—Hola mamá. ¿Como estas?
—Bien hija, llevas días sin llamar.
—Ma, me quiero ir.
—Isa, no es gracioso. Hace unos días nos confirmaste que querías quedarte de manera definitiva en Londres —Katerina, se notaba bastante molesta.
—Ma, por favor, quiero salir de aquí.
Del otro lado de la línea, Katerina se mordía los labios con frustración, sabía que algo había pasado con el "príncipe inglés" como ella solía llamar a Jareth. Peor no quería que aceptar que su hija hubiese tomado la decisión de quedarse por motivos exclusivamente sentimentales y no pensados con cabeza fría.
—¿Por qué? Y no acepto mentiras.
—Porque fui una tonta, huí de una persona y ahora necesito huir de...
—No puedes huir toda la vida, las cosas se enfrentan Isabella —la castaña recordaba en ese momento una a una las pa
