4. ¿Esto no es una estafa?

2585 Words
¡Esto es una estafa! ―¡Esto es una maldita estafa! Mi grito lleno de frustración hizo que Lessa y Dylan se despertaran exaltados, miraron hacia todas partes, asustados y después recayeron en mi figura desahuciada y a punto de colapsar. ―¿Qué demonios…? ¿Por qué gritas así? ―Dylan se levantó furioso, ah… olvidé que cuando lo despertabas se ponía con un humor de perros, me encogí de hombros en busca de su perdón―. ¿Y bien? ¿Qué mosca te picó? ―Estoy leyendo el concurso, ¿saben que esto es una estafa? ―¿Estafa? ¿Por qué? ―Lessa enseguida abrió su correo y tragó saliva―. Ah. ―Me niego a participar en esto, solo voy a perder y a llorar por haber perdido y no quiero perder porque odio perder, además, ya he perdido durante toda mi miserable vida como para venir a un mundo raro y perder también. ―Eso… sonó muy repetitivo, pero… ―Lessa comenzó a leer―, supongo que tu concurso y el mío son distintos, ¿no? ―Es normal que a ciudadanos del Mundo 87 les den prioridad ―Dylan estaba leyendo las reglas―. En todo caso, ustedes solo deben preocuparse por hacerse conocidas ya que así podrán ganar Fama. Lessa y yo lo miramos queriéndole arrancar la lengua. No era tan fácil como Dylan pensaba, en realidad era más complejo ya que ni Lessa ni yo éramos conocidas en el Mundo 87, es más, ni siquiera en el mundo real alguien nos conocía, nuestra presencia era nula tanto allá como aquí y para poder promocionar debíamos tener suficientes Letter Coins, ¿pero cómo demonios las conseguíamos? Este mundo era diferente al nuestro, tanto que no me sorprendía encontrarme con un dragón volando sobre mi cabeza. Quizá de haberme puesto el nombre por el que todos me conocían, habría sido más notada por este maldito sistema. Leí mis estadísticas. ―Mi Fama es 0 ―dije mirándolas a detalle, parecía el panel de un videojuego e incluso estaba la cantidad total de mis personajes invocados, o sea 1, Dylan era el único que podía tener a mi lado en estos momentos. ―¿Los Puntos de Fama vendrían siendo qué tan conocida eres? ―Lessa preguntó, ella también veía el panel―. Ni en mi casa me conocían, ¿cómo me van a conocer aquí? ―Cuando nos trajeron sabían todo de nosotros, así que posiblemente hay famosos y personas con rango superior al A, como Yellow, entonces ellos tendrán definitivamente más oportunidad que nosotras. Las reglas eran injustas para nosotras, todo aquél que tuviera talento, pero no fuera conocido estaba siendo aplastado desde ahora por los grandes artistas, comenzando por aquellos que vivían en el Mundo 87 ya que tenían prioridad en la tabla de clasificación. ―¡Ah! Mira, se actualizó la tabla. La abrí sin mucho ánimo y tragué saliva. Había ya más de 20 escritores participando del Mundo 87, mientras que de mi mundo sólo había apenas 4, supuse que aquí todos tendrían una historia que contar y les resultaba fácil inventarse alguna. Además, ellos estaban etiquetados con una estrella dorada, mientras que nosotros portábamos un rombo rojizo. Otra de las reglas, y por lo que se me hacía una severa falta de respeto, era que los jueces sólo ejercerían su presencia durante la etapa final. El concurso tendría un total de 5 etapas, la primera era registrarte como escritor, tendríamos una semana para completar el registro, la segunda etapa era presentar tu primer borrador o manuscrito, lo tenías que enviar por correo, o sea que lo tendría que escribir a mano y teníamos 3 meses para enviarlo, la tercera etapa era el asignarte un editor con el que trabajarías de la mano para poder presentar algo decente, me sorprendió que estos editores te prestaran la debida atención. En mi mundo, mi editor solo me respondía dudas, me reclamaba por no cumplir mis plazos y nunca leía siquiera lo que escribía, solo le importaban los números. ¿Qué trama tenía mi obra? ¡A saber! Pero tenía más de 100 mil lecturas en mi sitio web y las ventas en librerías iban decentes, eso es lo único que le importaba: Números. En cambio, este editor estaría conmigo incluso ayudándome a corregir mi historia, aconsejaría y cuidaría de mi trama, ¡perfecto! Si regreso a mi mundo, ¿podré llevármelo a casa? Estoy segura que mis padres también lo amarán. Como sea, la cuarta etapa era la más complicada ya que se presentaban todas las obras en dos tiempos, el primer tiempo era para subir las obras de los escritores más reconocidos e influyentes, aquellos que ganaran Letter Coins durante la primera etapa ya que los lectores podrían darle su “Curiosidad del Lector”. Según las preguntas frecuentes, la Curiosidad del Lector era aquella que se generaba en el lector al momento de leer un nombre de autor y título de su obra. Sabía que a veces los lectores se veían atraídos por el nombre del autor, pero no pensé que esto influyera a tal grado aquí, después vendría el título de la obra, ¿era atractivo el título? ¡Entonces por favor avísame cuando actualices! Y ¡BUM! Curiosidad del Lector activada. La segunda etapa vendría cuando todos los autores restantes eran presentados, sin siquiera poner su nombrecito en dorado, qué discriminación, ¿administradores? Me siento discriminada, gracias. Esta etapa era indefinida, ya que los lectores tendrían suficiente tiempo para explorar y explotar todas las obras, el autor lucharía con garras y dientes para hacerse notar y ganar popularidad. Finalmente la etapa número cinco era la definitiva. Los jueces mirarían solo las 50 primeras historias en la tabla, las leerían todas, clasificarían aquellas que les resultaran adecuadas, y la primera semana se eliminarían 10 y así sucesivamente hasta quedar 10 historias finales. Pero, siempre hay un pero, según esta cosa, la opinión de juez tampoco importaba mucho ya que al final era el lector y el sistema quien elegía las 3 novelas ganadoras, y era aquí cuando venía la estafa. Si una historia se hacía popular en este tiempo, entonces el sistema de forma inmediata comenzaba a distribuirla y eso inevitablemente la haría más popular, además aquellos autores que tuvieran de inicio más del 50% de Fama y un 15% de Popularidad tendrían prioridad. ¡Tenía 0! Mis posibilidades de salir victoriosa eran nulas. Y eso no era lo que más me preocupaba, sino las palabras del anciano gangoso, ¿qué teníamos que hacer en realidad aquí? ¿Sólo escribir historias y ser lindos autores que gozan de sus comisiones? ¿O había algo más que no nos dijeron? Debía entender cómo funcionaba este mundo antes de presentar una historia o me quedaría atascada, encima Dylan era más una persona real que un personaje a estas alturas, tenía sus necesidades fisiológicas como nosotras. No podía preocuparme solamente por mí, sino también por él, yo era su creadora, después de todo. ―¿Qué tanto piensas? ―Lessa preguntó curiosa. ―Estoy pensando en qué es en realidad el Mundo 87. ―¿A qué te refieres con eso? ―Repasemos bien la situación ―bajamos a comer algo, cuando llegamos a la planta baja pedimos lo más barato y nos sentamos a degustar este fabuloso pan duro y leche de una bestia cuyo nombre era difícil de pronunciar―. ¿Te gusta leer, Less? ―Leía poco, pero me gusta el anime, ¿cuenta? ―Sí, perfecto, supongo que miraste esos animes donde el protagonista era invocado a un mundo distinto al suyo, ¿no? ―¡Por supuesto! El género es isekai, es muy popular y también está el otro género, no lo recuerdo, pero es donde el prota reencarna en el prota de otra historia, hay muchas novelas visuales así. Las conocía, entonces Lessa no me vería como una loca friki emocionada porque fue invocada a otro mundo. ―Supongamos que nos pasó eso, ¿no deberíamos preocuparnos? ―Lessa no me entendió―. Me refiero a que estamos preocupándonos por cantar y escribir, pero… ¿qué significan estas ventanas? ¿Nuestros atributos cómo suben? Es más, si sólo debemos escribir o cantar, ¿por qué existen habilidades y rangos? Esa loca que se mató a 5 personas, ¿por qué tiene esa habilidad si se supone que solo debe cantar? ―Pensé en eso, pero creí que me verías como una loca… ¿de verdad el concurso es tan importante? ―Lessa ahora sí que estuvo en el mismo canal que yo―. Me lo pregunté el primer día, pero me asusté de estar emocionada por esto. ―¡No! Yo te entiendo, quiero decir… normalmente me la paso leyendo historias de este tipo y no puedo creer que me esté pasando a mí, me siento emocionada pero asustada, porque no sé si al morir podré regresar a mi mundo o siquiera hay una posibilidad de hacerlo. ―Si fuimos invocados, ¿somos extras o el protagonista? ―Lessa preguntó curiosa―. Quiero ser el protagonista porque los extras siempre se mueren. ―Hum… buena pregunta, supongo que nos daremos cuenta sobre quién es el protagonista de este lugar, ¿habrá algo así como reinos con sus príncipes y princesas guapísimos? ―¡Eso sería genial! Yo te puedo cantar una canción sobre su belleza. ―Y yo te la describo con la mejor labia que puedas imaginar ―nos miramos cómplices―. En fin, dejando de lado eso, ¿no deberíamos pensar sobre el significado de estos paneles? ―Tenemos habilidades y atributos ―Lessa volvió a mirar sus estadísticas―. Soy rango A así que mis estadísticas están estables, me recuerda a un videojuego, pero sé que no lo es del todo. ―Tienes razón, es un sistema similar, pero no nos están dando muchas opciones, por lo que creo que debemos encontrarlas y tomarlas nosotros mismos. ―¿Cómo subimos nuestras estadísticas? ―Matando monstruos, subiendo de nivel, retando a más artistas y ganarles o consiguiendo Letter Coins y pagando para subirlas. Es fácil ―Dylan estaba peleando con su pan duro, Lessa y yo volvimos a mirarlo un tanto incrédulas y él dejó su salvaje lucha para prestarnos atención―. ¿Qué? No les voy a dar de mi pan duro. ―No es eso ―Lessa habló embelesada―. Sabes más cosas que nosotras, ¿por qué? ¿Es una habilidad o algo así? ―Me sorprende que a estas alturas Writery no se haya dado cuenta de lo que puedo hacer. ―Es el segundo día ―me defendí. ―Sí, como sea ―Dylan desplegó su panel de estadísticas y nos acercamos a ver curiosas―. No puedo pelear, quizá pueda noquear a algún bastardo con esta chingadera ―alzó el pan duro―, pero de ahí no pasa, por lo que puedo hacer otras cosas. ―¡Wow! ―esa emoción en ambas pudo palparse―. ¡No sabía que podías hacer esto! ―Soy un personaje y tu herramienta de combate, lógicamente conservo las habilidades que me diste. Dylan era el protagonista de una novela de romance y comedia, pero en mi mundo perfecto, él era hijo de un importante CEO del mundo de las telecomunicaciones, por lo que le habían dado una pequeña y fastidiosa habilidad: “Recopilación de información”, así la llamó el Mundo 87. Este protagonista bastardo y bueno para nada siempre estaba rodeado de gente ya que era el chico popular y se enteraba de todos los chismes en su colegio, me reí al recordar que también fue gracias a esto que conoció al amor de su vida, ay, qué tiempos. Bueno, ya daba igual, el Mundo 87 le había modificado esta habilidad y podía recopilar toda la información que quisiera dentro de un rango de 10 metros, supuse que era porque sus chismes siempre se limitaban a contarse en las paredes de su colegio. Toda la información que le resultara relevante la recopilaría para uso personal y aquí había bastante gente, así que supuse que les sacó información sin que ellos se dieran cuenta. ―Su nivel actualmente es 0 ―Dylan alzó su pan duro como una varita mágica―. Según esos viejos de ahí, están diciendo algo sobre ir a cazar un monstruo dentro de una semana y buscan excavadores. ―¿Qué son los excavadores? ―Son personas que no van a luchar, pero se dedican a minar la zona para obtener los tesoros del monstruo… supongo que esto es más parecido a un juego de lo que pensábamos. ―Escribir y cantar… ¿pero también podemos cazar monstruos? ―Al parecer aquí se pueden hacer muchas cosas ―susurré pensativa―. ¿Qué debería ser más importante? ―Subir nuestras estadísticas y nivel, ¿no es obvio? Esta semana vamos a dedicarnos a recopilar toda la información ―Lessa habló feliz, Dylan estuvo de acuerdo con ella. ―Participar tampoco es obligatorio, no sabemos qué nos espera, pero cuanto mejor nos adaptemos, más rápido vamos a salir de aquí. ―¿En verdad vamos a “salir” de aquí? ―No lo sé, Less, pero tengamos dos cosas claras a partir de ahora ―ella me miró esperando mis palabras, por alguna razón admitir eso en voz alta me causó indigestión―. Lo primero es tener presente que podemos morir. ―¿Y la segunda? ―Que contar una historia no es la única forma de ganarse la vida aquí, así que seamos proactivas y hay que dedicarnos a conseguir Letter Coins y subir de nivel, poco a poco iremos conociendo más al Mundo 87, además no existe fecha límite para el concurso. ―Eso es porque el Mundo 87 solo peligra, pero no está en un peligro inminente ―Dylan explicó como siempre, a mayor detalle―. Indudablemente terminará desapareciendo, pero no lo hará ahora, sólo desaparecerá algún día, aun así, los efectos comenzaron a verse con la hostilidad de los monstruos y que las historias comienzan a ser devoradas por esa cosa que llaman “Mal”. ―Un Mal que se traga nuestras historias… debemos tener cuidado con eso, por ahora lo primero que haremos será encontrar una manera de adaptarnos lo más rápido posible. ―¿O sea que podré emocionarme con todo esto? ―Lessa preguntó más que emocionada y asentimos―. ¡Geniaaaaaal! Quiero ver qué hace mi guitarra, ¿podemos ir? ¿Podemooooooos? ―Claro, ¡de eso se trata! ―Solo no se mueran ―Dylan dijo aborrecido. Lessa y yo nos pusimos de pie, bebimos esa leche que curiosamente sabía bien y salimos corriendo como bobas sin saber muy bien a dónde ir. Tras darnos cuenta que no teníamos ni la más mínima idea de qué camino tomar, volteamos a ver a Dylan y él suspiró. Señaló la derecha. ―¡Andando! ¡Soy un fantástico rango A, verán de lo que estoy hecha! Lessa tomó mi mano y me arrastró con su emoción hacia un camino que conducía fuera de la ciudad, salimos sin prestarle mucha atención y nos dimos cuenta que esto era como un bosque enorme y normal. Sólo que, en vez de tener lindos conejitos blancos, tenía conejos naranjas que amenazaron con comernos.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD