INDISPUESTA

1648 Words
Adeline Llegue a la pequeña habitación donde me estaba alojando, un Hotel bastante humilde en Mott St. una calle aledaña al famoso Chinetown de NY. Las noches no eran exactamente silenciosas si no todo lo contrario, el jolgorio de la concurrida ciudad china se sentía hasta altas horas de la madrugada, y cuando justamente yo debía trabajar, los chinos dormían. Debía buscar pronto otro lugar pensé, mientras me recostada en un pequeño sitial al centro de la habitación. Me saqué mis zapatos y masajee mis pies, pensé en prepararme una mascarilla para la cara, pero el cansancio me venció y lo postpuse para otro día. Habían sido días intensos, tratando de entrar a la millonaria empresa, y cuando creí que lo había logrado el detestable señor Al Saud me salió con que quería varias reuniones, con el solo echo de pensar en esos encuentros me cansaba. Seguramente no servirían para nada más que para pelear y discutir, horas interminables de charlas para no ponernos de acuerdo nunca. Mi actitud frente a las reuniones era bastante pesimista. Sentí mi celular vibrar...¿quién será a esta hora? Miré la pantalla e inmediatamente giré mis ojos, tiré me cabeza para atrás y dije : -Otra vez el número desconocido- había estado cortando la llamada durante todo el día, sin embargo me atreví a contestar esta vez solo por la curiosidad de su insistencia. -¿Hola?- dije con voz evidentemente cansada -Ady- hizo una pausa nerviosa-¿Cómo estás? -Vamos, ¿para eso me llamas? ¿para saber como estoy?, no se como tienes cara Robert -Ady por favor no me cortes- dijo implorando -Ni siquiera debí contestarte- dije molesta -Pero lo hiciste Formé con mi labios una mueca nerviosa. - Ady, estoy en NY -¿Qué tu queee?, ¿acaso estás loco? , ¿me estar siguiendo? -¡No!, yo....solo vine por una reunión de negocios me iré en 2 días Llevé mi mano a mi frente y cerré lo ojos -¿Y eso que tiene que ver conmigo?- dije de manera fría - ¿Podemos vernos? -Ni en tu sueños- estaba dispuesta a cortar la llamada pero el siguió hablando -Adeline, lo siento mucho solo dame una oportunidad de explicarte- su voz se quebró -¿Explicarme qué?, ¿Explicarme qué bebiste hasta el cansancio y por eso me lanzaste contra la pared? o ¿acaso me quieres explicar tu relación con tu asistente?- escupí cada palabra con furia, lo odiaba tanto. -Ady....- dijo con evidente amargura -No me busques más- le dije antes de terminar la llamada Caí sentada sobre el sitial, el dolor me comenzó a brotar por lo poros. Y rapidamente mis sentimientos se convirtieron en cientos de lágrimas cayendo por mis ojos. Tenía una herida que según yo estaba cerrada pero cuando el me buscaba se abría de lado a lado. Robert era mi ex novio, lo había conocido en la universidad fuimos compañeros de clase y luego novios, nuestra relación duró 4 años. Y hace exactamente 1 año lo pillé engañandome con su asistente en su buffet; recuerdo que ese día lo encaré al llegar a casa, el venía tan bebido que estaba fuera de sus cabales, comenzamos a discutir y todo se salió de control, él al verse descubierto se lleno de irá y como yo no lo queise escuchar me tomó con todas sus fuerzas y me lanzó con la pared. Juré nunca más verlo, no podía aguantar tal acto de violencia. Me quería mucho como para soportar eso. Ese día fue el último que lo vi en persona. Durante este año ha estado tratando de buscarme, pero yo siempre me he negado. No tenemos nada más que hablar. Pensé secando mis lágrimas con el dorso de mi mano. ****** Malek Me levanté más nervioso que nunca, rebusqué en mi cabeza y no tenía recuerdos de haberme sentido jamás así. En mi posición era yo el que ponía nervioso e incómodo a los demás. Me demoré más de la cuenta en elegir mi atuendo, no sabía con qué color de camisa podía llamar la atención de Adeline. Y caí en cuenta que realmente no sabia nada de ella, de sus gustos e intereses, hobbies o aficiones...nada ¿Y si la buscaba en i********:? Parecía una locura...a eso se le llamaba ¿stalkeo?. Estaba tan alejado de ese mundo, que temí que si la espiaba podía considerarse delito. Tomé mi celular y mis manos parecía de mantequilla, pero finalmente me arrepentí y dejé todo tal cual. Quizás podría contratar a un detective privado, pensé...ya saben como en los viejos tiempos. Lo tendré presente... Elegí pantalones marrón y una camisa celeste claro, quise jugármela por un atuendo más casual, se que era una locura dejar mi corbata y me traje n***o, pero quería probar. Arreglé mi pelo ordenadamente para un lado, y me puse un perfume caro. Llegué a mi despacho a las 07.30 am, ya que mi ansiedad no me permitió quedarme en casa ni un minuto más. Me miré tres veces antes de las 08 am, en el espejo de mi baño privado. Me veía bien, pero aún así estaba un tanto inseguro. Acerqué mi rostro para ver mejor mi reflejo, lo urgué en busca de alguna imperfección y sonreí complacido al notar que no las había. Ahora solo me quedaba aguardar su llegada, sería largas horas junto a ella y quizás podría indagar algo más de su vida y de esos hermosos ojos almendrados que me volvían loco. En una hábil jugada, decidí no convocar a ninguno de mis abogados, quería tiempo solo con Adeline y ellos solo suponían un estorbo para mi con sus tontas preguntas y papeles. A las 08 am le hable a Susan y cancelé todas mis citas para ese día. A las 08.50 am sentí 2 golpes suaves en mi puerta, mi sangre bajó a mis pies y me puse realmente nervioso...¿sería ella?, me alegraba pensar que era igual de puntual que yo. -Pase- dije mientras estiraba mi camisa Mis hombros se bajaron cuando vi entrar a mi estúpida asistente. -¿Qué quieres?- la fulminé con la mirada -Señor disculpe, llamó la señorita Jensen y se disculpó; el día hoy ella no vendrá por que se encuentra indispuesta, pero en su lugar envío a su asistente- dijo con voz nerviosa, y tenía razón al sentirse nerviosa por que mi cara se sulfuraba aún más con cada palabra que decía. Apreté mi puño con todas mis fuerzas y tense mi mandíbula. Sentí mis ojos volverse rojos por la ira. Susan se mantenía erguida pero cabeza agacha frente a mí escritorio. -¡Que se vaya!- dije golpeando la mesa con uno de mis puños. Mi asistente llegó a saltar ante el golpe que di y salió velozmente por la puerta. ¡Agghhh! estaba enrojecido de la rabia, sentí el aire de mis pulmones salir caliente por mis fosas nasales, y tenía deseos de derribar la pared con un golpe. ¡¿Cómo se atreve a plantarme?!, pensé Hice una larga pausa, mis acciones se volvían cada vez más calmadas, mi rostro se destensó, finalmente pensé. ¿Y si esta enferma? o ¿si le sucedió algo? Me sentí culpable por mi reacción anterior y comencé a caminar angustiado de un lado para otro de mi despacho, metí mis manos a mis bolsillos y luego las llevé al cabello y así infinitas veces como emulando un bucle infinito. ¿Qué debía hacer, llamarla?, ¿contactarla? quizás si lo hacía ella se podía sentir invadida, tenía que pensar muy bien todos mis movimientos. De pronto vino a mi cabeza .... -¡Su asistente!- dije en voz alta. -Susan, sigue allí la asistente de la srta. Jensen- dije velozmente -Se acaba de retirar pero la puedo alcanzar jefe -¡Pues ve!- le ordené La torpe asistente de Adeline se paró frente a mi escritorio con una cantidad incontables de carpetas, entre tanto papel a penas podía verle la cara. -Señor Al Saud me disculpo en nombre de mi jefa- dijo con voz temblorosa -Si, si, si ahórrate las palabras, y dime ¿cómo esta ella?- dije sin pensar en mis frases y menos en mis muchas ganas de saber de ella. -Ella está bien, solo que no durmió de lo mejor anoche, ya sabe por el barrio c***o y sus fiestas- dijo haciendo una pausa, se había dado cuenta que había hablado más de la cuenta. Sin embargo, me estaba dando información valiosa así que comencé a tratarla mejor. -¿Ella se aloja ahí?- dije cuidadoso - Está en un pequeño hotel en una de las calles aledañas. No lo podía creer, ella se estaba alojando en el peor barrio de la ciudad, sentí una necesidad imperiosa de rescatarla de ahí y hacerla sentir bien. En mi interior yo la veía como a una pequeña niña desprotegida a la cual debía cuidar, no tenía idea que se significaba aquello pero mi cuerpo y me mente me pedían a gritos hacerlo. -¿Me darías el nombre del hotel?- fui bastante osado pero la actitud complaciente de su asistente me permitió aventurarme. Ella dudó - no se si sea correcto señor. -Debo enviarle los documentos que trataríamos hoy y necesito que sean en físico, lo haré a través de correo certificado para mantener la formalidad- dije una real estupidez, ¿quién enviaba un correo en físico en medio del siglo 21?, sin embargo fue lo primero que se me ocurrió. Crucé mis dedos de forma imaginaria para que amasistente picara mi anzuelo. Ella asintió con su cabeza y abrió la boca. -Mott St. #2541, Hotel Versalle- dijo finalmente. Hice un pequeño baile de la victoria interno, le di las gracias y la despedí de forma cortés. Por mi parte más tarde le haría una visita a mi querida Adeline.
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