—Shhhh —puse mis manos sobre sus labios. Esos labios que me encantaban —el recuerdo golpeaba mi mente y mi erección. Mi cabeza estaba dando vueltas mientras observa su cuerpo envuelto en la sabana, su t*****o estaba ligeramente d*********o y eso me ponía duro de nuevo. Cuando la volvía a besar en la noche entre el misterio de esos arbustos, sumidos en las sombras y la pasión de su cuerpo derretido entre mis manos, mi cuerpo estuvo a punto de implosionar, necesitaba más. Y por más me referia a todo de su parte, incluyendo un poco de obediencia en los juegos que yo le planteará, no se me daba esa m****a de Sado, pero me gustaba que me obedecieran y Catalina llevaba ropa interior, llevaba una jodida ropa interior de seda un encaje. Me la imagine gateando sobre la cama con solamente eso