—Efectivamente está roto. Una respiración temblorosa escapó de su boca y se pasó las manos por el rostro. Leo había decidido que saltar desde el armario era buena idea. El pequeño había amontonado todo en su cuarto para llegar a lo más alto del mueble. Nunca imaginó que perdería el equilibrio y caería. Una suerte que todo en el departamento estuviera empotrado a la pared o el armario hubiera caído encima de su pequeño cuerpo. Leo se removió un poco y sorbió su nariz, su carita hinchada producto del llanto. Su padre no quería ni imaginar el dolor que había pasado. Liam caminó fuera de emergencias con su hijo aferrado en su pecho. Apenas levantó la mirada pudo observar un par de ojos que le traspasaron con el mismo grado de preocupación. Bianca se acercó rápidamente y arrebató a Leo de s