Tomé la bandeja y cogí mi enorme cantidad de comida, entre esas tenía un poco de ensalada, la lasaña no podía faltar, carne, verduras y un zumo natural de naranja. Caminé llena de nervios hacia la mesa de Alexander, quien próximamente sería Alex. Miré la silla vacía y el levantó su mano señalando esta para que yo me sentara. - Gracias. – todavía en ese momento tuve miedo de que él dijera que no. Solo debía de guardar silencio y podría repetir esto todos los días. Miré su bandeja y el tenia arroz, carnes y verduras. Comía sin levantar la mirada y yo comencé hacer lo mismo. Debía de aclarar que yo no era una persona callada, es decir, podía estar en silencio, desde luego, pero mi rostro serio hacía que las personas se confundieran y siempre terminaban diciendo “Ay, pensé que eras mas abu