—Demostraran que no están con nosotros por el poder y dinero y no veras dinero hasta que nos convenzan de que lo están por amor —Repetimos al unísono.
Busque con la mirada a mi pesadilla menor, Demian.
—¿Buscas a Demian?
—Sí, ya baile contigo tu tiempo y el de él. ¿Dónde carajos esta ese pendejo de mierda?
—Quizá se esté divirtiendo con las hijas de las amigas de mamá.
Enojada le respondí a mi hermano…
—O con alguna de las amigas de mamá. Juro que un día de estos las denuncio. Es enorme, tiene el cuerpo de un adulto pero todavía es un niño. — Veo venir a mi tío Nick y no pude evitar sonreír. — Se acabó tu tiempo hermanito. Te amo ¿Lo sabes verdad?
—Yo te amo más. Ahora cerremos como lo tenías planeado con Demian.
Ese lado de la pista estaba más despejado, mi madre ya había pedido un poco más de espacio a los invitados.
Bastian tomo mi mano dimos un par de giros y seguimos la coreografía —No sabía que la había aprendido, solo la ensaye con Demian. — que Pablo se había negado a bailar conmigo, siempre me gusto la pasión que Homero y Morticia Adams tenían al bailar y me pareció gracioso cerrar el vals con ese numerito para que la música más animada y alegre de un nuevo inicio en el descanso.
Sonreí y abrace a mi hermano agradeciéndole que se haya aprendido la coreografía por mí. Fuimos impecables y la gente aplaudió cada uno de nuestros giros y trucos.
Tío Nick ya estaba junto a nosotros con una gran sonrisa en los labios. Siempre fue muy dulce y cariñoso con nosotros.
—Tío ¿vienes a quitarme a mi bella hermana de mis brazos?
—¿Qué comes que adivinas jovencito? — Bastian entrego mi mano al mejor amigo de mis padres, se habían conocido en la luna de miel de mis padres en Aruba y después de eso comenzaron una linda amistad con mi sexi y cariñoso tío italiano. Es una bomba, literal.
—Ok tío, iré por el pequeño bastardo y le daré unos cuantos correctivos y volveremos.
Mi tío Nick y yo comenzamos a bailar y a deslizarnos por la pista de baile, la cola de mi vestido comenzaba a molestar y el amablemente tomo una punta para mi comodidad. Lo quiero tanto, lástima que no nos vemos lo suficiente.
—Estoy muy segura de que tu padre estaría muy orgulloso de la mujer en la que te has convertido. Pero para mí siempre vas a ser mi piccola traviesa, nunca te veré como una mujer, ¡te he visto en pañales!. Eres como una hija para mí. Deseo que seas muy feliz cariño.
De repente mis ojos se cristalizaron y pude sentir mis lágrimas al borde de mis ojos.
—Gracias tío, me hace feliz que estés conmigo en un día tan importante para mí.
Pablo estaba en nuestra mesa solo, ya no bailaba y la cara de molestia que me muestra me preocupa ¿Mi madre le habrá dicho algo más? Tenía que volver con él y traerlo un poco más aquí para distraerlo.
—He sido amigo de tus padres por treinta años, obvio iba a estar con mi sobrina del corazón, además no olvides que soy tu padrino y el cariño que te tengo es importante para mí y mi familia.
Tío Nick ha perdido a su esposa hace años. Una noche se acostó y ya no despertó. Fue devastador para él la perdida de mi tía, pero gracias a sus hijos y mi madre que lo había acompañado en todo momento pudo salir de su depresión.
—Lo se tío, de todas formas estoy agradecida de que estés aquí.
Una caricia en mi espalda me hace voltear y al ver la sonrisa de mi primo Vittorio me alegre más de lo que ya estaba por ver a mi tío aquí. Pablo tendrá que esperar un poco más, mi familia es primero.
—Principesa, me toca. Ya puedes soltar a ese vejestorio y bailar con el segundo hombre mas guapo de la fiesta.
Mi tío le había ofrecido mi mano a Vitto, la cual tomo y después beso mi frente para abrazarme y despedirse dejándome con su hijo.
—Estas hermosa, pero debería ser yo quien se esté casando contigo. Has roto nuestra promesa y me rompe el corazón verte con alguien más. —Hizo un puchero— No olvidare jamás esta traición.
Él sonreía mientras bailábamos. Siempre nos habíamos llevado bien desde que nos conocimos. Somos muy unidos y aunque nos separen miles de kilómetros siempre, siempre estamos en contacto.
—Éramos unos niños, ya deja de bromear con eso. Además hay más mujeres en el mundo.
El sonrió, pero fue una sonrisa triste.
—Ninguna será como tú. No es broma Solcito.
Nos conocíamos tan bien, bailando éramos como la extensión del otro.
—No digas eso.
Se acercó más a mí, chocando nuestros torsos y me dijo al oído…
—Siempre vas a ser mi primer y único amor. Te he amado por años pero lo que quiero es que seas feliz, aunque no sea conmigo. Solo ten presente que siempre estaré para ti.
Me sentí mal por no corresponder a sus sentimientos, estoy segura de quen la mujer que conquiste su corazón será muy afortunada.
—Lo sé. Gracias Vitto, también te quiero. Ya encontraras a quien te amé con todo su ser y brillaras. Estoy segura.
—Hay muchas esperando por mi cuenta bancaria, son todas iguales.
Me rei, no se puede negar que nos hemos criado juntos.
—Suenas como mis hermanos.
—Aprendí de los mejores. Somos hombres inteligentes, preciosa. Se feliz, y si no lo eres, no dudes en mandar a ese idiota a la mierda. Te espero en Italia. Mi casa es tu casa y mi corazón hace años es tuyo.
Una última vuelta y vimos venir caminando hacia nosotros a Demian. Quiero arrancarle todos los pelos de la cabeza en frente de todos los invitados. ¡Me dejo plantada!
Parece que mi esposo tendrá que seguir esperando.
—¿Con quién carajos estabas? ¡Me dejaste plantada! Gracias a dios Bastian bailo conmigo.
—Bella mía, te dejo con tu hermano. Recuerda lo que te dije.
Asentí y nos abrazamos por última vez.
— Con la hija de Scarlett, trate de hacerlo lo más rápido que pude, pero después me intercepto su prima y ya sabes, no puedo negarme a un polvo, menos a dos.
— Me cambiaste por un polvo. Lo tendré en cuenta para cuando quieras pedirme algo.
No quería hablar con él, estaba molesta.
—No fue un polvo, fueron dos. Anda, no seas molesta. Te amo… No pude resistirme, soy un hombre débil. — Puso su mejor carita de niño bueno, uno que claramente no es.
Siempre que quiere salirse con la suya recurre a su amor y ternura. Manipulador de mierda.
—Maldito bastardo, baila conmigo y después déjame volver a la mesa con Pablo, hace cuarenta minutos está solo.
El levanto la mano y el Dj cambio la música movida por un clásico de los 70s, a mis padres les encantaba Fleetwood Mac, sonaba Dreams y ambos nos deslizamos por la pista. Mi madre y Bastian se animaron a unirse a nosotros, bailar este tipo de música (aquí le decimos americanos clásicos) Luego le tocó el turno a mi abuelo y me olvide por completo del mundo. La tanda de baile ya había finalizado para darle lugar al plato principal.