Diversión.

1924 Words
Me doy un baño y salgo a recorrer esta casa, Elijah no ha regresado y me estoy aburriendo, una cosa que odio es estar aburrida. —No puedes entrar ahí.— Michelle y otras se acercan —¿Según quién?. —Según las reglas del señor Monroe. —Ay bye con ustedes.— abro la puerta y la mano de Michelle apretando mi muñeca me detiene —¿Disculpa?. —Chicas.— le dice Michelle Me agarran y me comienzan a arrastrar, me dejo la verdad, tal vez esto sea divertido y conoceré otra parte de esta casa. ¡Esto será divertido!. —Sosténganla.— dice Michelle mientras me sientan en una silla —¿Qué haces aquí Ana?.— me hago la loca —¡Contesta!. —Oh lo siento, ¿Me hablabas a mí?. —No se qué mierda estás jugando, pero déjame decirte algo… —No me interesa. —¡Cállate!— me da una cachetada —Como te atreves a humillarme frente a Elijah. —A ver espera, la que se humilló fuiste tú, poniéndose de rodillas con su madre para que cuidara a sus espaldas, yo solo sentí lástima— le digo —Si mi madre me mirara haciendo algo asi, moriría por segunda vez. Michelle se queda sin palabras o eso creo, porque se aleja y vamos a ponerle sumisa 1 se pone frente a mí. —Hola. —¿Quién eres?. —Keres Thompson. —¿Que eres del señor Monroe?. —¿Eres una nueva sumisa?— dice la numero 2 —Depende a quien le preguntes y la situación, en este caso dire que amigos, si creo que eso describe lo que tenemos. —¿Por qué deja que lo trates asi?.— pregunta la numero 2 —Creo que está enamorado de mí. —Eso es imposible, el ama a Ana. —No lo supieron— les digo y les hago la seña para que se acerquen —Alejandro confeso haber matado a Ana, para debilitar a Elijah, pero no funciono. —¿Es por eso que ya no la busca?— pregunta la numero 1 —Él no sabía nada, creo que aún asimila la verdad o simplemente dentro de él sentía que Ana ya no estaba. —¿Entonces no eres Ana?. —No, que los dioses me libren— les digo —¿Tienen hambre? No se les antoja un elote. —Sí, hace mucho que no comemos uno.— dice la numero 2 —No podemos salir sin permiso y no nos autorizarán que comamos eso. —Que se joda Elijah— me levanto —Vamos, daremos un paseo. —¿Segura que no se molestara?. —No, se sorprenderá.— le digo Me guían a la salida que no estaba muy lejos de donde estábamos, discretamente voy a la habitación me pongo zapatos y me robo sus tarjetas de crédito, tambien sus llaves no quiero viajar en taxi. “Fuimos por un elote. PD. ¡Jódete Elijah!.”— le dejo la nota a un trabajador. Se suben al carro a escondidas, me pongo mis lentes de sol y arranco a buscar los elotes, al final me termino perdiendo. —Lo siento chicas, me perdí, no de donde venden elotes, que les parece si vamos de compras. —No podemos hacer compras. —El señor Monroe es quien las hace. —Tengo una frase— les digo mientras sigo el GPS —Preferida desde que lo conocí— sonrió —Que se joda Elijah. —No creo que le agrade esa frase.— dice una de las sumisas. —¿Por qué deja que le hables asi?. —¿Tienen nombre?. —Viridiana. —Erika.— se presenta —¿Por qué le hablas asi?. —Les dije, está enamorado de mí. —Sigo sin entender como… —¿Tienen sexo con él?.— les pregunto —En ocasiones— dice creo que Erika —Al principio. —Después de lo de Ana cambio, dejo de hacerlo después, pues llego con Michelle. —¿Con ella si tiene sexo?. —Sí. —Interesante, llegamos. Llegamos al centro comercial y nos bajamos, me siento terriblemente irritada con la idea de que se acueste con él, el tipo dijo que ni al caso con ella, no me cansare de decirlo, pero que se joda. Elijah. —Señor Monroe. —Estoy ocupado, acaso no miras.— le digo un tanto molesto, no encuentro nada de ese sobre —¿Qué quieres?. —La señorita que trajo a la casa. —Es la señora de la casa— le digo —¿Qué tiene Keres?. —Si es la señora de la casa ¿Puede hacer lo que quiera?. —Asi es.— me mira —¿Qué hizo?. —Salio, se llevó un auto y creemos que se llevó a las señoritas, excepto Michelle. —¿Por qué las dejaron salir?. —Le dejo una nota. “Fuimos por un elote. PD. ¡Jódete Elijah!.” —¿En dónde mierda venden elotes?. —Señor Monroe. —¿Qué haces aquí? ¿Quién te dio permiso de hablar?. Le hago la seña a mi empleado que se retire para que me deje solo con Michelle, no quiero que diga que según es Ana frente a otros. Voltea a mirar al hombre colgado, cosa que no se si tiene vida, ya que Tabita decidió tomarse un descanso. —Lo siento mi señor, es solo que…— mira al hombre —Es solo que Ana… no Keres se fue, sin su permiso, se llevó a las dos sumisas, desobedeciendo mi orden, su orden y yo quería informarle… —¿Cómo sabes que se fue?. —Pues yo. —Tú.— la miro —Trate de detener a Viridiana y Erika cuando se la llevaron para interrogarla, tienen miedo y… —¿Me estás diciendo que atacaron a Keres?. —Sí, piensan que es Ana y se enojaron cuando dijo que no, le dieron una cachetada. Mi señor tal vez la obligaron a que agarraran el coche y se fueran, temo por ella. —Pero acabas de decir que Keres se las llevo. —Parecía, ella iba manejando, pero dada las circunstancias tal vez fueron ellas. —¿Por qué no te fuiste con ellas?. —Yo no podía desobedecerlo mi señor. Miro mi celular y veo las notificaciones de p**o, centro comercial, ja que paso con su elote ¿lo compro?. —Bien, te mereces salir de compras, vamos. —¿De verdad mi señor?. —Asi es Michelle, vámonos. La sonrisa que se le forma no se que me provoca, pero será divertido ver la reacción cuando se dé cuenta de que se que es mentira lo que dijo, es que no se si me cree idiota o no se qué mierda, ¿Keres siendo obligada a huir? ¿Dejar que la golpeen unas personas que son inferiores a ella?. No, al contrario, Keres no es alguien a que obligues a hacer algo, hace lo que le da la gana cuando le da la gana, si dejan que la golpeen es porque uno la secuestraron y no puede hacer nada o dos, tiene un plan y puede ser, en su locura que tenga un plan. Con Keres no se sabe nada, solo se que Michelle se pondrá pálida cuando la vea y me divertiré viendo como sus mentiras se caen poco a poco. Erika y Viridiana, de ellas puedo suponer que Keres las influencio, han sido leales a mí por años, conozco sus caracteres y si quieren saber algo lo preguntan con calma, saben que la mayoría de las veces hablando tranquilamente se optime mejor información. Aunque me sorprende que salieran, son muy leales, eso si nadie fue obligada a irse, bueno tal vez un poco, Keres tiene una manera de llegar a ti y terminas cometiendo locuras, ahora que me acuerdo ¿¡Por qué mierda no se llevó guardias?. Está mirando como están las cosas y ella, ella joder andando libre exponiéndose. —Mi señor hacia donde vamos. Miro la última notificación y me sorprende el no sorprenderme de donde está. —Sígueme. —Claro señor. Subimos al elevador, una s*x shop no está en el primer ni en el segundo piso, está en el tercero donde hay cosas que digamos, no tan familiares, la sonrisa de Michelle sigue manteniéndose, se que sabe que significa este piso. —Entremos. —Si mi señor. Extiendo la vista para buscarla, a simple vista no le vi, pero reconocí su voz, mas bien su risa, camine rápido siguiendo el sonido, creo que no estaba preparado para lo que vería. —Señor Monroe.— dicen mis dos sumisas. Keres voltea y se le borra su sonrisa, trae puesto un arnés s****l que se le ajusta muy bien a la cadera, Michelle suelta un grito de impresión, pero yo sigo mirando aquella mujer, que carga un peluche a medio hacer nudos de bondage. —¿Qué quieres que lo pruebe contigo?— me dice Keres señalando el arnés —Puedes elegir el tamaño, forma que quieres. —Keres, le estás faltando el respeto al señor Monroe.— le dice Michelle Y la verdad, aún sigo impresionado con lo que miro, pero esa sonrisa que se le forma cuando escucha a Michelle me saca de ese hechizo. —No digas ni hagas nada— le advierto —No iba a decir nada— me dice Keres. —Paga, es hora de irnos. —No puedo, Inés mi amiga nos está enseñando unos nudos especiales— me enseña el peluche —Erika, Viridiana. —Si señor. Dejan las cosas y se ponen detrás de mí, un tanto asustadas, no les haré nada solo quiero meterle presión a Keres. Hay no esa sonrisa de nuevo. —Ok. —Vamos.— le digo con duda —Me voy si me dejas ponerte un collar y su correa. —¡Basta Keres!.— le grita Michelle —No, mejor aún— se acerca —Me voy si me dejas ponerle una mordaza, collar y correa a Michelle. JODER. —Keres tú… No termino de hablar porque Michelle se le lanza a Keres, no se qué mierda me pasa ando mas lento que nada. —¡Michelle!— le grito Keres agarra unas esposas y la esposa a un tubo para pole dance, la empleada grita, Michelle grita y lo único que puedo hacer es reír, la situación no da para mas. —Esto, esto y esto me lo llevo, el tubo tambien— dice Keres Se quita el arnés, agarra al oso, las bolsas y camina hacia mí. —Controla a tu perra— me dice molesta y sale. —Se van a ir en la camioneta, mis empleados las ayudarán con las bolsas— les digo a mis sumisas —Cuando llegues a la casa, no quiero que salgas de tu maldita habitación.— le digo a Michelle. Las dejo y me voy detrás de Keres, prácticamente corriendo, la alcanzo en el elevador, saco a las personas y me quedo solo con ella, presiono el botón de stop. —Elijah ahora no por favor. —Perdón— le digo aunque no se porque. —Hablamos en la casa.— le pica al botón —Déjame ayudarte. Me da las bolsas y sale del elevador, su seriedad me pone en alerta, está tranquila, ella es explosiva, es energética, hasta para discutir o pelear ¿Será la calma antes de la tormenta?.
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