Natalia
Qué maravillas puede obrar una caricia, cumplir una promesa erótica de hace días. Sin poder tocarnos debido a tanto trabajo.
Ahora que estamos sentados en uno de sus club, con mi vestido corto, con su mano acariciando mi espalda. Con solo ese gesto provocando eróticas sensaciones.
- aquí. Esta noche. Me perteneces. - sentados en la mesa de la Zona VIP. Con una mano bajo mi espalda y la otra acariciando mi rodilla en mi pierna cruzada. Me mantiene pegada a él. Con su voz ronca por el deseo seduciéndome bajo la oscuridad. Toma mi rodilla enredandola en su pierna y solo asi acorralandome contra la pared acolchonada del respaldo, me besa el cuello ascendiendo en besos húmedos hasta mi boca. Su mano sube y baja por mi pierna desnuda sobre la suya.
- e fantaseado con hacer esto. - susurra sexi y ronco adentrando su mano hasta el borde de mi ropa interior. Haciéndome jadear contra su oido. Y darle acceso a mi cuello. Mientras sus dedos trazan círculos por encima de mi ropa intima
- Victor aqui no.
- aqui es perfecto - su pulgar ejerce presión haciéndome temblar bajo sus expertas caricias. Y me deslizo hasta sentarme en su regazo y uniendo nuestras bocas. Sus respiracion agitada diciendome que esta tan excitado como yo. Que sintiendo su erección no puedo crear fricción, solo apretar las piernas y al separarme de su boca ver sus ojos dilatados.
Me aparta de su regazo poniéndose de pie y tomando mi mano me guía por la pista de baile, sin despegar su cuerpo del mío. Se deja seducir por mi. Mientras sin ser vulgares mi cuerpo se mueve creando fricciones calientes, con sus manos aferradas a mi cadera y su boca jugando con mi cuerpo hasta que la música sensual cambia y me saca de la pista.
Llegamos a la oficina de ventanas polarizadas donde se reflejan los cuerpos sudorosos moviéndose y dándonos la privacidad sin ser exhibicionistas y amantes que solo desean cumplir un deseo carnal.
Tras cerrarse la puerta la música es amortiguada y la música propia de la oficina inunda la habitación. Lo veo pulsar un botón y las cortinas cerrarse de las ventanas dándonos absoluta privacidad de las luces del club y solo atenuando con las luces que nos rodean.
Une nuestros labios despojándose de la corbata y desabotonando la camisa, mientras me tiene acorralada contra la puerta. Sus manos vuelven a mi cuerpo acariciando sin límites, robandome gemidos y instándole a perder el control tras empotrarme contra la puerta con ímpetu y alzandome para rodearle con mis piernas desnudas
- joder - gime buscando fricción para hacerme saber cuan excitado esta. Su boca quema, dejando un incendio donde sea que su lengua toque. Sus manos remueven mis prendas desnudandome para tener acceso a mis pezones endurecidos.
Me despega de la pared sentandome en el escritorio libre de cualquier objeto. Abriendo mis piernas
- no te muevas. - sentencia dejándome necesitada y con el pecho subiendo y bajando. Se acerca al mini bar y tomando una copa y una botella de vino blanco. Se detiene junto ami. Con una mirada tan abrasadora que podría consumirme. Está tan cerca y ala vez tan inalcanzable. Que cuando intento tocarlo me lo impide. Regañandome como si hubiera cometido un delito. Con calma aparente sirve la copa y me insta abrir la boca virtiendo el dulce sabor.
- sabe rico. - cuestiona bebiendo de la misma copa.
- si - relamo mis labios.
- ami no me gusta - con una mano me hace recostarme en el escritorio y dejando la copa aun lado de mi cintura me despoja de vestido dejándome en bragas y zapatillas. Se sitúa entre mis piernas acariciando con sus manos mi piel expuesta. Las sube pasando por encima de mi intimidad hasta mi vientre desnudo y se despoja de su camisa dejando su torso desnudo. Anhelo tocarlo y saborear su piel. Pero estoy seducida por sus caricias. Toma la copa junto a mi cintura. Y vierte unas gotas en mi ombligo. Antes de que se derrame tras estremecerme recoge cada gota con su lengua haciéndome arquear la espalda y cerrar las piernas en torno a su torso. Ciento el líquido fresco caer contra mi piel y como su boca limpia recogiendo cada porción. Sus manos acarician y aprietan mi cuerpo hasta despojarme de la única ropa que cubre mi intimidad.
- así sabe perfecto - dice vertiendo licor en su boca y aproximándose a mi sexo. Robandome un grito placentero cuando su boca me cubre y se mezcla con el fresco líquido y su lengua experta grito, me retuerzo aferrándome a sus hombros, perdiendo la inhibición del tiempo. Y al repetir el proceso mi cuerpo acumula la tensión.
Gimo incoherente. Perdiendo el control cuando sus expertos dedos ingresan en mi interior y explotó en un mar de sensaciones, arqueando mi espalda de la superficie de madera. Su lengua no tiene piedad tomando todo de mi. Absorbiendo cada gota.
Pero ni de lejos quedando satisfecha. Mi cuerpo pide por él. Grita por él.
- Victor... - suplico por más. Quiero más - por favor... Te necesito..
- lose cielo - tira de mis piernas hasta sentir su cuerpo desnudo pegado al mío. Sin haberme percatado cuando se despojó de su ropa. Me levanta de la superficie rígida y me aferro a su pecho, a sus brazos siendo asediada por su boca y la fricción de su cuerpo desnudo contra el mío sin llegar a la penetración. Aún recuperándome del primer orgasmo avasallador. Muerdo y lamo su cuello, hasta descender por cada músculo tonificado y descender hasta incarme frente a él y tomarlo en mi boca. Haciéndolo jadear y maldecir tras torturarlo con mi boca, saboreando mi sabor salado Pero con su toque. Sintiendo
Como su vientre se contrae, me toma por los hombros poniéndome de pie con brusquedad y apricionándome contra el escritorio pegándoce a mi espalda.
- no cielo. Hoy te quiero así - jadea y gruñe deslizándose en mi interior. - deliciosa.
Empuja con fuerza y gritó extasiada.
- exquisita - empuja con más fuerza y me retuerzo buscando moverme, tocarlo porque se queda pegado a mi espalda sin moverse. - mia.
Golpea retrocediendo y impactando contra mis paredes.
- porfavor
Suplico. No podré más. No soportare semejante tortura.
- qué deseas.
- todo de ti - digo entre jadeos aferrandome a la madera. Apoyándome en la superficie ahogandome por la falta de aire y el calor abrazador que culmina mi cuerpo.
- pues no lo tendras aun - empieza a dar estocadas mortales, aferrándose a mis hombros, pegandose a mi espalda desnuda. - vas a suplicar.
Se detiene jadeante. Siento el sudor cubriendo mi piel y la suya
.
- por favor.
- que - golpea de nuevo, una, dos, tres veces.
- termina ya.
- no - dice saliendo de mi. Dejandome vacia. Necesitada. Me da la vuelta y me alza para que lo abrace con mi cuerpo. Besandome. Robándome el aliento.
Cubriéndome con su cuerpo, acariciandome con dulzura y uniéndonos de nuevo. Moviéndose contra mi cuerpo. Acercándonos al climax y negandome alcanzarlo.
- Victor Por Favor - suplico sin aliento cuando se detiene recuperando el aliento - are lo que quieras. Lo que sea.
Dándole lo que tanto desea. Mi obediencia. Mi lealtad en la cama. Lo siento sonreír y moverse en mi interior de nuevo. Conquistando mi cuerpo, uniendo nuestras bocas, arrastrandome al abismo más oscuro y potente desde que nos conocimos. Explotando en un éxtasis juntos. Queriéndolo más cercas y convulsionó de mas fuerte orgasmo gritando, arañando mientras se une ami cayendo exhausto palpitando en mi interior con fuerza.
Estoy envuelta en sus brazos, despertando de una dicha grandiosa.
- hiciste trampa - digo adormilada.
- mmm - finge dormir.
- no te hagas el tonto. Jugaste sucio.
- pero te gane. En la cama siempre te ganare.
- estamos en un sillón - recalcó
- para mi es cama mientras estés entre mis brazos y desnuda.
- eres un pervertido
- y tu una ninfómana. Mía
Vuelvo a caer presa del agotamiento físico al que me sometio y amanecemos gloriosos abrazados.