La puerta se abre y me termino de ajustar el arnés.
—Cambie de opinión Mila, lleva quien sea a mi oficina, salgo en unos minutos tengo que acomodar…
Me giro a la puerta y son tres hombres, aún no estoy satisfecha y con otros tres sería increíble.
—Estoy confundida— les digo
—Somos del grupo Monroe, la empresa de al frente— dice un hombre
—Nos conocimos en las vegas— dice otro
¿Vegas? Guardo los zapatos rápido y me acerco a ellos.
—Vegas— repito —Lo siento, no recuerdo nada.
—Me diste tu tarjeta en el elevador.
Les hago la seña que se sienten y yo hago lo mismo, uno de ellos me mira detenidamente y su mirada se detiene en mis pies descalzos, que no juzgue estaba cogiendo, apenas tuve tiempo para cambiarme.
—Para planear mi boda.
—Lo siento, no te recuerdo, ese mes por 22 días no estuve sobria, pero te puedo ayudar con tu boda.
—Mika— dice el hombre que me mira profundo
—Mika— repito —¡Lo recuerdo!— señalo al de lentes —Alex.
—Exacto.
—Estamos casados— dice el hombre mirada profunda de repente
—No, no lo estamos— le digo sería
—Pero lo estamos.
—Creo que recordaría haberme casado.
—Dijiste que por 22 días no estuviste sobria.— le hago la seña que me dé un momento —Debieron de enviarte un paquete.
Levanto el teléfono y mando a traer a Mila junto con mi correspondencia, es que mi cerebro no procesa la idea de casarme, ni siquiera creo en el matrimonio y si me casaría sería con una ella no un él.
—Lamento la tardanza— entra Mila con una caja —La correspondencia es la que nos han enviado de todas las sucursales.
—Mila, los hombres de aquí dicen que estoy casada con él, en las vegas— señalo al desconocido
—Es imposible— dice Mila —Keres es imposible.
—Lo mismo les digo, pero dice que tengo una correspondencia con no se qué mierda.
—Certificado de matrimonio, fotos y un cd con el video de la boda.
—El abogado no sabe nada de eso.— me dice Mila —Perdón me repiten sus nombres.
—Jason, Alex y yo soy Elijah Monroe.
¿Por qué ese nombre se me es tan familiar?. Vacío la caja en la mesa que está al frente y el hombre, corrección Elijah no deja de verme.
—Aquí— dice sacando un sobre —Es este.
Lo abro y saco su contenido, certificado de matrimonio, fotos y un cd.
—¡Por los dioses, que me están jodiendo!— digo molesta
—Podemos anularlo— dice Mila —Si no se consumó se anula.
—Sí, el asunto es señoritas que creemos que si se consumió— dice el tal Jason
—No, yo dormí con un prostituto y estoy segura de que fue horrible porque no recuerdo una mierda.
—¿Te faltaron unos zapatos?.— le pregunta Mila
—Y un reloj, el mismo de la imagen, el cual tiene reporte de robo.
—¡Dijiste que era un prostituto!— me reclama Mila
—Lo es.
—Me está faltando el respeto— me dice serio
—Mire señor Monroe con el respeto que no le tengo deje de joderme y cayese.
Mila me mira horrible ¿Qué más hice en las vegas?.
—Te dije que festejar tus 22 años en 22 días traería consecuencias graves.
—Pero las consecuencias se te olvidaron esos 22 días, en los viajes disfrutabas y hasta me incitabas a beber.
—A no, no te vayas por ahí, tú fuiste la que te casaste con un prostituto.
—No soy un prostituto.
—¡Cállate!— le gritamos las dos
—¿Sabes cuantos problemas ocasionas? Ahora tengo que solucionar un matrimonio, ¿¡Porque mierda no recordaste que eras la mujer que no cree en el matrimonio!?.
—¡Porque esa era Mika!— le grito
—Tú eres Mika, te dije nada de lo que haga Mika debe perjudicar a la empresa, un paso en falso y nos vamos a la quiebra Keres y todo tu esfuerzo se ira a la mierda.
—Nuestro esfuerzo.
Me toco el cuello tocando una cicatriz, qué rápido la vida se va por el drenaje, un matrimonio puede arruinar todo el esfuerzo con el que creciste en el ámbito laboral y personal. Asi que Keres amárrate los ovarios y enfrenta las cosas.
—Es obvia la solución de este problema, el divorcio, nadie reclama nada del otro, firmamos el papel y acabamos con esto.
—Estoy de acuerdo, sabemos que no queremos un escándalo y mucho menos que esta locura nos afecte— agrega Mila.
Bajo la mirada a un sobre n***o y se me hiela el cuerpo.
—Mis abogados se pondrán en contacto, si me disculpan.— agarro él sobre y me levanto a mi oficina.
—El reloj— dice Elijah haciéndome girar —Lo quiero de vuelta.
—Me encargare de que llegue a sus manos, si me disculpan.
Entro a mi oficina y las manos me tiemblan, rompo el sello, las fotografías aparecen, me dejo caer en la silla y bajo la cabeza tratando de controlar las ganas terribles de llorar, se me salen unas lágrimas traicioneras y siento que la vida se me está yendo de las manos.
—Señorita Thompson.
Por instinto agarro las fotografías y las guardo, Elijah me mira y el verlo me recuerda a otro problema uno que no necesitaba tener.
—Señor Monroe.
—¿Te encuentras bien? Estás pálida.
—No he comido, debe de ser eso. ¿En qué puedo ayudarlo?.
—Háblame de tú.
—Lo mismo.
—Keres, hace unos años…
—Hace unos años.
—¿Hace unos años estuviste en una fiesta de máscaras?.
—Sí.— no, no
—Y le pediste a un hombre que cogieran.
—No— es él —No me jodas, ¿Eres tú?.
—Si soy él, no estaba seguro de que fueras tú, pero el nombre de Mika y tú diciendo aún están comiendo me hicieron quererte preguntar.
—Mira— me levanto y le acomodo la corbata —O me quieres joder o tienes una obsesión enferma conmigo— aprieto el nudo de su corbata —Pero conmigo no tendrás ni una ni otra, no soy alguien que quieres provocar.
—Keres— agarra mi muñeca con fuerza —Tú eres la que no quieres provocarme, no me conoces y no me quieres conocer.
Con la mano libre, le doy un golpe con la fuerza que tengo, su rostro ya no es tan perfecto.
—¡Estás loca!.
—¡Suéltame psicópata de mierda!.
Me tiene contra mi escritorio mientras sostiene mis manos en la espalda, ni mierda que me controla, levanto mi pierna y le doy con fuerza en la entrepierna, logrando que me suelte de inmediato.
—¡Keres!
—¡Elijah!.
—Eres una maldita desquiciada.— me dice desde el piso
—Lo soy— le digo —Asi que agarra tus bolas y lárgate de aquí.
Lo ayudan a levantar y los veo salir de mi oficina, infeliz de mierda.
—Keres, estamos en un gran aprieto.
—Recibí otro sobre n***o— le digo —Este tenía fotos.
—¿Cuánto tiempo paso de este a los otros?.
—Dos meses, tengo que hacer algo Mila.
—Solucionemos este problema.
—Será fácil ambos estamos de acuerdo.— miro mi bolsa —Estoy agotada, encárgate de todo.
Guardo las fotos en mi bolso y dejo a Mila a cargo de la empresa.