Capítulo 10

2232 Words
—PETER JENSEN. — gritó la diosa a los cuatro vientos muy molesta — Pagarás por esto. ¡¿QUIÉN TE CREES QUE ERES PARA INTENTAR LLEVARTE A MI NIETA SIN MI AUTORIZACIÓN?! —Abuela. — Alison se levantó del piso rápidamente y se interpuso entre Izanami y el semidios — Ya hemos hablado sobre esto. Jensen no me llevará a ningún lado. Si vas a culpar a alguien por favor que sea a mi maldito padre. Haz lo que quieras con él, no me importa, pero no metas a semidioses en este asunto. —Es Peter Jensen quien intenta separarte de mí, querida. ¿Es que no lo ves con claridad? — el tono de Izanami se fue suavizando a medida que hablaba con su nieta, pero seguía siendo autoritaria. —No es así, señora. — agregó Peter tratando de poner de su parte un poco de respeto para no ser devorado vivo por la diosa — Yo no intento separarlas. Solo quiero que Alison vuelva al refugio un tiempo. No digo que sea permanente. Dionisio la necesita allá. —¡Patrañas! — exclamó Izanami casi rugiendo. Los vidrios de los ventanales detrás de los semidioses se rompieron en pedazos y Peter cubrió a Alison con su chaqueta para que no se cortase. —Yo la necesito más. — siguió diciendo la diosa — Alison heredará mi posición y mi reino. Será la nueva reina del inframundo y debe instruirse bajo mi mando como tal. —No permitiré que eso suceda. — Peter salió a la defensiva siendo un poco arrogante — No lo permitiré si es que Alison no quiere volverse la reina del inframundo. Nada puede hacerse en contra de su voluntad. —No tiene elección. —rugió la diosa — Es su destino. Nació para esto. —El tiempo lo decidirá, abuela. Por el momento no tengo planes de ser tu sucesora. Si llegase a darse en el futuro no lo sé, pero ahora no es el momento. Izanami tenía una expresión de querer arrancarle los ojos a Peter Jensen y descuartizar su cuerpo, pero contrario a eso, Peter se rio ligeramente. —¿Estás demente, Jensen? — le dijo Alison dándole un golpe en el hombro — ¿De qué te ríes? —Es que es gracioso… cuando usa tu forma y se molesta hace las mismas caras que tú. ¿Cómo podría no reírme? Me pregunto por qué no utilizó tu forma la última vez. —Jensen, ¿de qué estás hablando?. Izanami no-- —Oh, querida. — le dijo la diosa con un poco de desdén — Creo que debes saberlo mejor que nadie. Las personas suelen ver reflejada en mí la apariencia de una persona importante en sus vidas. Una madre, una esposa, una líder, una amante… ¿no lo sabías ya? Vamos, querida, esfuérzate un poco más con tus lecciones. Me decepcionas. —No soy una persona importante para Jensen. — dijo Alison con mucha seguridad mirando con fiereza a su abuela. —Si lo eres. — Peter la desmintió dejando a Alison media confundida — Eres importante porque si no lo fueses tu padre me mataría ¿no lo crees? Es estrictamente profesional. —Estrictamente profesional ¿lo escuchaste, abuela? Ahora tendrás que redefinirte porque es estrictamente profesional. — le dijo Alison a una enojada diosa — Si no tienes nada más que decir yo volveré a casa o mi madre enloquecerá si no me encuentra. Izanami no le respondió nada más y se esfumó en una ráfaga de viento muy fuerte. Alison se sostuvo del brazo de Peter una vez más para no caerse y cuando el viento pasó se alejó rápidamente. El tiempo a su alrededor volvió a fluir con normalidad y muchas personas se amontonaron fuera del supermercado al ver que tenía los vidrios rotos. Como no podían causar una escena o quedar expuestos, lo mejor era irse del lugar lo más pronto posible y regresar a casa. —Será mejor que no interrumpas, Jensen. Estoy de pésimo humor. Alison subió las escaleras hacia su habitación y cerró la puerta fuertemente. Exhausto, Peter quiso ir a dormir temprano, pero tenía que comunicarle lo que estaba sucediendo a Dionisio. Buscó en su mochila y encontró una moneda de oro para mandar un mensaje. Fue al baño, dejó correr el agua y cuando esta se empozó, lanzó la moneda y transmitió la imagen del dios sentado en su sofá con una revista de autos en la mano. —Cuánto tiempo, Pericles. — le dijo el dios con cero entusiasmo — ¿Cómo te va? Esta vez Peter ya no se esforzó siquiera de corregir el nombre. —Quería preguntarle si usted tiene conexión con los dioses de otras culturas… como la japonesa por ejemplo. —Mmm. — el dios se puso a pensar un momento — Creo que sí. Si no me equivoco la madre de Alison es hija de una diosa japonesa. Izanami, si no me equivoco. Ella no lo sabe. Ni quiera yo lo sabía, me enteré cuando conocí a esa vieja cuando Alison estaba por nacer. Da un poco de miedo ¿no crees? —Señor, y cuando se dan estos casos de cruces con otras culturas… ¿es posible que Alison, en particular, herede el inframundo por parte de Izanami? —Es complicado, pero sí. Hades y otros dioses del inframundo se encargan de controlar la muerte de sus propias culturas. Podíamos decir que es como un gran todo con pequeñas divisiones y cada una está controlada por los dioses respectivos de las diferentes culturas. Izanami controla su reino y pude hacer lo que quiera con él… eso incluye dejárselo a su descendencia. Pero la cosa se complica cuando los niños están emparentados con más de un dios… pero a diferencia de Izanami, yo no quiero que Alison herede mi puesto aún. Es solo una niña. —Pero si no hace nada al respecto Izanami se la llevará ahí abajo. No puede-- —Calma, muchacho. No la dejaré. Soy su padre después de todo. Por eso también te mandé a traerla. Ella estará a salvo aquí de los peligros que la acechan. —¿Está en peligro ahora? ¿Quién--? —No lo sé aún, pero tengo un mal presentimiento. —No permitiré que nada le pase. —Así se habla, pero no te encariñes con ella. — le advirtió en tono de broma el dios. —Entendido. El mensaje se disipó de la superficie del agua y la moneda ya había desaparecido. Peter pensó en lo que había dicho Dionisio sobre no encariñarse. Ciertamente al inicio no estaba planeado tomarle afecto pero a veces las cosas cambian y ahora sentía una extraña conexión con la chica * Peter no durmió nada bien esa noche. Tuvo insomnio de luego de tanto pensar en qué hacer con el tema de Izanami y preguntarse qué peligros podrían estar tras Alison. Con ojeras bajo los ojos se levantó muy temprano y metió su cabeza bajo el caño para dejar que el agua corra como una cascada sobre él. Cuando se sintió mejor y recuperó un poco de fuerzas regresó a la habitación y se dio cuenta de que seguía siendo temprano así que fue a despertar “gentilmente” a Alison por su cumpleaños. Entró a la habitación muy confiado y encendió la luz. Peter no estaba preparado para ver lo que tenía enfrente: era Alison cambiándose de ropa. Peter no sabía dónde esconderse. Rezaba porque en ese momento le cayese un rayo o que su padre lo proteja de morir a manos de una enojadísima hija de Dionisio. —¡ESTÁS MUERTO, JENSEN! — gritó ella lanzándole su espada como si fuese una jabalina. Peter cerró la puerta rápidamente y la mitad de la espada la atravesó casi perforando el rostro del semidios. El rostro de Peter estaba completamente rojo y sentía como su corazón amenazaba con dejar su cuerpo. —Oh mierda. — susurró para sí mismo. Bajó corriendo las escaleras cubriendo su sonrojado rostro con una mano. No podía quitarse la imagen de Alison de la cabeza. A los minutos cuando pensó que ya todo había pasado, Alison bajó con rubor en las mejillas y le dio una cachetada muy dolorosa a Peter. —Lo tengo merecido. — admitió él. —No menciones esto el resto de tu vida. — ella lo amenazó. —De acuerdo. Alison desayunó en silencio al igual que Peter. Cuando Heidi preguntó por qué sus rostros estaban rojos ambos respondieron que estaban por atrapar un resfriado. Alison y Peter fueron juntos a la escuela donde fueron abordados por Ryo y los demás chicos del equipo mixto de basquetbol que fueron a felicitar a su capitana por su cumpleaños. —Feliz cumpleaños, amor mío. Te compré rosas. — Ryo Campbell le obsequió un hermoso ramo de rosas. —Son agradables. — dijo Alison recibiendo el ramo de rosas — Gracias Ryo. Gracias, chicos. Alison estaba muy feliz e incluso abrazo a Ryo como agradecimiento. Ella suele evitar el contacto físico, pero no puede evitarlo cuando Ryo se comporta bien y es adorable. A Peter le molestaba que Alison abrazara a Ryo por temas profesionales, pero por otro lado estaba feliz de ver sonreír así a Alison. Le pareció más hermosa que nunca. Después de las clases los chicos invitaron a Alison al cine y a los bolos tal y como Peter había escuchado el día anterior, pero ella los rechazó y terminó volviendo a casa con Peter y el ramo de rosas. —¿Por qué no fuiste con ellos? — preguntó el semidios — Pensé que te gustaría salir con ellos... Esas eran solo palabras pues por dentro Peter estaba celebrando que Alison pasara el día con él y no con Campbell. —Mmm. Es Ryo. No quiero ir al cine con él… La última vez intentó besarme y tocó más de lo debido. —¿Cómo es que no le cortaste las manos? — dijo Peter un poco alarmado pues él era capaz de pensar que ella sí haría eso — Casi me atraviesas con tu espada esta mañana… —¿Crees que lo dejé ir ileso? ¿Viste esa cicatriz que tiene en el brazo derecho? Esa fui yo. No podía cortarle las manos. Ninguno de los idiotas juega mejor que Ryo. —Ah. Entonces no es que no lo consideraras… — susurró Peter — Entonces si no vas a pasar el día con ellos, ¿por qué no vamos al cine nosotros dos? Yo intentaré nada. Solo pop corn y película. —No suena mal. — Alison sonrió y Peter estaba agradecido de que funcionase. No era una cita estrictamente hablando pero al menos podían salir a divertirse juntos. Puede que Alison tuviese un carácter un poco violento pero no quiere decir que sea mala… además ambos congeniaban bastante bien y tenían gustos un poco similares. Peter y Alison fueron al cine más cercano a la casa y vieron la cartelera. Desafortunadamente no había películas de acción en ese momento, tan solo una película romántica. Tal y como prometió Peter, no pasó nada entre ellos… tan solo pop corn y película. A pesar de ser un cliché, a Alison le gustó mucho y a Peter lo dejó enganchado con la trama como para esperar por una siguiente película. Saliendo del cine ambos se llevaban mucho mejor y entre risas y bromas a Alison no le pareció que Peter Jensen fuese un mal tipo. * Peter estaba en el equipo de natación de la escuela y era brillante. Por supuesto muchos le tenían envidia por sus habilidades en el agua pero Peter se las arregló para ser aclamado por casi todos. Además, Peter atraía involuntariamente al público femenino a las prácticas del equipo. Muchas de las chicas estaban interesadas en él pues era popular y según ellas el cuerpo bien desarrollado de Peter era un deleite para la vista. Alison no asistía a sus prácticas, no le interesaba ver a una serie de chicos en traje de baño siendo animados por chicas calientes. Alison pasaba todos sus martes sin falta con sus amigos del equipo de basquetbol practicando arduamente. Ellos no necesitaban ser animados por porristas ni chicas calientes, tal solo le limitaban a mejor y alcanzar un cupo para los Juegos de Invierno que era su meta desde siempre. Así pasó un mes y el ansiado viaje escolar llegó. El traslado sería en autobús hasta las montañas y sería un trayecto de unas tres o cuatro horas. Alison se sentó con Ryo como siempre, mientras que a Peter no le quedó de otra que tomar el asiento al lado de Mark Krüller, su capitán. —Ah… Alison es tan linda. ¿No es así? Me encantan sus ojos morados… son tan únicos… ¿Aún no le has dicho para que salga conmigo? Todo el trayecto Mark se le pasó hablando sobre lo hermosa que le parecía Alison. Peter también creía que era hermosa, pero Alison no estaba interesada en “idiotas” como él. En los últimos meses Peter y Anell han estado discutiendo más de lo debido y puede que no estuviesen congeniando de lo mejor, pero ella seguía siendo su novia y debía respetarla. Sin embargo, Alison se había convertido en una pieza irremplazable en la vida de Peter y eso es algo que no podía cambiar.
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