Crueles realidades.

1160 Words
—Oh niña. —Tabita— le digo con los ojos llenos de lágrimas —Tabita— la abrazo —Niña tonta, te dije que jamás regresaras, que huyeras de él. —No lo sabía Tabita, no sabía que era él, dioses es él, ¿es el de verdad es él?. —Al final no pudiste escapar de tu destino. —¿Qué hago? No es tonto recordara mi rostro, sospechara de mi Tabita no… La puerta se abre de golpe y entra Mila corriendo, me abraza con fuerza que juro que morí del dolor. —Pareces una fruta magullada, definitivamente te divorciarás de él. —¿Divorcio?.— pregunta Tabita —Hola soy Mila— se presenta —Tabita. —Se casaron en las vegas, totalmente ebrios. —No, mi chef dijo y mostró pruebas que era un ensayo para la boda de un amigo de él. —De la que te salvaste, sin ofender señora Tabita. —No te preocupes, pero si no fue verdad, te aseguro que cheques en el registro civil. —Eso haré.— le digo —Keres, eso es por los accidentes o… Me le quedo mirando y después a Tabita, lo sucedido me cae de golpe, me abrazo a mí misma y junto mis rodillas en el pecho. —¿Te hicieron algo?— me pregunta Tabita —Niña. —Keres. —Me amarraron con cadenas, me golpearon, me lanzaron agua helada y joder los golpes dolían más, ese hombre me miraba con morbo, me toco, tenía miedo Mila— le digo llorando —Tabita sentía que moría, no quería dormir, fue horrible. —Lo mato. Mila se levanta enojada y no me esfuerzo por detenerla, quiero que me defienda. —Quiero irme— le digo a Tabita —Si mi niña. Me ayuda a levantarme y salgo de ese lugar, Mila nos alcanza a la salida y me ayuda a entrar en el auto. —¿Cuántos días fueron?. —Casi dos. —¿Están bien?. —Todo está bien Keres. —Creo que Elijah está en la mafia. —¿Por qué?. —Era un hermano, uno que quería tener el control y secuestrándome iban a quebrar a Elijah. —Para asi atacar en el momento más débil— termina de decir por mí —Mila, creo que me estoy volviendo loca, me reí en esa situación. —Tal vez asi se manifestó tu miedo, una risa nerviosa. —Tenía pavor, pero Mila, si me hacía gracia la situación, era no se, no podía creer que me estaba pasando eso, mierda Mila, Elijah se me hacía sexi mientras mataba ¿Cómo pude pensar en eso? Literalmente estaba a un paso de la muerte. —Keres, puedo hacerte una pregunta, muy, muy personal. —Sí. —¿Conocías a la señora Tabita? Tú no eres de hacer eso con desconocidos, en cambio, sentí cierto cariño. —Tabita, ella me recordó a mi madre— le digo la verdad a medias —Es como si estuviera ahí para consolarme. Y para salvarme otra vez. —Tambien fuiste obediente, se que hay cosas que no le cuentas a nadie, secretos, ¿Ella es uno de ellos? No me lo tienes que decir solo… —No— miento de inmediato —¿Está bien si desaparezco un tiempo?. —Haces mal si no lo haces. —Gracias Mila. El viaje no fue tan largo, Mila me acompaño hasta mi departamento. Los días fueron pasando y los golpes mejorando, puedo decir que no salí por dos semanas, no porque tuviera miedo, sino porque tenía por quien temer. Elijah se la paso marcando todo ese tiempo y yo no quería hablar con nadie, lo bueno de esto es que hicimos, bueno, Mila lo hizo, fue al registro civil y Keres Thompson sigue soltera, no estaba amarrada a un matrimonio sin amor, sobre todo a un matrimonio. Claro no tengo problema con las personas que se casan, todos somos libres de atarnos a alguien de alguna manera, unos con un matrimonio, otros con hijos, por la muerte o en el caso de Ana, porque su madre la vendió por ocho punto cinco millones, si el dinero. A veces me pongo a pensar en el pasado, en la infancia de Ana y en su adolescencia ¿Ana creería si le dijeran que su madre la vendió? ¿Ana se iría con Tabita por voluntad propia de inmediato? ¿Ana sabría mirando a los ojos de su salvadora que no mentía? ¿Ana pensaría que alguien de su familia le disparaba cuando huía? ¿Ana acepta su destino e iría a la cárcel? ¿Ana se convertiría en Keres? ¿Ana se dejaría hacer todos aquellos procedimientos? ¿Ana sería como yo?. En unas mi yo cobarde que preferiría vivir en ignorancia, otras que creería que su madre no la vendió, que era un cuento de Tabita, que alguien de su familia jamás le dispararía. Pero en mí yo valiente, jamás aceptaría el destino de ir a prisión, huiría con quien me ayudara, haria todo lo posible por alejarme de aquello. ¿Pero qué pasa si el destino juntara esas dos Ana’s?. La verdad es que esas dos Ana’s existieron siempre, muy dentro de mí incluso antes de que todo pasara, esas dos Ana’s son Keres, es, son y será Keres. Porque incluso cuando Ana existía, salía el lado de Keres, ese lado salvaje que me caracteriza salía cuando beso por primera vez a una mujer, cuando quiso tener sexo por primera vez, cuando le grite a un profesor por machista. Pero ahora, una Ana desapareció, murió cuando se enteró de todo, murió esa parte de cobardía, solo quedo Keres, una Keres que se está comiendo al mundo, siendo feliz, haciendo lo que quería, riendo cuando tiene que reír, llorar cuando lo tenía que hacer y perderme para encontrarme, si siento que desaparezco. Aunque parece que Keres cometió unos errores, que la llevaron a enredarse con el pasado, joder, me enrede con el error más grande por el cual hui dos veces y ahora el hermano de ese error invadió mi maldita vida. Me humillo y me golpeo, me amenazo y me hizo tener miedo, pero me hizo ver a ese error en una fase que por los dioses, era el más sexi, tal vez por la hipotermia no funcionaba bien y por eso me pareció sexi. A quien engaño, mucho antes de eso me pareció sexi, cogible, terriblemente cogible, tanto que me acosté dos veces aunque solo recuerdo una de ellas. ¿Se puede odiar a alguien que coge bien, pero al mismo tiempo el solo verlo hace quererlo golpear? Porque eso es lo que me provoca el maldito infeliz. ¿Que le provocare? ¿Pensará en mí como alguien cogible? Obviamente, lo soy ¿Pensará que soy sexi? Cosa que lo soy, yo digo que piensa muchas cosas de mí, soy Keres todos tienen algo en que pensar.
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