Rodrig Tarskovsky. La miré salir de la sala del gimnasio con la actitud de un sonámbulo, era primera vez que la miraba estar así desde que la vi por primera vez en esta casa, dando pasos de una manera suave y automática, como si su mente estuviera flotando a la deriva en algún lugar años luz lejos de aquí. Quise saber qué habría visto ella para estar así, porque en realidad era un cambio en su actitud muy repentino y no es que ella en sí me importara, ni su estado de ánimo, ni sus pesares o felicidades; era sólo puro instinto de protección a mi familia, ella estaba en mi hogar y si no se comportaba de una manera esperada entonces había que estar en guardia, más en esos momentos en que seguro estaba yo de tener a alguien vigilando mis actos y pisando mis huellas. Ella se alejaba por el