Lila Estaba de vuelta en mi departamento después de tanto tiempo, y seguía sin poder creer todo lo que había pasado anoche, porque cuando finalmente pensé que me había librado de él, el destino se me reía en la cara y lo ponía frente a mí, de nuevo. Joder. Todavía podía sentir el sabor de sus labios y seguía siendo tan hermoso y sexy como recordaba, y entendí que toda esa coraza y ese esfuerzo por superarlo que había hecho, se había derrumbado solo con su cercanía, y me odiaba por eso. Seguía teniendo la capacidad de volverme loca con solo una mirada, ese océano azul, embravecido que hacía que me perdiera en ellos, acabando con mi cordura. ¿Cuándo se detendría? Me sentía tan, pero tan estúpida, si no hubiera apelado a todo mi autocontrol cuando sus labios estuvieron sobre los míos, p