían llegado de las diferentes facturas consumidas en prendas de vestir femenina e incluso en aquella tienda de ropa interior muy reconocida en el país. Solo los empleados del primer piso se preguntaban donde estaría la