3. Plaza de Plata

2574 Words
¡De acuerdo, esto es enorme! La Plaza de Plata tenía bien merecido ese nombre. Todo en ella era color plata, desde el asfalto, hasta las pequeñas bancas que había, la flora solo contenía pequeños manchones de colores y conforme nos acercábamos veíamos más personas. Dylan susurró que eran como nosotras, así que me dediqué a mirarlos con un pequeño interés. Había personas de todas las edades, y todos parecían tener ese pequeño y muy ligero diseño estilo “dibujo anime”, pero no dejábamos de ser personas reales, me preguntaba si era porque estábamos en alguna clase de videojuego. Algunos autores tenían sus nombres a la vista, otros los tenían ocultos. Tampoco reconocía a ninguno, sus nombres parecían cada vez más y más desconocidos para mí, pero después Dylan le prestó atención a algo y señaló el lugar del alboroto. ―¿Qué sucede allá? ―preguntó, Lessa y yo nos encaminamos enseguida curiosas y mi protagonista no tuvo más opción que seguirnos. Cuando llegamos al caos, enseguida vimos a una joven chica siendo rodeada por varias personas, tanto mujeres y hombres gritaban a su alrededor y la jalaban para todos lados. Lessa esta vez no se atrevió a interferir y yo menos. Estaban demasiado emocionados gritando algo sobre querer autógrafos o hablar con ella. ―¡Déjenme en paz! ―gritó la chica, su nombre estaba brillando sobre su cabeza y tragué saliva una vez y lo reconocí―. No me toquen, oye, ¡no me toques así! ¡Déjame en paz! Cuando alzó su mano, una gran esfera de discoteca descendió desde el cielo y brilló sobre todos nosotros, pero sólo unos pocos fueron marcados por una luz dorada. La esfera giró y destelló más fuerte, y después un sonido grotesco atravesó nuestros oídos. Todo pasó tan rápido que una vez y recuperé la vista palidecí y comencé a sudar frío al ver a varios hombres que anteriormente tocaban a Yellow Drunk, una cantante pop súper popular en el planeta tierra, estaban cortados a la mitad bajo sus pies. No había persona que no la conociera, ella era tan famosa que incluso era actriz y modelo, accedí a su información personal sólo para saber que su rango era estúpidamente fuerte. No era de extrañar que una persona de rango S+ tuviera un poder así de abrumador. ¿Cómo sería de fuerte su habilidad más adelante cuando lograra subir de nivel y evolucionarla? Aun así, los gritos de todos los presentes no me dejaron seguir divagando en mis pensamientos absurdos porque salieron corriendo y chocaron con nosotras, Lessa rápidamente me abrazó y Dylan evitó que cayera cuando una persona me empujó con fuerza. Al final la Plaza de Plata se tiñó de un aterrador color carmín, bajé la mirada hacia los cuerpos de esos hombres y seguí el hilito de sangre que se dirigía hacia nosotras, Yellow estaba llorando sin atreverse a ver lo que había hecho y yo no podía moverme. Cuando la hilera de sangre estuvo a punto de empapar mi zapato, alcé mi pie y me moví a la derecha. 「LAS HISTORIAS DISPERSAS SERÁN HALLADAS EN EL MANTO DEL OLVIDO」 「5 AUTORES HAN ENCONTRADO EL FINAL DE SU HISTORIA」 「EL MUNDO 87 LLORA EN SILENCIO POR LAS HISTORIAS JAMÁS CONTADAS」 Las notificaciones terminaron, Yellow cayó de rodillas al suelo y continuó llorando. La gente volvió a acercarse curiosa para ver qué seguía pasando y enterarse de un detalle que ni yo pensé desde que aparecí aquí. Si me moría entonces era el final para mí. Creía que todo sería color rosa, pero, ¿qué podía esperar de un mundo donde me decían que usara mis habilidades para luchar? ¿Qué cuando lo hiciera saliera con vida? ¡Ilusa! ―Vaya, qué lamentable y sangrienta bienvenida ―una voz nos hizo alzar la cabeza, un anciano con una túnica color blanco y un aura divina descendió ante nosotros, tenía un báculo rodeado de letras y volvimos a retroceder esta vez desconfiados―. Queridos, no les haré daño. ―Miente ―Lessa susurró todavía abrumada―. Quien te diga eso es un mentiroso. El anciano nos miró con detalle, éramos miles de personas, quizá hasta millones, tantas que quizá no todos se enteraron de lo sucedido aquí hasta que esos anuncios resonaron por todo el Mundo 87. ―Bienvenidos al Mundo 87 ―dijo con su voz de anciano gangosa―. Hoy damos la bienvenida a diversos artistas con un propósito: Salvar nuestro mundo de la destrucción. Hizo una larga pausa, una donde quizá esperó que alguien preguntara por qué porongas nos importaba a nosotros la destrucción de este lugar, pero como nadie habló, una extraña sonrisa de satisfacción se extendió en su rostro arrugado y después la primera pregunta surgió de algún lugar. ―¿Y por qué me importaría salvar este mundo? Viejo, ni siquiera me importaba que mi planeta estuviera colapsando, ¿crees que me importará que éste se esté destruyendo? ―Quizá lo haga si comprendes que morirás si eso llegara a pasar ―respondió enseguida el anciano, parecía un bot. ―Si debemos salvar este mundo, ¿cómo lo hacemos? ―El Mundo 87 es uno lleno de historias y letras, pero nuestras historias, aquellas que lo mantienen en armonía, están volviéndose poco a poco historias perdidas y siendo robadas por un terrible mal. ―¿Y eso qué? No es mi problema, viejo. ―Cierto, ¿a mí qué me importa eso? Regrésenme a mi casa que estaba cocinando garnachas. ―¡Estaba a punto de confesarme al chico que amo! ¡No quiero estar aquí! ―Yo estaba en medio de un concierto, bro, ¿en serio no nos drogaron y ahora nos están haciendo creer algo estúpido y absurdo? ―Dejando de lado sus problemas personales y vergonzosos. ¿Qué no esto es muy similar a Red Virtual? Viejo, yo soy jugador de RV, aunque soy compositor, ¡como sea! ¿Estamos en un evento o algo así? Yo estaba viciando ahí cuando de pronto me dejan acceder al Mundo 87, por favor, ¿qué es esto? Era Verdugo y ahora soy Compositor, ¿por qué mi clase cambió y no tengo nada? ¡Dame mi cuenta! Las quejas continuaron, pero ninguna hizo la pregunta que rondaba por mi mente, por eso cuando Dylan alzó la mano y el anciano lo miró, terminé con una clase de infarto y a nada de desmayarme. ―Si dices que están aquí para salvar esta porquería de mundo, ¿significa que deberán luchar entre sí o contra algo más y arriesgar sus vidas? Y ellos ―señaló los hombres muertos―. ¿De verdad están muertos? ¿Una persona acaba de asesinar a 5 tipos con una bola de discoteca y a nadie le importa? ¿Hola? ¿Sí? ¿Podemos preguntar cosas realmente útiles que los benefician y no quejarse por nimiedades? ―¡Ese es nuestro Dylan! ―gritó en un susurro Lessa. El anciano sonrió. ―Tienes una pregunta muy interesante ―el anciano desplegó unos pergaminos frente a nuestras narices. Lo más grande y detallado era “CONCURSO DE ESCRITORES” ¡Crea la mejor historia y conviértete en un Dios! En grandes letras rosadas y brillantes. Eran en total 4 concursos, supuse que Lessa entraba al de cantores. Me di la tarea de leer un poco el concurso de escritores, o al parecer esa era la intención del anciano ya que no continuó hablando. El primer premio eran 750, 000 Letter Coins más la oportunidad de volverte un Dios. El segundo premio eran 500, 000 Letter Coins y te volvías un Autor Divino. El tercer premio eran 300, 000 Letter Coins, sólo se colocaba tu nombre en un cuadro de escritores en el salón de la fama. Los demás puestos no me interesaron. Cuando iba a leer las reglas, bases y condiciones, el anciano quitó los pergaminos y los guardó en quién sabe dónde. Suspiré. ―Se enviará a sus correos personales la información del concurso para que puedan leerla de forma tranquila. No se aceptan dudas, quejas o sugerencias. Todos bufaron y abuchearon al anciano. ―Y… entonces ―Dylan volvió a hablar―. Ya que desvió el tema una vez, no lo volverá a hacer de nuevo, ¿cierto? Esa sonrisa retorcida atravesó el rostro arrugado del anciano, miró con cierta curiosidad y molestia a Dylan y quise decirle que se callara, pero esta era la personalidad de mi protagonista: Era un dolor de cabeza, el chico idiota popular de la historia, el que siempre se liaba en todo y después no sabía cómo salir, el que me iba a terminar matando si seguía retando a ese vejestorio. ―Veo que tú no eres de ningún mundo ―el anciano lo examinó, Dylan continuó retándolo. ―¿Y eso a ti qué? Responde mis preguntas, si quiero matar a alguien, ¿puedo hacerlo y no me pasará nada? Esos hombres partidos a la mitad siguen ahí bien frescos y mosqueados, pero no veo que nadie arreste a esa loca ―señaló a Yellow. ―No estoy obligado a responder tus preguntas, lee las reglas del concurso y podrás hallar la respuesta ―nos miró, me sentí pequeña ante su mirada de pez muerto―. Cada uno de ustedes tiene un propósito y será mejor que lo hallen tan pronto como puedan, el Mundo 87 estará encantado de recibir sus obras. Y sin más y tras esa pobre y patética bienvenida para nada motivacional y muy corta, el anciano con cara de pasa desapareció y la Plaza de Plata quedó vacía de su presencia glamurosa. ―Mira, Writery ―Lessa señaló los cuerpos de los hombres―. Están desapareciendo. Continuamos mirando el proceso, la sangre comenzó a brillar y convertirse en letras rojas, no eran frases, sino más bien una clase de sopa de letras que iba desapareciendo en el aire. Luego sus cuerpos comenzaron a desaparecer de la misma forma, pero estos no fueron letras, sino más bien destellos que se alzaron al cielo y formaron unas cuantas frases. 「Deseaba hacer sentir orgullosa a mamá…」 「Algún día seré famoso y la gente conocerá mis historias」 「Desearía cantar tan alto y que los ángeles me escuchen」 「Hija mía, cuando te vi por primera vez me encontré a mí mismo soñando」 「Conocí a la cantante favorita de mi hija, debo tener su autógrafo y llevárselo a mi hija cuanto antes, ¡seré el mejor papá del mundo!」  Silencio. Y después el grito de Yellow nos erizó la piel y bajamos la mirada. Dylan tomó nuestras manos y nos sacó de ahí. Lo seguimos hasta que se detuvo y ambas chocamos contra su espalda. Luego nos abrazó y suspiró cansado. ―¿Es porque soy el protagonista principal que debo consolarlas? ―Dylan preguntó con su tono burlón y Lessa negó, yo me reí bajito―. Parecen perdidas, Writery, ¿no ganaste 150 monedas? ―Eh… sí, sí, ¿por? ―Ahí hay una posada, cobran 10 monedas por noche, una habitación sencilla para 4 personas por 15 monedas. ¿Genial, no? Así nos ahorramos la mitad ―seguimos a mi protagonista, él todavía sostenía nuestras manos―. Tengo hambre y está oscureciendo, cenemos algo, durmamos y leamos sobre qué va el concurso mañana. ―¿Por qué Dylan es tan genial y guapo? ―Lessa preguntó. ―Es porque es un protagonista. ―¿Y? ―Los protagonistas siempre son geniales y guapos, ya sabes. ―Ah, tienen el halo del protagonista. Tiene mucho sentido ahora. Dylan bufó divertido antes de entrar a la posada, nos registramos para después cenar en un pequeño silencio muerto y subimos al cuarto. Después vi que Lessa estaba mirándonos curiosa cuando nos encontró sentados en la cama. ―¿Qué? ―pregunté. ―¿Por qué un chico va a dormir con nosotras? Debería dormir en otro cuarto, ¡privacidad! ―¿Te dijo Writery que soy gay? ―Ah… ―Y mató al amor de mi vida en el epílogo de mi historia. ―Mames, qué sad. ―Y después me mató a mí. ―¡Noooo! Bro, qué pesar. Me llevé las manos a mi rostro sintiéndome acalorada. ―Lo último que sentiría por ella es atracción, créeme. ―Bueno, supongo que si no te gustan las niñas y quieres asesinar a tu creadora no importa si duermes con ella ―Lessa sacó sus propias conclusiones―. ¡Genial! Dormiré en la otra cama y rezaré para no hallar el cuerpo tieso de Writery mañana por la mañana. Dylan se rioó con sus palabras, yo sentí que mi vida peligraba. La noche poco a poco cayó sobre nosotros y comencé a pensar en todo lo que había pasado hasta ahora, no sabía qué pasó con mis padres, tampoco sabía si podría regresar, ¿sólo debía escribir algo y estaría a salvo? No, pero ni siquiera puedo escribir algo decente, soy demasiado patética, ¿por qué me llamaron en primer lugar? Mi corazón se sintió afligido y mis manos sudaron de los nervios, no quería participar, ¿y si no era tan buena mi historia? ¿Y si los demás se burlaban? ¿Y si…- ―¿Y si ganas y haces tu sueño realidad? ―Dylan a mi lado preguntó en un susurro, miré sus bonitos ojos negros y mis mejillas se tiñeron de rojo, él se rió y pasó un mechón de cabello tras mi oreja―. Mi creadora no es tan patética como ella cree, ¿por qué crees que soy tan genial? ―Pero es aterrador, ¿sabes que no soy la única? Me aterra que mi historia se quede como una más que intentó participar y al final, nadie la tome en cuenta, no quiero volver a sentir esa sensación de decepción, es horrenda. ―¿Qué pierdes con intentarlo? ―Mi dignidad. Dylan bufó. ―Nada, Writery, no perderás nada, al contrario, ganarás otro protagonista y podrás invocarlo aquí, ¿no es genial? Tendrás tu propio harem. ―No quiero mi harem de protagonistas sexys porque, aunque existan definitivamente no me amarán a mí… y si tú me quería matar, ¿no querrán hacer los demás lo mismo? ―pregunté asustada y Dylan soltó una risa―. ¿Te imaginas que pueda traer a Haiden? ¡Me explotará sin pensarlo dos veces! ―Bueno… puedes hacer un protagonista que luche por hacer real su historia para poder estar al lado de su creadora, listo, voy de padrino. Me reí ahora yo, y abracé la almohada. ―En verdad me aterra, Dylan, no me siento capaz de hacer algo que me haga sentir orgullosa… ―Lo harás, verás que podrás hacerlo, yo confío en ti. No era tan fácil, me hundí en mi auto desprecio y me angustié tanto que terminé llorando en silencio mientras Dylan trenzaba mi cabello y tarareaba una nana. Poco a poco me adormecí. ―Dyl… gracias por existir. Dylan no respondió, continuó tarareando y poco a poco me dormí, mañana sería otro día, leería de qué iba el concurso y entonces comenzaría a pensar en una historia, algo que me hiciera sentir orgullosa. Y no tan aterrada como lo estaba ahora.
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