Miro al frente. ¡Mierda! No lo mires, no lo mires, no lo mires, no lo mires. No sabía que ibas a venir al gimnasio de la oficina -comenta con naturalidad. -Sí, lo sabía. -Sonrío incómoda mientras sigo mirando al frente. ¿Cuál es el protocolo en las saunas? Porque he venido un par de veces y nunca he tenido que concentrarme en no mirar a nadie en particular. El aire está caliente y cargado. Me fijo en un trozo de madera detrás de la puerta y lo miro fijamente. No puedo pensar en nada más que en que Christian está aquí, invadiendo un espacio muy pequeño. Casi puedo imaginar su cuerpo desnudo bajo la toalla. "Mira al frente", me recuerdo. No le des el placer de verte babeando sobre sus músculos. Maldita sea, ¿no podía tener al menos un cuerpo menos apetecible? -¿Cómo te ha ido el día? -