—¿PIENSAS IRTE ASÍ COMO ASÍ? — le reclamó Anel a Peter cuando le contó lo sucedido con los dioses — Es nuestro aniversario. — él la abrazó antes de que ella lo golpeara.
—Lo siento, pero te prometo que volveré lo más pronto posible, no me tomará más de una semana.
—No lo sé, Peter. Tengo mis dudas. ¿Por qué Dionisio te manda solo a ti? Se supone que las misiones son de a tres siempre.
—Dijo que era demasiado sencillo y que no había necesidad de incluir a más refugiados.
—Es tan raro. ¿Por qué te manda a ti? Yo soy mucho mejor para ese tipo de misión.
—No porque seas lista eres mejor que yo. — él le dedicó una sonrisa tierna y Anel no tuvo más remedio que dejar pasar ese argumento.
Peter y Anel pasaron los dos días juntos. Después de eso, Peter se preparó y cuando amaneció se reunió con los dos dioses en la entrada del Refugio. Le desearon suerte y Peter salió del campamento.
Hermes le había conseguido un boleto de autobús que lo llevaría a New Jersey. Abordó el bus y decidió dormir mientras tanto. Comenzó a soñar, pero cuando los semidioses sueñan usualmente traen problemas.
Se encontraba en el palacio submarino de su padre, Poseidón. No recordaba donde quedaba exactamente, pero reconocía esas paredes y (obviamente) la estatua dorada de Poseidón en el jardín submarino.
Había muchos seres y peces alborotados que nadaban por todos lados y estaban discutiendo. Peter se acercó a uno de ellos y le preguntó que pasaba mentalmente, era una habilidad exclusiva de los hijos de Poseidón que ni siquiera los legados (descendientes) tenían.
—El Señor y la Dama se han encerrado en sus aposentos, hermano glup glup. — le dijo un pez
—¿Y es tan malo que mi pad-- quiero decir, Poseidón y Anfitrite se encerraran?
—El joven amo ha desaparecido también, señor glup glup.
—¿Tritón está desaparecido?
—Así es glup glup. Desapareció hace unas semanas, y nadie sabe nada de él. Todos los seres marinos lo estamos buscando, pero aún no hay resultados glup glup.
El pez huyó de Peter y este se quedó confundido. De pronto, la escena cambió y se encontró en oscuridad y solo podía verse la luz de unos enormes tanques de agua donde se podía ver el interior, uno estaba vacío y en el otro el agua estaba turbia y alborotada, así que Peter no podía ver nada dentro. Lo curioso de este tanque era que estaba sellado con cadenas de bronce, era muy misterioso.
Cuando Peter quiso acercarse, todo se desvaneció y se despertó.
Había dormido tanto que estaba a punto de llegar a New Jersey. Revisó el mapa que le había dado Hermes en el campamento para ver la parada y llegar a la última escuela donde Alison había estado cursando.
Por fin paró el autobús y fue a buscar la escuela. Luego de mucho caminar la encontró y se dispuso a esperar afuera unos minutos hasta que salgan los estudiantes. Tocó la campana, los skaters fueron los primeros en salir e ignoraron a Peter, luego salieron muchos alumnos jóvenes. Peter sacó la foto de la Alison, la querida hija de Dionisio.
No había nadie en toda la escuela que encajara con ese perfil, todas las chicas eran muy bonitas. Cuando empezaron a salir menos personas, Peter se rindió y decidió que iría a buscar alojamiento.
Se irguió y empezó a caminar a unos metros de un grupo de mujeres pelinegras que salían de la escuela. De pronto captó un aroma inconfundible a vino, un delicioso vino. Peter había recibido lecciones de Anel sobre cómo reconocer semidioses. A veces un semidios tenía rasgos característicos de su progenitor como el color de tez, los ojos e incluso el olor. En este caso la semidiosa desprendía un aroma a vino dulce, así que una de esas tres debía ser Alison.
El aroma se hacía cada vez más intenso conforme se acercaba al pequeño grupo. Las chicas se separaron en una avenida las tres en direcciones diferentes. Peter se confundió un momento y luego notó que el aroma se alejaba hacia la derecha. Él corrió en esa dirección, pero había perdido de vista a la chica.
Misteriosamente volvió a captar el aroma y esta vez provenía de un callejón. Sin dudarlo, Peter se adentró y cuando llegó al final, encontró una chaqueta de la escuela junto con una mochila negra con bordes morado. Era obviamente una trampa.
Sintió la punta de una espada por sobre su chaqueta a la altura de la columna vertebral.
—¿Quién eres y qué quieres? — era la voz de una chica, Peter apostaría a que era Alison.
—Mi nombre es Peter Jensen y vengo en son de paz.
—Peter Jensen. — dijo la chica riendo — El héroe que salvó el mundo el año pasado. El hijo de Poseidón. Sí, he oído de ti.
Peter no lo pensó mucho, no quería morir atravesado como una brocheta. Rápidamente giró hacia un lado y evadió la asestadura de la espada de Alison. La chica dio una patada y golpeó a Peter, pero este le quitó la espada e inmovilizó sus brazos.
Fue ahí cuando estuvo muy, pero muy cerca del rostro de la chica y notó unos preciosos ojos morados. Su rostro era impecable y perfilado, ni una sola imperfección, el cabello lacio, largo y emitía el embriagante aroma a vino. Tenía dos opciones, o era una farsante o era realmente la semidiosa que buscaba.
—Ya respondí tus preguntas. — dijo Peter sacudiéndola de los brazos — Ahora responde, ¿quién eres?
La chica lo fulminó con esos hermosos ojos morados pero no se abstuvo de responder.
—Soy Alison Phelps, hija de Dionisio. Ahora suéltame y piérdete.