Usando ropa holgada y con acciones salidas de una representación artística Lucas Le Mar trepó por la pared exterior de la mansión ducal Kreigos hasta el tercer piso y miró la risa de Liluina. Ella descubrió sus labios – pero…, yo no… Lucas le sonrió – ya no importa – y caminó hacia ella para apartar el cabello que se interponía en su visión – mañana a esta hora estaremos casados. Liluina apartó la mirada, que el héroe la quisiera de esa forma solo significaba que él y la heroína todavía no eran lo bastante cercanos, en un día podían pasar muchas cosas. El amor a primera vista era una regla y todo lo que se necesitaba era una mirada, una frase emotiva o una acción valiente, con el tiempo Liluina sería solo una más de las chicas con las que el héroe durmió y cualquier recuerdo que compart