-¿Y qué? -pregunto. -¿Vas a aprovechar tu visita para hablar conmigo? Me quito una mota de polvo de la chaqueta mientras pienso qué decirle. -¿Te gusta trabajar aquí? -pregunto. Pone los ojos en blanco y dice: -¿Vas a intentar sobornarme para que renuncie otra vez? Me estremezco. No he hecho eso, ¿verdad? -Claro que no -exclamo-. No digas tonterías. Megan exhala bruscamente y mira la pantalla. -¿Y bien? ¿Hay algo de lo que quieras hablar? Sobre tu vestidito rojo. -No mucho. -Me paso el dedo índice por los labios, sin dejar de mirarla. -Veamos..." Ella levanta una ceja. ¿De qué se trata? -¿De qué hablas? -¿Por qué es tan raro? -pregunta ella. -No soy raro -respondo, ofendido, mientras me pongo de pie-. He venido a visitarte, pero es evidente que no te apetece. -Señor Miles.