Malek Luego de que pude recobrar la calma, me vi parado inmóvil en el medio del cuarto de mi madre. Mi abuelo... Se me vino si rostro a mi cabeza -¡Carajo! La sangre se me bajó a los talones. Comencé a caminar con decisión a su cuarto. Golpee la puerta 2 veces suavemente. Y de inmediato escuché un "adelante". La voz muy clara de mi abuelo. Nada más entrar lo contemplé muy bien sentado en su mesa junto a una enfermera que hacía las veces de asistente, estaban jugando una partida de ajedrez. Mi mandíbula se densencajó un metro, no esperé verlo tan compuesto. De cierto modo me alegré. -¡Malek!- me dijo deteniendo su juego al verme. Se levantó, cuál lázaro en el segundo testamento y caminó hacia mi para darme un apretado abrazo. Lo recibí con ambas manos y le miré el rostro deten