6 Kyle, mi mejor amigo era el único —aparte de mamá —que sabía todo sobre mi. Absolutamente todo. Con él tuve una conexión tan buena que no se me dificultó hablarle sobre eso, y él me entendió a la perfección, no juzgó ni me trató como un bicho raro. Que comprendiera mi situación me hizo dar cuenta de que él era mi menos amigo de aquí hasta que muriera y que yo nunca había tenido un amigo tan fiel como él. Constantemente preguntaba cómo iba aquel asunto y si necesitaba ayuda con algo. Yo siempre estaba bien y aquel asunto no cambiaba ni para mal ni para bien, simplemente era parte de mi conviviendo conmigo mismo y para este entonces yo ya me había acostumbrado. Kyle se consiguió una amiga en su facultad de medicina, no me gustaba mucho que fueran a la habitación porque yo necesitaba mi espacio, pero entonces cuando ellos comenzaron a salir, decidieron que debían presentarme a una chica, para que así yo pudiera liberar estrés, corrijo, eso lo había decido la ya entonces novia de Kyle, pues ella no sabía que yo tenía ese problema y él —tan buen amigo como siempre —no se lo contó. Así fue como yo conocí a Michel, una morena de piernas largas, era hermosa. De eso no había duda, ella también era estudiante de medicina y entonces, ella también supo mi secreto cuando empezamos a follar. Lo único que debía hacer era no tocarme, lo sabía, lo había entendido y le funcionaba, solo éramos amigos con derechos que se veían cada tanto, pero dejamos de follar cuando ella en una fiesta borracha había dicho que yo no dejaba que me tocara mientras lo hacíamos, lo cual era cierto, pero era algo que no tenía que mencionar. La perdoné porque no mencionó la razón aún cuando llevaba mil copas encima, pero aún así, no volví a confiar en ella ni a meterla en mi cama, me había traicionado