Primer día como esposa del héroe. No era algo que imaginó cuando leía libros o entraba a la librería a leer las contraportadas porque no podía pagarlos y era la primera vez que se casaba – bien – se levantó y se miró en el espejo. Su esposo tenía una habilidad, dejar marcas en lugares poco visibles, la mayoría de las que le dejó esa mañana estaban en la parte interna del muslo, así que no debía preocuparse por usar mangas largas, ropa conservadora o la tradicional bufanda de culpabilidad. Después de ducharse, arreglarse y desayunar estaba lista – llama a los empleados, es hora de comenzar. Erina la vio sonreír y se sintió feliz por ella – sí, señora. Liluina tenía que acostumbrarse a ser llamada ¡señora! Entre su personal había rostros conocidos y desconocidos, y a su lado estaba Erin