—Me estas queriendo decir que está —la madre de Jareth recorrió con mala vista a Isabella que aguardaba en el jardín exterior de la lujosa casa—...americana, es tu novia. —Madre, no hagas un drama de esto. —No hago un drama querido, estoy cuidando tus intereses. —¿Cuales son mis intereses según tú? —Sabes de lo que hablo, tu padre no va a permitir jamás que estés con una mujer... —Mi padre, sería el último en oponerse, a no ser que seas tu quién se lo diga. Una sonrisa casi diabólica se apoderó del rostro de la mujer, acarició las mejillas de su hijo y se acercó a la cocinera, le pidió una jarra de limonada, el verano estaba llegando y el calor se hacía insoportable. —Voy a conversar con ella, si no me agrada no puedes culparme. —Mamá —Jareth la detuvo y la tomó con firmeza del b