Al llegar a la empresa Álvaro, el mejor amigo de mi hermano me esperaba en la puerta. Se acercó para abrirme la puerta y le p**o al taxista. Me echo un vistazo, no tenía buena cara, estoy consciente de eso. Mis ojos están rojos e hinchados. Avance unos pasos para ingresar al edificio pero Álvaro me tomo de la muñeca llevándome a él.
—Ese maldito miserable, lo voy a matar. —Dijo después de ver las marcas que tenía en la mandíbula y en la mejilla. — Cariño, debiste llamarnos antes de que te haga esto.
Álvaro es el mejor amigo de mi hermano desde que tengo uso de razón. El y Bastian son muy unidos y yo crecí con ellos. Solo que a él, jamás pude verlo como un hermano más. Álvaro es jodidamente hermoso, siempre me ha gustado y nunca le dije nada, deje esa atracción cuándo conocí a Pablo y él se alejó de mí por un tiempo. Habíamos pasado mucho tiempo juntos por muchos años y ahora solo nos veíamos con suerte dos veces por semana. Álvaro Gonzales era mi entrenador personal desde los quince años.
—No es nada, solo no supe reaccionar a tiempo.
Se veía molesto, sus ojos me decían que si lo tuviera en frente a pablo lo dejaría muy mal herido.
—Pagara por esto, si no es por mí lo será por Bastian, las marcas en tu rostro y mandíbula son muy notorias. —Beso mi frente y luego tomo mi mano para entrar.
Estar sola con el siempre me resulto algo incómodo, esas cosquillas en el estómago y el no poder quitarle la mirada de encima… Se siente extraño, como en años atrás. Es diez años mayor que yo, nunca me ha visto a mí como yo lo veo a él.
—Tranquila, debes mantenerte firme por que tu hermano ahora mismo está como loco. De no ser por mí en este momento tu esposo estaría en la orilla de una carretera con un hoyo en la frente.
¿Mi hermano haría una cosa así? No, él es un buen hombre. Sería incapaz de hacerle daño a una persona, conozco a mi hermano, es intimidante pero no es un asesino.
—Lo estaré, solo… No estoy bien, temo que ese maldito le haga daño a mi padre ahora que sabemos que está vivo.
Entramos al ascensor y comencé a temblar, el miedo, la ira y la impotencia se estaban adueñando de mi cuerpo. Las lágrimas volvieron a caer y de un momento a otro Álvaro me refugio en sus brazos, acariciaba lentamente mi cabello y repetía una y otra vez que iba a estar bien. Extrañamente me sentí a salvo, él es una de las pocas personas a las que le confiaría mi vida.
—No te dejare sola, siempre me tendrás contigo cariño. Eres para mí…
—Como una hermanita pequeña, lo sé. —Dije antes de que termine de hablar separándome de su cuerpo cuando las puertas del ascensor se abrieron.
—Te veo como cualquier cosa menos como mi hermanita pequeña, Sol. — Mis parpados se movieron una y otra vez por lo confuso que me resultaron sus palabras. —Vamos, tu hermano nos espera.
Tomo mi mano nuevamente y me llevo hasta la oficina de mi hermano, es la que se encuentra en el penúltimo piso ya que el vine en el último con Álvaro. Antes de entrar por la puerta el me detiene y abre su boca para decir algo, solo que se frena negando con su cabeza y abre la puerta para dejarme pasar.
…
Unas horas más tarde volví al hotel, ya con la mente mucho más despejada, hablar con mi hermano me hizo bien, solo que lo que me entere después de contarle todo lo que había ocurrido me dejo más que sorprendida. No me importaba, somos una familia y mi hermano es la persona más adecuada en este momento para que todo salga bien.
Entre a la habitación y no fue sorpresa para mi ver a mi querido esposo revolcándose con mi prima, después de todo lo que paso en estas últimas horas, esto no es nada. No entiendo por qué no siento nada al verlos en esta situación. ¿Acaso no estaba enamorada de este hijo de puta? No hay celos, no hay enojo, no hay decepción. Solo siento asco, asco de mi por haberme dejado enredar por una bastardo con Pablo, asco por Sarah, a la que consideraba como una de mis mejores amigas y le confiaba muchos secretos y mi día a día y verla sobre el montándolo y jadeando revolvía mis tripas.
Me quede ahí parada, con la puerta abierta de par en par esperando que terminen el polvo. Ya había movimiento en el hotel, los huéspedes abandonaban sus habitaciones para bajar a desayunar y fue impactante para algunos verme cruzada de brazos y apoyada en el marco de la puerta observando cómo me eran infiel. La decoración de la habitación y el cartel en la puerta decía en letras doradas “RECIEN CASADOS” Y desafortunadamente soy una persona conocida. Muchos saben quién soy y que iba a casarme con ese maldito.
Un chico de mi edad caminaba distraído hasta que me vio parada en el pasillo, me reconoció y quiso saludarme, era uno de los invitados de mi madre en la boda, mi boda.
—Hola Ciro. ¿Quieres ganarte muchos billetes? Puedes tomar unas fotos y grabar un video si quieres, tienes todo mi permiso. Solo asegúrate de que se vean sus caras para que tengan más validez, mientras mejor se vean, más dinero. — Sonreí sin gracia.
Tome su brazo y lo acerque a la puerta. Los dos en la cama nunca se dieron cuenta de mi presencia ni la del chico. El sonrió, entendió perfectamente cuál era mi idea. Tomo muchas fotos y hasta trasmitió en vivo en su cuenta de i********:.
—Eres la puta Ama, ¿Lo sabes, verdad? ese idiota no te merece. Si quieres podemos largarnos y puedo llevarte a casa de tu familia. No tienes por qué quedarte a ver a estas dos basuras. Eres demasiado bonita para ese pendejo…
—Lo se cariño, pero puedo con esto. Espero que hagas buen dinero con eso que tienes en el móvil y hagas bien uso de él. —Ni conmigo duro tanto en la cama como con esa puta. — Vete.
El chico se fue y después entre a la habitación azotando la puerta con fuerza. Tome ropa de la maleta para ducharme y mi prima salto de la cama para taparse el cuerpo con la sabana sin saber qué hacer.
—Sol, prima… Puedo explicarte.
—¿Qué? —Respondí con asco— ¿Qué todo este tiempo te estuviste revolcando con mi esposo? Tranquila, me importa una mierda. Puedes formalizar lo que sea que ustedes tengan después del divorcio.
Pablo se reía en mi cara y en la de la pobre idiota que tenía enfrente. Obvio la uso a ella también.
—Sé que no merezco más que tu odio, pero si lo hice fue porque estoy enamorada. Perdóname por fijarme en tu hombre pero me fue inevitable.
—Vete, tengo que ir a mi luna de miel con tu amante.
Ella agarro su vestido rojo y se lo puso en segundos, tomo sus zapatos y salió de la habitación al notar que pablo no iba a mover un puto dedo por ella.