El hombre cayó muerto al instante, no lo vieron venir. Ni los hombres de Juan ni mis acompañantes, bueno mi hermano si, pero por su cara sé que estoy metida en grandes problemas.
Pablo corrió hacia mí, Álvaro me bajo del cofre del auto y mi hermano se colocó delante de mí. Los hombres de Juan apuntaron a nuestra dirección y mi padre, pues él se ve más confundido que antes. Ellos se habían confiado de que estábamos desarmados ¡Las malditas armas estaban en el piso! En nanosegundos las armas estaban en las manos de todo el mundo.
He vengado a mi abuela, a mmi madre y ahora a mi padre. No tengo sangre de algún animal rastrero, soy un ser humano, uno lleno de ira.
Simplemente sonreí, mi padre reaccion rápidamente y se puso delante de mí junto a Bastian, Álvaro y Pablo.
—¿A quién van a defender ahora muchachos? El hombre ya está muerto. Mejor sigan su camino sin darnos problemas y tal vez les perdone la vida —Mi padre se tensa al escuchar la crudeza de las palabras de mi hermano mayor.
—Ustedes están armados al igual que nosotros. Podemos matarnos unos a otros, porque no trabajábamos para este viejo inútil. Nuestro jefe quería estos documentos para el y ahora con juan muerto, esos papeles no tienen ningún valor, no puede firmar para ceder. El desgraciado debía morir después. ¡Pero qué más da! Debería llenar de plomo a la rubia por interferir en los planes de alguien superior! De verdad no saben con que se están metiendo.
— ¿Cómo te llamas? Solo por curiosidad. —Bastian camino unos pasos sin miedo.
—Alejandro.
Sonrió mi hermano.
—Bien Alejandro, la cosa es así. Esos papeles manchados de sangre no son genuinos y jamás depositamos dinero real a la cuenta. ¿Sabes por qué? ¡Por que no puedes engañar al diablo. Vinimos por mi padre y nos iremos con el. Ustedes pueden unirse a nuestras filas, claro que después de volver a entrenarse. La verdad es que son pésimos haciendo su trabajo o, los mato aquí y ahora a todos y me marcho de la misma forma en que llegue. Tu elijes...
—No me interesa trabajar para ti y no me gusta que me amenacen, tú no tienes ningún poder aquí y viendo como esta todo… ustedes están en desventaja.
Fue Álvaro quien se acercó ahora mientras los cuerpos de pablo y mi padre me cubrían.
—Ok Alejandro, yo soy Álvaro, mano derecha del hombre que acaba de ofrecerte trabajo a ti y a tus hombres. Mira tú pecho, también ustedes —Le habla al resto que poco a poco bajan la mirada. —Mis hombres aquí no les están apuntando, son los que están escondidos en donde estaba su gente antes de que nosotros lleguemos. Yo no soy tan bueno ¿Aceptan trabajar con él o se mueren aquí?
—¡Vete al diablo! — Escupe y levanta su arma— Me iré en mis términos maldito.
De repente ya no estaba tan tranquila, el arma del rubio apuntaba a la cabeza de mi sexi entrenador, la adrenalina estaba transformándose en miedo, terror. No pensé en lo que vendría después de matar al viejo y era esto, la cague.
Álvaro levanto tres dedos, bajo el primero, el segundo y al bajar el tercero, todos los hombres frente a nosotros cayeron desplomados y sus cráneos destrozados.
—Una lástima, siempre nos subestiman.
—Su mirada se fijó en la mía y furioso dijo…— ¡EN QUE DEMONIOS ESTABAS PENSANDO! ¡La próxima vez que pongas tu vida en peligro de esa forma te nalgueare tan duro que no podrás sentarte en una semana! ¡Te volviste loca! ¡Pude haberte perdido! —Toma mi rostro— No puedo perderte cariño, no ahora. Esta demente ¿Lo sabes?
Bastian se acerca y carraspea, mira mal a su mejor amigo, sus manos en mi rostro no se mueven
—Voy a volver a preguntar. ¿Algo de lo que deba enterarme? Te recuerdo que le estás hablando a mi pequeña hermanita. Puedes ser mi hombre de confianza pero no voy a permitirte que le hables así.
No soporte la situación y como siempre, los nervios me traicionan y la reacción es la risa.
—Hermanito, técnicamente fui yo quien le faltó el respeto a tu hombre de confianza en el avión mientras ese —Apunto a Pablo con mi dedo— Le daba patadas y puñetazos a la puerta. Y POR CIERTO, QUIERO EL DIVORCIO-
—De esta charla no se salvan, ninguno de los dos. —Asentimos y nos separamos para no agregar más leña al fuego.
Mi padre me mira sorprendido. —¿De qué divorcio hablan? ¿Quiénes son y que hicieron con mis niños? Armas, matones, muerte. Yo, esto no está bien.
—papi, tenemos mucho de qué hablar pero ahora vamos a casa. Mamá no sabe nada de todo esto y la noticia… tenemos que pensar bien cómo hacerlo. Ella no ha estado bien todos estos años.
Al escuchar mis palabras tomo mi mano y abrazo a mi hermano, todavía no tuvieron su momento juntos. La sola mención de mi madre le ha hecho derramar lágrimas.
—Quiero a mi mujer y a mis hijos en la misma habitación por siempre, pero ver a tu madre es lo que más quiero en la vida. No he dejado de soñar con alma, es mi amor, mi vida… Al igual que ustedes dos y Demian. ¿Cómo esta él? MI PEQUEÑO…
—Ya lo veras papi, te sorprenderás al verlo. Ya no es tan… Pequeño.
—¿Y con cuál de estos dos inservibles te casaste? — Pregunto señalando a Pablo y a Alvaro.
—Es el Álvaro, el encargado de mi seguridad a partir de ahora. Y este otro infeliz es mi esposo, hasta que nos divorciemos. Lo conocí después de tu no-Muerte-secuestro, él fue obligado a estar conmigo por cinco años y me confeso todo en nuestra noche de bodas, que fue ayer. Es mucho que contar, pero mejor lo hacemos en casa, quiero irme de aquí. —Lo dije en tono casual como si estuviera hablando del clima.
—Un gusto señor—Álvaro le tendió la mano a mi padre y el la tomo, con gentileza, como lo ha hecho siempre.
Pablo hizo lo mismo pero agrego.
—En mi defensa señor, fui obligado a hacerlo, mi madre y mi hermana también estaban en la misma situación que usted y fui utilizado por juan para hacer sufrir a su hija, juro que no quería hacerlo—Me mira— Lo siento amos, pero no voy a darte el divorcio.
Se alejó lo suficiente de nosotros y su madre apresurada llego hasta él y le impacta un bofetazo que nos dejó a todos descolocados.
—Tu padre era un maldito jugador compulsivo, nos dejo en la ruina, pase cinco años encerrada por su culpa. Pero fue dulce y gentil conmigo. ¡Jugaste con los sentimientos de esa niña! ¡Dime! — Bajo la mirada y asintió. —¿Acaso yo te enseñe eso?
—Me agrada futura ex suegra, me agrada. Mi nombre es sol Novacci, él es Bastian Novacci, mi hermano mayor y bueno, a mi padre ya lo0 conoce. Demian Novacci. —Tendí mi mano y ella la tomo, luego me abrazo, y luego a mi hermano.
—Gracias por todo, seguiríamos presas y pasando hambre de no ser por ustedes. Estoy en deuda, hare lo que quieran, trabajare si así lo quieren, mi hija también.