6. El inicio

1662 Words
Yu Xiao era el personaje principal de Escamas Malditas. La novela tenía buena aceptación por parte de los lectores y pertenecía a una saga completa de 7 libros. Yu era bueno, con un sentido de justicia y lealtad acorde a su personalidad que lo hacían imposible de no amar, las chicas lo amaban tanto que incluso solían comentar que su estándar ideal era Yu Xiao. Cuando pensé en Yu, lo describí de una manera que pudiera ser amado por todos. Tenía una estatura de 1.73, delgadito y de piel perlada, con unos ojos color gris que enmarcaban lo blanquecino de su cabello. Eso, junto a su bonita sonrisa que te llenaba de alegría, hacían del buen Yu alguien amable y confiable. ―¡Maestra! ―Yu me llamó una vez más con entusiasmo―. ¿Hacia dónde vamos? ―Encontrémonos con Lessa y Dylan, ellos deben estar preocupados porque ya pasó mucho tiempo. ―Ah, ¿Dylan está aquí? Supuse que algo había pasado cuando lo dejamos se escuchar. ―¿Disculpa?, ¿conoces a Dyl? Yu asintió mientras se pasaba los brazos tras la cabeza, caminó despreocupado delante de mí y comenzó a caminar de espaldas mientras me veía con cierto cariño. ―No me diga, Maestra ―comentó burlón―, ¿usted no sabía que todos nosotros nos conocemos? ―En lo absoluto, apenas y me enteré que están vivos… ―No nos conocemos como tal, de hecho, ni siquiera sé cómo lucen, pero sí sé que existen gracias a usted. Todos sus protagonistas principales compartimos la noción de saber que no somos los únicos y desde que Dylan se fue, pensamos que algo había pasado, pero no sabíamos que podríamos llegar a conocerla. ¡Los demás deben venir! ¿Por qué no los invoca? Eso me dejó confundida y en el millonésimo plano, ¿ellos sabían de la existencia de otros? Bueno, si me ponía a pensar en algo más profundo… quizá se debía a que literalmente existían en mi mente. Primero los había imaginado, desde su físico hasta su personalidad, después les había dado vida mediante letras, pequeñas frases que los hicieron vivir su propia historia, al grado de encontrarme muchas veces emocionada con continuar y ver de lo que serían capaces. ―Espero que puedan venir pronto. ―¡Sí! Por mientras yo voy a protegerla en nombre de todos, Maestra ―el buen Yu Xiao extendió sus brazos y después quise decirle que tuviera cuidado, pero fue demasiado tarde y terminó chocando contra Dylan―. ¡Wotho! ―¿Se puede saber en dónde estuviste por casi dos horas y quién es este enano? ―Te presento a mi bebé Yu ―abracé a mi bebé y Yu me regresó el abrazo antes de poner ojitos de cachorrito―. Me encontré con un jugador y gracias a eso pude invocarlo, ¿no es genial? ―Otra boca más para alimentad, sí, genial ―ironizó Dylan. ―¡Solo como rocas de las Montañas de Neva! ―señaló Yu. ―¿Qué demonios es eso? ―Oh… eso ―me puse pálida―. Son unas montañas que cree especialmente para su historia… Yu solo puede comer eso porque es lo único que lo nutre y… aquí… ―fui perdiendo las ganas de hablar―, aquí… ―Esta no es su historia, así que aquí no existen las Montañas de Neva ―finalizó Dylan―. Bueno, podrá sobrevivir a lo mucho 2 semanas sin alimento, usémoslo por mientras. Yu Xiao me miró un tanto asustado y confundido después sentí que el mundo ya comenzaba a romperse a mi alrededor, ¿de verdad no había nada aquí? ―Son piedras eléctricas ―dije temerosa incluso de mis palabras―. Nunca especifiqué de qué tipo, solo que se encuentran en las Montañas de Neva, busquemos algo parecido aquí, seguro Yu puede comerlo. ―¿Y no puedes crearlas? ―Lessa opinó, no sabía en qué momento llegó, pero su sugerencia me iluminó un poco―, es que tienes ese extraño libro y esa pluma, ¿pero para qué sirve? Tan pronto y lo señaló, todos bajamos la mirada para verlo y lo tomé entre mis manos. Memorias de un Sueño Perdido, ese era su nombre y me permitía usar palabras para darle vida a mis escritos, pero no podía conjugar nada, y mi nivel solo me permitía usar 3 letras máximo. ―Debo subir de nivel ―alcé el libro―. Solo puedo crear palabras con tres letras, ¿qué diantres puedo crear con tres letras? ¡Maldición! ―¡Zaz! ―gritó Lessa. ―¿Zaz…? ―Puf, sí, no, dah, ouh, tic, tac, din, don, pum, toc, toc, zzz ―continuó Lessa y, tras ver que ninguno de nosotros entendió qué estaba haciendo, especificó exasperada―. ¡Onomatopeyas, gente! ―¿De qué me sirven las onomatopeyas si no puedo conjugar? ―pregunté confundida y Dylan se llevó una mano a la frente, ya estando frustrado con la situación―. Oh… ―Yu, lanza un rayo a esa roca cuando te dé la señal ―señalé una gran roca que estaba a unos diez metros. Tomé la Pluma de los Sueños Rotos y escribí: «Yu Xiao reunió todas sus fuerzas, con la esperanza de que sus entrenamientos en el Salón de los Diez Mil Rayos por fin rindieran frutos y con la certeza de que así sería, lanzó un rayo hacia la roca que yacía a unos cuantos metros de él» ―¡Ahora! No me había dado cuenta por escribir, pero incluso mientras lo hice, Yu Xiao se había posicionado y preparado para atacar, podía sentir la emoción que provocaba saber que sus entrenamientos sí habían servido de algo. Así que, tan pronto y lanzó el rayo, yo escribí: «¡BUM! La roca explotó en mil trozos y cada uno de ellos comenzó a brillar, imbuidos en el propio poder de Yu Xiao. ¡Al fin! Después de 5 mil años entrenando, había podido crear su propio alimento y eso solo significaba que su aventura fuera de las Montañas de Neva comenzaba a partir de ahora» ―¡Maestra! ―Yu se giró emocionado y soltó su lanza para correr y abrazarme―. ¡Lo hice! ¡Al fin pude crear las piedras eléctricas! Todo es gracias a la Maestra, sin usted yo hubiera muerto en dos semanas por falta de alimento ―y comenzó a llorar―. Buaaaah, no quiero morir, quiero vivir mucho tiempo al lado de la Maestra… ―¡Eso fue genial! ―Lessa llegó también a nuestra par y Dylan comenzó a aplaudir―. No sabía que podías hacer algo así, Dios mío, ¿qué más puedes hacer, además de invocar a tus protagonistas principales? ―Creo que ya comienzo a entender por qué el Mundo 87 selló mis habilidades ―alcé el libro y sonreí―. Me topé con un escritor Rango S y lo reté a un duelo, pero me di cuenta que si él ganaba podía apelar el resultado. ―¿Apelar? ―Dylan preguntó confundido. ―Decía que independientemente del resultado de la pelea, ésta se podía volver real y le darían la oportunidad de robar mis derechos de autor sobre Yu Xiao y también de solicitar su eliminación porque rompe las leyes de los 189 Mundos… Guardamos silencio después de mis palabras y miré que Yu se encontraba recogiendo sus piedritas y metiéndolas en su bolsita de dragón. Mientras pensaba en todo este lío, me di cuenta de que debía subir de nivel, independientemente de entrar o no al concurso, debo fortalecerme. ―La primera habilidad de Yu es la de Lanza de los Cuatro Truenos ―susurré pensativa―, y es la más baja, tiene un daño explosivo continuo, pero tu velocidad de ataque no es alta, así que eso le dará oportunidad al enemigo de esquivarlo ―desplegué mi ventana de estadísticas―. Esto es parecido a un videojuego, pero también existe la oportunidad de continuar con mi trabajo como escritora… ¿cómo puedo hacer las dos cosas? Necesito aprender a sobrevivir aquí, pero también debo entrar al concurso y entender por qué el Mundo 87 corre peligro. Debía dejar de lado mi complejo de inferioridad, aunque no sería fácil en lo absoluto. La sobra de mi madre todavía yacía sobre mí y me impedía ver más allá de mí, dudaba de mis habilidades y sentía que solo escribía cosas vacías y huecas, ¿realmente tengo talento como escritora o fueron las circunstancias de mi entorno familiar las que me hicieron creer que podría tenerlo? Si viví por 16 años siendo constantemente comparada con mi madre. Si viví por 16 años conformándome con 200 mil lecturas en una sola novela, mirando que las demás no llegaban ni a los 15 mil… ¿podía tener la seguridad de que aquí al menos llegaría a ser leída, aunque fuese una vez? Volví a llenarme de miedo y desconfianza, no quiero ser una escritora, pero tampoco puedo dejar de serlo. ―Entonces solo debo ser mi la protagonista de mi propia historia ―concluí. Todos me miraron confusos, pero no se animaron a preguntar qué rayos estaba diciendo, sino que compartieron miradas y se dijeron mentalmente que estaba entrando en crisis y solo yo podía salir de ella. ―Voy a ser mi propia protagonista ―alcé mi libro y Dylan sonrió al comprender mi resolución divina―. Y voy a entrar a ese concurso, así como también voy a subir de nivel y desbloquear mis habilidades como escritora. Y tras escribir las primeras palabras en mi libro, una ventana emergente se desplegó frente a mí que marcó el inicio de mi historia, pero hoy era imposible saber que en un futuro, incluso esto podría llegar a destruir mi propio mundo. [El Mundo 87 ha notado tu presencia]
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