La tarde del sábado se deslizaba suavemente, pero en el corazón de Liam había un torbellino de emociones. Había pedido a Bianca que viniera a quedarse con Leo, esperando que el tiempo a solas con ella le ayudara a aclarar sus sentimientos. Sin embargo, la última vez que la había visto, su corazón había estado roto al encontrarla en una cita con otro chico. En ese momento, no supo cómo manejar sus sentimientos. Se sintió celoso, y eso lo incomodaba más de lo que podía expresar. Mientras la cocina se llenaba del aroma de la cena que preparaba, escuchó los pasos de Bianca acercándose. Ella entró, sonriente, como siempre, pero su alegría contrastaba con el nudo en el estómago de Liam. No quería que ella lo notara, así que trató de mantener una expresión neutral. —Hola, Liam. ¿Qué estás cocin