El calor estaba envolviendo mis piernas, me quemaba, me ardía. —Eres tan sensual —esa voz, ¿por qué estaba escuchando esa voz? —¿Qué... ¿cómo es que... —Shhhh... me estás matando nena. ¡m****a! estaba demasiado ebria y no tenía idea de donde estaba, me costaba abrir los ojos y mantenerme en pie. —Suél... suéltame —mis palabras estaban demasiado arrastradas. Recuerdo que había bebido dos cervezas, luego un trago de tequila, tal vez dos o tres y luego otro par de cervezas y luego... No, no había un luego porque simplemente no recordaba nada más. Sentí un tirón fuerte de mis brazos y un dolor punzante, escuchaba gritos y luego tuve que buscar el baño para vomitar. Moje mis manos con un poco de agua que pase por mi rostro y pude al fin verme, estaba hecha un desastre. Enjuague mi