—¿Qué es el amor para ustedes? — había preguntado la maestra de filosofía en clase y esa pregunta me hacía eco en la cabeza desde entonces.
Todos mis compañeros comenzaron a lanzar sus románticas frases de lo que creían era el amor, desde la emoción más hermosa del mundo hasta llegar a ser la más engañosa.
—El amor es lo mejor que se pudieron inventar, mucho más cuando a esa palabra se le pone antes el hacer — no me habían sorprendido las palabras de Federico, el chico más coqueto de toda la clase.
—El amor es solo un invento social— todos en la clase voltearon a mirarme como si fuera un bicho raro.
—¿Un invento social? — preguntó la profesora con el ceño fruncido —Explícanos el porqué crees eso.
—Pues simple —me encogí de hombros — creamos expectativas de algo que puede pasar pero en realidad nunca lo hace, sentimos que amamos pero en realidad no lo hacemos.
—Claro que si lo hacemos — respondió Camila, la novia de Federico —Yo amo mucho a mi novio y no es un invento, es un sentimiento real.
—Tan real como el que apenas lleven una semana y decías lo mismo de su mejor amigo la semana pasada, eso no es amor —varias personas en la clase rieron ante mis palabras.
—Solo quienes han conocido el amor verdadero pueden hablar de este con la pasión que se requiere, el amor si existe, es solo que no se encuentra en cada esquina, es un poco difícil de hallar. — me gustaron las palabras de la profesora, quizás era eso, yo nunca había amado a nadie y por ello para mí no existía, porque hasta no ver no creer o bueno, en este caso hasta no sentir no creía nada..
—¿Hay alguna forma de saber si hemos hallado el amor verdadero? — preguntó otro chico de la clase.
—Para cada persona es diferente, pero lo sabrán, algo hará click por fin en ustedes y sabrán que esa es la persona correcta.
—¿Y si nunca coincides con la persona correcta? —volví a preguntar — Hay millones de personas en este planeta, ¿A cuantas se puede amar de verdad? Porque si me dicen que a una sola va a estar un poco difícil esa búsqueda.
—El destino, ese es quien los pondrá en el lugar indicado — la respuesta de la profesora me confirmó que el amor solo lo podría hallar en los libros. —¿Tú que piensas de el amor, Logan? Me gustaría conocer tu opinión.
Giré mi cabeza hacia el fondo para ver a Logan . Logan O'Sullivan, chico reservado que siempre se sentaba en el ultimo asiento, pocas veces habíamos intercambiado palabras, era muy serio y nunca se le veía con nadie, era muy raro que los profesores lo pusieran a participar y eran esas ocasiones en las que la mayoría de la clase, me incluyo, recordábamos su existencia. Se trataba de un chico alto, un poco delgado, su cabello y ojos eran negros haciendo un fuerte contraste con su pálida piel, siempre llevaba consigo una sudadera negra y una mochila, nunca pero nunca se la quitaba así que para la mayoría él no era Logan, él era “El chico de la mochila” Así todos lo reconocíamos mejor.
—Poco tengo que decir, la verdad— respondió con voz grave, era un año mayor que nosotros, pero nadie sabía porque había repetido año —Creo que el amor existe, todo en esta vida es posible pero también creo que son pocas las personas que encuentran el verdadero amor.
—¿Lo has encontrado tu? —preguntó una chica de la clase, la mejor amiga de Camila, la única inteligente y que me caía bien de ese grupo. Logan hizo contacto visual con ella, lo que no hacía con nadie.
—No lo estoy buscando— fue su respuesta y yo solté un bufido un poco alto.
—¿Algo que quieras decir, Jessica? — Me preguntó la maestra.
—Ehh, no— respondí removiéndome un poco incomoda en el asiento, la maestra me miraba como esperando que dijera algo más —Solo me pareció un poco cliché lo que dijo Logan, eso es todo.
—Él tiene fe, sabe que si busca el amor lo va a encontrar, — la campana del recreo sonó y yo suspiré aliviada, me moría de hambre —Nos vemos la próxima clase chicos, reflexionen sobre sus respuestas y si cambian de opinión sobre el amor nos cuentan.
Tomé mis cosas y salí de clase, caminé directo a la cafetería y me senté en la mesa que compartía con mis mejores amigos, mientras ellos llegaban saqué el libro que estaba leyendo por esos días y continue con mi lectura; pocos minutos después escuché que alguien bufó a mi lado.
—¡Otra vez con tu nariz metida en un libro! — saqué mi cabeza ofendida del libro y miré a mi mejor amiga Madison con el ceño fruncido, ella codeo a mi mejor amigo que estaba a su lado—Dile algo Ethan, alguno de estos días la vamos a perder.
Él solo sonrió y besó mi mejilla a modo de saludó tomando asiento a mi lado.
—Deja al ratoncito metido en su nido, no esta haciendo nada malo— comentó riendo.
—¡No me digas ratoncito! — le pegué un pequeño golpe con el libro, él fingió llorar del dolor y yo reí, Maddie se sentó frente a nosotros.
—A mi me pone de los nervios cada vez que tiene un libro en sus manos, el otro día casi la atropella un auto, ¿Te lo conté verdad? —Ethan me miraba sorprendido y sin avisar me quitó el libro de las manos— ¡Muy bien!, eso es lo que debíamos haber hecho hace bastante tiempo, solo te voy a dejar leer en tu casa, porque fuera de ella te olvidas del lugar en el que estas parada y pueden ocurrir accidentes.
—Estás loca si crees que dejaré de leer solo porque lo dices tu—Maddie se encogió de hombros y abrió una bolsa de papel, de allí saco tres sanduches, nos repartió uno a cada uno.
—Casi te atropellan por andar leyendo y apenas me entero, ¿Es una broma? — preguntó Ethan, suspiré mirando con rencor a Maddie, haberle contado a Ethan ese suceso había sido lo peor del día, Ethan era muy responsable y cuidaba mucho la salud de todos, ya veía venir el sermón que me iba a dar.
—No es para tanto — suspiré dando el primer mordisco al sanduche — No quiero volver a clases de filosofía, se supone que esa clase es para ayudarnos a abrir la mente y relajarnos discutiendo sobre varios temas, ¿No?
—Supongo — Maddie levantó sus hombros en señal de indiferencia — la verdad es que nunca me he puesto a pensar para qué es cada clase.
—Bueno, el punto esta en que hoy nos preguntó sobre el amor y obviamente todos lo romantizaron —Ethan dejó de masticar y miró a Maddie negando con la cabeza.
—El amor es romántico Jess, por eso lo romantizan—dijo con obviedad Ethan.
—Ese es el punto, todo el mundo llega a esa misma conclusión, pero el amor no es solo romance, yo los amo a ustedes y eso no significa romance, es amistad, amo a mis padres y eso es amor fraternal, no es romance.
—Me has dejado sin palabras— Maddie miraba el techo de la cafetería de manera pensativa.
—Sea como sea el amor es el sentimiento más bonito que existe en el mundo — las palabras de Ethan me tomaron desprevenida, él nunca había sido un chico que demostrara querer, a nosotras nos trataba como un amigo más.
—¿Acaso estas enamorado? —Maddie me ganó la pregunta, miré con interés a mi mejor amigo, él me miró por unos cuantos segundos, pero luego desvió la mirada.
—Desde hace bastante tiempo —respondió y un recuerdo destello en mi mente “Te amo” Bah, no podía ser a mí, ¿Verdad?
—¿Y de quién estas enamorado y yo porque no sabía? ¡Exijo que me digas todo ahora mismo! —Maddie parecía enfadada de verdad mientras yo esperaba que no dijera mi nombre, digo, Ethan era un chico bastante guapo, cabello castaño, alto, ojos azules, tenía una sonrisa encantadora y era de verdad agradable y en todo momento podía confiar en él, pero pensar de ahí a más me hacia dudar.
—Saben que voy a clases de ajedrez los sábados, es una chica del club, muy linda.
—Ah, que bien. —comenté yo realmente aliviada.
—¿La conoceremos algún día? Por favor di que sí, pidió Maddie bastante ilusionada.