CUANDO TIENES UNA PESADILLA, TOMA LECHE CON GALLETITAS. Eso fue lo que Zeus le enseñó a Dionisio cuando era tan solo un niño. Pero Dionisio no tenía leche ni galletitas horneadas por Hestia, así que dispuso de su nuevo catálogo de vinos franceses hasta que amaneció y fue a desayunar al comedor.
Luego de las plegarias a las dioses y ofrendas de algunos campistas, Dionisio y Hermes de sentaron para comer tranquilamente olvidando todo acerca de la noche pasada. Todo marchaba bien, hasta que Peter Jensen entró en el campo de visión.
—Peter Jensen. — dijo el dios un poco enfurecido – Reunión después del desayuno.
Anell Cox miró desconcertada a su novio esperando una respuesta clara y válida. Peter se excusó diciendo que no sabía nada y que no había causado ningún desastre en las últimas 24 horas.
Cuando Peter terminó su desayuno le prometió a su novia que volvería temprano para su cita y que Dionisio no lo iba a retener demasiado. Dicho eso, se dirigió a buscar al dios quien lo esperaba con una cara de preocupación. Usualmente Dionisio no tenía esa cara; de hecho, ningún dios tenía cara de preocupación. Peter sabía que cuando el dios Dionisio lo llamaba correctamente por su nombre significaba que había problemas.
—Oh. Ya llegaste. — el dios Hermes apareció detrás de él y le dio una palmada en la espalda — Vamos a hablar un rato. — le dijo sonriendo.
Peter obedeció, pero su instinto le decía que algo malo le iba a pasar.
—Hermes, te aseguro que yo no hice nada, ¡me acusan sin pruebas!
—¡Perry! ¡Nadie te está acusando de nada! — dijo Dionisio irritado
—¿Perry? — Peter se sintió ofendido
—Como sea, Jhonson. — añadió Dionisio y Peter rodó los ojos porque sabía que no iba a poder ganar una discusión con el dios — Te tengo una misión.
Peter se sobresaltó. Era la primera vez en todo el año que le asignaban una misión después de la gran guerra contra los titanes. La gran guerra contra los titanes fue hace poco y aun quedaban secuelas en el Refugio, pero eran manejables y no necesitaban de una intervención exhaustiva de Peter Jensen, el semidios héroe de la guerra.
—No lo creo. — dijo Peter — Los dioses están calmados, los titanes encerrados otra vez y... tengo una cita. No es el momento.
—Lo lamento, Peter, pero esto es más importante. — de entre los dos dioses, Hermes era el amable.
—¿Más importante que Anel? NADA es más importante que ella. — el semidios recalcó "nada". Probablemente Peter Jensen era el único semidios que se atrevía a refutar a los dioses directamente.
—Se trata de mi hija. — lo interrumpió Dionisio. — Alison está en problemas.
Peter se sorprendió. Había escuchado hablar de ella de Darius, un descendiente de Dionisio que vivía en el Refugio. Se decía que Alison huyó del campamento hace unos 6 años, justo cuando antes de que Peter llegara al Refugio. Desde entonces nadie había sabido de ella.
—No la conozco, señor. — se excusó Peter — Además, tengo 17, no estoy para hacer de niñera de los hijos de ningún dios.
Dionisio sacó una foto de su bolsillo. Su mirada se entristeció y le entregó la foto a Peter. En la foto estaba una señora y su hija. La niña aparentaba unos 11 o 12 años, llevaba el cabello recogido en una trenza larga de color n***o, su rostro estaba cubierto de un poco de acné debido a la horrible etapa de la pubertad, además de eso, llevaba unos lentes negros nerd y bajo ellos unos ojos morados muy oscuros, clásicos de un descendiente de Dionisio.
—Es una niña, no pienso ser niñera...
—Esa foto es de hace 6 años. — le dijo Dionisio recuperando la foto de su hija — Actualmente debería tener tu edad.
Peter no se inmutó.
—Peter. Está siendo perseguida... — la cara de Peter cambió ligeramente cuando Hermes lo mencionó — ¿Qué dices? ¿La ayudarás y traerás de vuelta?
Peter lo pensó durante varios minutos que se volvieron incómodos. Puede que tenga cosas que hacer, pero tampoco era desalmado y dejar a alguien en peligro inminente.
—Bien... Solo tengo que traerla de vuelta sana y a salvo. ¿Dónde la encuentro?
—Ese es el problema. — dijo Dionisio — No sabemos nada de ella desde hace 6 años. La última vez que la vi, ella estudiaba en New Jersey.
—Es curioso. — dijo Peter riendo — ¿Cómo un dios no puede encontrar a una persona?
—Hécate la ha estado escondiendo de mí. Según dice, Alison no quiere verme y le pidió ese favor.
—Pero aun así quiere protegerla... aún si es en contra de su voluntad. Que buenos padres que son los dioses.
En un segundo, Dionisio pensó en más de 1000 maneras diferentes de matar a Peter, pero no dijo nada porque lo necesitaba... por ahora.
—Bien, llamaré a Anel y a Niko para ir a la misión y...
—Negativo, Jensen. — le dijo Hermes — Sabemos que las misiones son de a tres usualmente, pero esta misión solo va a ser para ti. Es demasiado sencilla y vas a necesitar estar concentrado.
—Al menos puede decirme quién persigue a Alison.
Dionisio y Hermes intercambiaron miradas cómplices.
—Nosotros tampoco lo sabemos. — añadió Hermes — Supongo que lo descubriremos cuando la encuentres... Será mejor que te prepares, tienes dos días antes de que comiencen las clases.
Peter agradeció y se levantó para salir, pero Dionisio añadió:
—No digas nada a nadie; mientras menos sepan de eso, mejor. — Peter asintió — Y gracias, Perry Jhonson. — murmuró
—Me doy por satisfecho sabiendo que se preocupa por sus hijos. Ojalá los otros dioses aprendieran eso de usted.