UN ALMUERZO

1410 Words
Adeline ¿Se había quebrado la cabeza? No lograba entender el abrupto cambio del Billonario, ayer me puso patitas en la calle y hoy quería reuniones. Activé mi protocolo de emergencia, esto en ninguna parte del mundo olía bien. Decidí tener cuidado con el CEO, todos sus antecedentes me demostraban que no era de fiar, él no daba puntada sin hilo. Seguramente algo más quería conseguir. -¡Jefa!- Ely dio un salto de su silla al verme llegar al despacho. -¿Cómo le fue?- dijo rápidamente -Vamos a mi despacho y ahí te cuento- contesté sin dejar de caminar Ella tomó velozmente su tablet y me siguió. Cerró la puerta tras de ella. Lancé las carpetas sobre mi escritorio y me saqué la casaca que llevaba para luego recostarme sobre mi Berger. Ely me miraba atenta. -Pfff- solté un sonido de mis labios - No me creerás- dije intrigante. -Vamos jefa...- dijo mi asistente mientras se acomodaba en una de las sillas -Quiere que sostengamos varias reuniones- dije girando mis ojos. -¿Como?, ¿varias?- acotó llevándose una mano a la cabeza -Así como oyes, varias. Yo iba por una sola reunión y ahora el muy cabrón quiere varias. -¿Y que le dijo usted?- preguntó curiosa Ely -¿Que más podía responder? si no aceptaba corría el riesgo de perder todo lo avanzado- crucé mis brazos delante de mi pecho -Mmm ya veo, hizo bien- dijo relajada -Además a nadie le molestaría estar con el Billonario más guapo del país- soltó una risita nerviosa -¡Elizabeth!, te recuerdo que esto es T-R-A-B-A-J-O- dije haciendo un alto en cada letra- compórtate como una profesional Ella me miró y trato de aguantar la risa lo que más pudo. -Anda vamos jefa...jajajjajaja- dijo para al final lanzar una gran carcajada Y yo al igual que ella no aguanté la risa y terminamos ambas agarrándonos los estómagos. Era cierto, Malek era el empresario más guapo que había visto, tenía un cuerpo atlético y una estatura envidiable. Su cabello era lacio y dorado y era dueño de unos ojos con un verde profundo cautivante. Si tan sólo no tuviera ese carácter ni esa arrogancia quizás, sólo quizás lo vería de otra forma. Sonreí al imaginar esa tontería. -Vamos Ely, te invito a almorzar para celebrar- le dije a mi asistente mientras caminaba hacia la salida. ******** Malek La visita de Adeline me dejó de tan buen ánimo que decidí invitar a mi madre a almorzar, no quería que pasara más tiempo, mi madre era capaz de hacer varias cosas cuando se sentía desplazada y a mí, me convenía tenerla de mi lado. -Susan- dije por el intercomunicador -¿Si jefe?- respondió ella de inmediato -Llama a mi madre y dile que la veré en el Eleven Madison Park a las 14h -Si jefe -¿Algo más?- dijo con voz temblorosa, pude imaginar su cara entrecerrando los ojos a la espera de alguna reprimenda. -Si, tómate la tarde -Perdón jefe, creo que le oí mal Dios...esta chica me estaba matando -Que te tomes la tarde Susan -Si jefe, muchas gracias jefe....gracias jefe Sobre las 14h llegué al lujoso restauran, el cual era muy conocido por sus espectaculares carnes. El recepcionista me abordó de forma familiar, ya que yo frecuentaba harto ese lugar y además siempre dejaba una suculenta propina. Me señaló la mesa en la cual estaba mi madre, me acomodé la corbata y comencé a caminar hacia ella. A medida que caminaba algunos empresarios y conocidos que comían allí, me saludaban de forma hipócrita. Me encantaba sentir el poder de esa forma, me sentía reconocido e influyente. Mi nombre estaba en lo más alto del escalafón empresarial. -Querido- dijo mi madre mientras me daba un beso en la mejilla -Mamá...-le respondí fríamente -¿Dónde esta el pequeño niño que solía esconderse entre mis faldas?- dijo con mirada meláncolica -Madre, no seas dramática, ahora soy un hombre echo y derecho -Y muy exitoso- me dijo esbozando una sonrisa de orgullo Era sabido que a mi madre le gustaban las comodidades y que yo fuera inmensamente rico eso a ella le enorgullecía, porque significaba que podía darse cualquier estúpido lujo sin escatimar en gastos. Ordenamos dos filetes mignon y foie gras. Más una botella de vino Cabernet Sauvignon sublime de la bodega del Screaming Eagle, famosa por su excelencia. Mientras comíamos mantuvimos una conversación bastante agradable hasta que mi madre tocó el tema una vez más, no perdía oportunidad para preguntar siempre lo mismo. -Malek ¿Cuándo tendrás novia? ¿familia, hijos? -Madre, ¿otra vez con lo mismo?- giré mis ojos -Pero hijo, ya es hora de que formes una familia tienes que dejar descendencia para que, al igual que tu, pasen al frente de la compañía Ahí estaba la verdadera razón por la que mi madre quería que yo tuviera un hijo, era detestable y por eso mismo era que la evitaba, su forma de pensar distaba mucho de la mía y siempre chocábamos. -Bien madre creo que hemos terminado- dije hastiado del tema -Como quieras, pero el momento algún día llegará Malek -No me interesa tener novia ni formar una familia, ¿Cuántas veces te lo tendré que repetir? -Dios Santo- se levantó de su silla, para caminar directo al tocador. Sentí alivio de que se alejara un poco de mi, necesitaba respirar. Solté los cubiertos, por que incluso se me había quitada hasta el apetito y cerré mis ojos. Un ruido me devolvió a la realidad. Una torpe chica había tropezado con un mesero y este había tirado toda la bandeja al suelo, al parecer los platos eran bastante caros por que tuvo que aparecer el administrador a poner orden. La chica peleaba con el administrador a viva voz, y este último le cobraban todos los platos que había acabado de tirar. No pude evitar mirar el escándalo e inmediatamente pensar en lo vulgar que se estaba volviendo el restaurante. Una voz conocida me hizo fijarme aún mejor en la escena, no lo podía creer a la torpe chica la acompañana Adeline, mi Adeline. Me levanté sin pensarlo y caminé hacia el grupo. La voz imponente del administrador se cayó en seguida cuando me vio aparecer. -¿Algún problema con las señoritas?- dije clavandole mi mirada Adeline quedó petrificada y note como su mandíbula se le desencajó un centímetro. -Señor Al Saud, lamento que le estemos incomodando, es que estas señoritas de niegan a pagar lo que arrojaron- dijo de manera acusatoria. -¿Y por eso tanto problema? El administrador se puso al rojo vivo, estaba muriendo de la vergüenza -Cárgalo a mi cuenta- dije secamente -Pero señor estos platos son exclusivos, valen más de ....- -¿Y tu crees que eso es problema para mi?, ¡sólo hazlo!- lo fulminé con la mirada -Si señor, de inmediato- se fue arrastrando como un gusano a su puesto. -No era necesario- dijo de inmediato Adeline -Gracias señor- dijo la otra chica Adeline casi la partió con la mirada, entonces la segunda se dio media vuelta y volvió a su mesa. -Gracias, pero como le dije no era necesario- me dijo fríamente. -Espero que esto sirva para ahorrarme una demanda- traté de ser gracioso, pero me salió horriblemente mal, estaba acostumbrado a ser un plomo y por lo tanto esos acercamientos a mi no se me daban. -Ni lo sueñe señor- dijo achicando sus hermosos ojos almendrados ¡Diablos! me volvía loco. La hubiese invitado a almorzar conmigo pero la presencia de mi madre me lo impedía, le acababa de aceverar que jamás tendría novia y ahora no podía llegar con una chica a la mesa. -Hasta mañana- Adeline cortó la conversación con una fría despedida -Hasta mañana- dije asintiendo con mi cabeza. ********* Adeline -Wooowww es muchísimo más guapo en persona- dijo Ely cuando me senté a su lado de nuevo Giré mis ojos y suspiré -Pero si vieras su caracter se te olvidaría su físico, hablar con él es como masticar vidrio- reí -jajaja al menos me salvó de gastar todo mi sueldo hoy- recordó Ely -Vaya que si, fue oportuno- le respondí Me quedé mirando a lo lejos como Malek se retiraba de su mesa acompañado por su extraña madre. No se porque lo seguí con la mirada, pero la mantuve hasta que desapareció tras la puerta de acceso del fino restaurante. Malek Al Saud...¿que te traes?
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