Capítulo 7. El pastel de Astrid, emociona a su familia.

2159 Words
Luego, todos al terminar de comer el pastel, comentaban una vez mas del buen sabor que tenía. La señora Petra y Henri decían, que nunca en su vida habían probado un pastel así de delicioso. Entonces Henri le dijo a Astrid: —¡oye pequeña que delicia, voy a llevarle un poco de este pastel a un amigo que está cerca de aquí para ver si siente lo mismo que yo al probarlo! — Astrid le dice: —¡¿y que sentiste al probarlo?! —  Henri con una sonrisa en sus labios le dice: —¡pues sentí mucha felicidad, sentí que cada bocado era una montaña rusa de emociones muy alegre! — su abuela Amelia le dijo lo mismo: —¡si mi niña, Henri tiene razón, ese pastel tuyo esta super delicioso. Ni los míos me quedan así. Como le decía yo a tus padres. Tienes un don innato para la repostería, así que manos a la obra, ¡vas a ser una gran chef! — la señora Petra fue agarrar un tercer pedazo de pastel y le dijo: —¡bueno los dos tienen razón, mira que ya llevo 3 pedazotes jejejeje, si estuviera feo pues no lo estaría comiendo JAJAJAJAJA! —  y soltó una gran carcajada. Astrid los quedo observando muy dudosa y le dijo a Henri: —¡bueno Henri, llévale un pedazo de pastel a tu amigo a ver que te dice el, si él te dice lo mismo pues les creeré a todos, porque yo al probarlo siento que es un pastel normal! —  Henri le dice: —¡si mi jefa Astrid, voy a llevarle ese pedazo de pastel a mi amigo así que no te preocupes, vas a ver que me va a decir lo mismo! —Al día siguiente Henri le llevó un pedazo de pastel a su amigo, y este abrió sus ojos ampliamente y le dijo al probarlo: —¡mmmmmmmmmmmm de donde sacaste esta delicia, jamás he probado un pastel así, que delicioso, donde lo compraste, quiero otro! — Henri le dijo: —¡a que no adivinas, una pequeña de 10 años lo preparó, yo le dije lo mismo, pero no me creyó! — su amigo sorprendido acabándose el pastel en el plato le dice: —¡¿una pequeña de 10 años? No puede ser, debo conocerla y pedirle que me haga uno, quiero más, ¡es que esta super delicioso, me encanta mucho! — Henri sorprendido de su reacción le dice: —¡oye cálmate, no es para tanto, es solo un pastel, además si quieres que ella te haga uno, pues debes comprarle los ingredientes, y a su vez pagarle ¿no crees?! — su amigo lo queda viendo fijo y le dice: —¡obvio que le voy a pagar, ¿quién hace las cosas gratis en la actualidad? Si yo supiera hacer dulces y alguien quisiera, también cobraría. Además, yo tengo dinero, ¡le pagaré muy bien para que me haga muchos pasteles y así comérmelos yo solo todos los días! —  Henri suelta una carcajada y le dice: —¡JAJAJAJAJA vas a terminar como un super cerdo si haces eso, además comer muchos pasteles es malo para tu salud. Pero bueno allá tú, si quieres hablar con Astrid, ella vive en frente de la casa de mi abuela, ¡ve cuando quieras! — su amigo muy emocionado le dijo: —¡¿Qué tal si voy hoy mismo que dices?! — Henri con su boca, hace una mueca de manera despreocupada y le dice: —¡ok no hay problema vamos! — y los dos van camino a la casa de la pequeña. Luego en la casa de los Becker, la abuela y la señora Petra conversan mientras están limpiando la cocina. Astrid estaba en su habitación escuchando la música que le gustaba oír con su padre. Mientras ella estaba arriba, la señora Petra le dice a la señora Amelia: —¡oye ahora que tu nuera y tu hijo se murió, ¿ellos dejaron algún seguro de vida? no lo estoy diciendo por mal, sino porque imagínate esta casa es muy grande y cómo vas a mantener la colegiatura de la pequeña, ¡mira que donde ella estudia es muy caro! — la señora Amelia con cara de preocupación le dice a su amiga: —¡pues fíjate que Felipe no hizo ningún seguro, solo dejó dinero en su cuenta bancaria. Yo la revisé y tenía sus ahorritos, pero esos no alcanzaran para costearle la universidad a Astrid, ¡creo que solo alcanzaran como por unos 5 años! —  la señora Petra suelta un vaso que ella tenía en la mano, y muy sorprendida le dice a su amiga: — ¿? ¿¿QUE?? ¿¿COMO QUE POR 5 AÑOS?? ¿tu hijo no pensó por si algo le pasara como quedaría su única hija, o bueno su esposa también?! — la señora Amelia se tronaba los dedos y muy nerviosa le dice a petra: —¡pues amiga no, yo siempre le decía a mi hijo que pagara un seguro de vida, y él decía que no que para que, que él era un hombre muy saludable y que nada le pasaría, que el estaría para su pequeña hasta que ella estuviera vieja. Ese muchacho salió a su padre. ¡Mal administrador y solo vivía el presente! — su amiga Petra la toma de la mano y le dice: —¡mujer no es por nada, pero ya tienes 70 años, donde vas a buscar trabajo a estas alturas, ¿y más para poder costear las cosas de la chiquilla?! — la señora Amelia muy nerviosa le dice levantando su rostro: —¡pues amiga, haré lo único que se hacer en esta vida, pues cocinar, así sacaré adelante a mi nieta hasta que ella crezca. Gracias a Dios tengo muy buena salud, y pues cocinaré que más se va hacer. ¡He hablado a varias compañías y quedaron en llamarme para contratarme por lo de la comida a domicilio! — su amiga aun sorprendida por las palabras que ella le dice le exclama: —¡¿comida a domicilio? ¡Pero mujer si no sabes conducir, o al menos que ellos vengan a buscarla aquí me imagino! —   La señora Amelia le da un pequeño golpe a su hombro y le dice: —¡es obvio que ellos vienen para acá, nunca en mi vida aprendí a conducir, y menos a estas alturas de mi vida, ellos según van a venir aquí y bueno buscaran la comida. Lo que me preocupa es que cocinaría como para unas 200 personas, ¡es una carga de trabajo muy grande pero la paga es buena! — en ese instante la señora Petra la abraza y le dice: —¡disculpa amiga por ser tan negativa, pero bueno solo te decía lo que pensaba en el momento. Entonces esperemos que todo te salga bien. A mí me encantaría ayudarte, pero me iré con Henri a Inglaterra, él va a estudiar administración de empresas y su madre vive allá. Tú sabes que por mi enfermedad del corazón no puedo vivir sola, y en estos dos años, Henri ha sido mi acompañante. ¡Así que donde él vaya tendré que ir con el! — La señora Amelia se pone muy triste al escuchar estas palabras, ya que su única amiga se va a mudar pronto. Luego que terminan de acomodar todo, escuchan el timbre sonar y ven que Henri viene con otro chico. El chico era rechoncho, y con cara amable, sus dientes delanteros eran muy prominentes, le decían el gordo castor, por lo que la señora Petra al verlo le dijo en tono de broma: —¡gordo castor ¿y que haces aquí?! — el con cara de molesto le dice: —¡oiga señora no me llame así, tengo mi nombre y es William. Vine porque su nieto Henri, me dio a probar un delicioso pedazo de pastel. Y me dijo que alguien aquí de esta casa lo preparó quisiera saber quién es. ¡La quiero contratar para que me haga muchos pastelitos para comerlos todos los días! — La señora Petra sonríe en forma burlona y toca la panza del chico y le dice: —¡deberías  dejar de comer tantos pasteles, mira que estas rechoncho jejejeje! — el con cara de molestia le dice: —¡hey señora, más respeto , a mí me gusta comer lo yo quiera, así que mis padres me dejan comer lo que me plazca, a cualquier hora, día, año etc., y en estos momentos quisiera unos pastelitos, así como el que me dio a probar Henri! — el chico queda viendo a la señora Amelia y le dice: —¡señora es usted la autora de esos pasteles tan deliciosos, mire, estoy como en un trance, quisiera comerme como 5, mire aquí tengo mucho dinero, tómelo por favor y hágame como 5! — la señora Amelia ve esa gran cantidad de dinero que le estaba ofreciendo el chico, y se los devuelve y los envuelve en su rolliza mano. En ese instante ella le dice: —¡mi nieta de 10 años, fue la que hizo ese pastel. Pero ella lo hizo porque era su cumpleaños. En estos momentos ella duerme, de modo que no puede atenderte, ¡si quieres ven en otra ocasión! — Astrid estaba escuchando música en su habitación. Su abuela creyó que estaba dormida. Yendo al baño, ella escucha la voz de otra persona que no era ni Henri ni su abuela, así que baja las escaleras lentamente para ver quien es, y ve al chico apodado gordo castor, el cual ella le cae muy mal, ya que años anteriores, este le había lanzado una pelota y no se disculpó, ella le dijo con voz muy rabiosa: —¡oye ¿Qué haces en mi casa? ¿y porque le estas dando dinero a mi abuela? ¿estas compensando los daños que me hiciste cuando me distes aquel pelotazo y no te disculpaste? A claro no te debes acordar, pero YO SI. Responde, gordo castor ¿qué haces aquí?! — el chico muy apenado le dice riéndose de manera nerviosa: —¡jejejeje hola pequeña eres tú jejejeje solo vine a contratarte para que me hagas unos deliciosos pasteles. Henri fue a mi casa y me convidó un poco y pues quedé maravillado con su sabor, por esa razón, ¿te gustaría hacer 5 pasteles para mí? Anda no seas mala mira, mira, traigo mucho dinero para pagarte. Y también compraría tus ingredientes. Es que me encantó mucho su sabor. Nunca en la vida, había comido un pastelito tan delicioso como ese…. ¿qué dices?! —  y sonriendo con sus dientes de castor, Astrid le dice: —¡jamás trabajaría para ti, primero muerta! — su abuela y la señora Petra le dicen: —¡cálmate niña no hables así, no seas grosera! — ella muy molesta le dice: —¡él era muy malo con mis amiguitos, así que no lo perdono, no trabajaré para el gordo castor y punto. ¡Y QUE SE VAYA DE MI CASA! — luego el chico muy furioso le dice: —¡pues no me importan tus pasteles niña malcriada. ¡Tú te pierdes de ganar mucho dinero me voy! — y se retira muy airado cerrando la puerta con fuerza y esta sonó muy duro.   Luego la señora Petra y Henri deciden retirarse y le dicen a la señora Amelia que mañana pasaran a visitarla. Su abuela muy preocupada porque el chico le dañó su día a la pequeña decide ir a consolarla, entra a su habitación y ella esta con cara de enojada cruzando sus dos manos  y le dice: —¡abuela, porque dejaste pasar a ese adefesio, ese chico es muy malo, el siempre cuando estábamos jugando en la calle, nos lanzaba pelotas y bombas de agua, lo detesto mucho! — su abuela soba su brazo y le dice—¡oye mi niña, no sabía que ese chico hacia esas cosas, no lo conocía pero bueno esta bien, ya se fue y no volverá más por aquí. De todas maneras, te entiendo, yo le iba a decir al chico que tu no trabajas, además eres muy chiquita para hacerlo, si vas hacer tortas o algún pastel, pues lo harás si tú quieres, no que nadie te obligue, aun estas muy pequeña y debes tratar de disfrutar tu vida, abuelita está aquí para darte todo lo que pidas. Mami y papi dejaron dinero para tu manutención por eso no te preocupes, ¡estaremos muy bien las dos! — su abuela la abraza muy preocupada, pensando en todo lo que tenia que hacer, ya que los ahorros que había dejado su padre no eran muchos y ella tenia que trabajar para las dos. 
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD