Gatita

1062 Words
Capítulo 6 Gatita Al ver que la mujer no se movió en absoluto al ser parcialmente liberada de su fuerte abrazo sonrió, esta vez no había ni un toque de malicia en su mirada, solo se podía ver su ardiente lujuria, esa mano que había liberado la delgada cintura que continuaba sobre su cuerpo se subió con rapidez para tomar con fuerza su nuca y la besó con suavidad. La mujer que se había mordido un par de veces los labios intentando reprimir su ardiente deseo, al sentir la suavidad de ese beso que invadió su boca tan repentinamente, percibió como se disipaba casi de inmediato esa incomodidad que no le permitía pensar con claridad; así que, sin pensarlo, dejó de ser la chica pasiva y respondió con tanta fuerza como torpeza. El aroma proveniente de la habitación era cada vez más fuerte e hizo que la mujer perdiera por completo su autocontrol después de presionar a su gusto los delgados labios que iniciaron ese intenso beso. Aunque Lucrecia atacaba con fiereza, a Sebastián le costó mucho esfuerzo para que la mujercita tumbada sobre su cuerpo le diera acceso al interior de su boca; pues, era demasiado torpe para besar y parecía no comprender lo que él deseaba cada vez que introducía su lengua… Cuando el hombre lleno de pensamientos lujuriosos finalmente logró el acceso total, además de una sensación de logro, sintió el ligero sabor metálico de la sangre que provenía de la dulce boca de la chica y se sintió un poco extraño. No tenía intenciones de separarse de ella, pero su mente rápidamente comenzó a divagar, llegando a la conclusión de que ella se mordía para mantenerse consciente y por eso el interior de su deliciosa boca sangraba. No pudo evitar pensar ‘¿será posible que estoy malinterpretando a esta mujer y no fue enviada por la demonia? ¿Por qué parece más afectada que yo con el olor? Además, ¿Quién en su sano juicio se atrevería a venir a la cueva envenenada del lobo sin tomar previamente el antídoto?, bueno… pero, tampoco es que esta mujer ha demostrado ser muy cuerda ¿Por qué calló tan repentinamente en mi balcón?’ Al pensar en la posibilidad de un malentendido, a regañadientes despegó sus labios de los de la mujer, solo necesitaba un segundo para permitirle respirar, ya que quiso preguntar si realmente ella no tiene idea de quién es él; pero, mirar sus ojos azules iluminando prácticamente todo su polvoriento rostro, de sus labios solo pudo salir un sonido... “Gatita” Ella, abrió con asombro sus ojos que ya estaban achinados por la borrachera que le causaba el aroma, pero no se atrevió a responder ni una sola palabra, haciendo un gran esfuerzo se deshizo del agarre del hombre en su cintura, y finalmente después de empujarlo logró levantarse con un brinco. Solo ella sabe lo difícil que fue separarse de ese abrazo tan cálido que por un momento la ayudó a olvidar todos sus agravios, y de ese beso tan dulce que definitivamente se convirtió en su oasis en este desierto de desesperación que está viviendo, pero, también sabía perfectamente que en su condición actual no era rival en absoluto para este hombre y prefería morir antes de casarse con este malvado Duque. Sin prestar atención a que su beso la hiciera sentir mejor, en este momento lo único importante es no convertirse en otra de las víctimas de este cruel hombre, así que, con mucho pesar y un gran dolor en su corazón por su hermosa madre, sin pensarlo dos veces para que no existan arrepentimientos, decidió saltar por el balcón… ‘es la mejor decisión, mi madre me comprenderá ¡prefiero estar muerta que caer en la garras de este hombre!’ ¿Cómo, una mujer tan orgullosa como ella, que ha estado trabajando tan duro toda su vida para protegerse de no ser arruinada por esos hombres del palacio puede permitir que un asqueroso Duque con fama de violador la convierta en su trofeo solo para garantizar un mejor estatus en el palacio? ¡Eso es imposible en esta vida! Mientras el hombre continuaba en el piso sin saber cómo reaccionar al repentino abandono de la calidez sobre su cuerpo, la mujer andrajosa le hizo una elegante reverencia digna de una princesa, lo miró directamente a sus grandes ojos color café y aunque era difícil decir que no le costaba encontrarlo cada vez más apetecible a su vista, ajustó sus emociones y comenzó a hablarle con suavidad y ese encanto seductor que le otorgaba la medicina que continuaban inhalando “Lo lamento señor Duque; pero, yo no soy una mercancía con la que usted y mi papá puedan jugar, a partir de hoy tendrá que fijarse en cualquiera de mis hermanastras que aún se encuentran solteras, porque, a mí no me tendrá, a menos que tenga ciertos fetiches con los difuntos, pues, prefiero morir antes de tener que cumplir con ese compromiso” “El Duque” con quien había sido confundido Sebastián innumerables veces por la mujer esta noche, era un hombre de mediana edad y todos en el país sabían que estaba en excelente condición física pero no entrenaba con regularidad, por lo que, en la mente de la mujer, tenía tiempo de sobra para despedirse del malvado hombre dejándole un mensaje contundente, lanzarse del balcón y él no podría impedírselo porque solo se levantaría cuando ella ya se encontrara volando por los aires y cayendo al suelo, con eso le daría una lección a su padre y escaparía de su cruel realidad. Es imposible que esta mujercita audaz se imagine que este hombre semidesnudo que dejó vergonzosamente tirado en el suelo es Sebastián Montañez; quien después de haber sido secuestrado y torturado casi hasta la muerte durante su niñez, no solo se convirtió en un maestro de artes marciales a temprana edad, también prestó servicio militar cuando llegó el momento, alcanzando el puesto de General en jefe en muy poco tiempo. Eso es un indicativo de las habilidades y la fuerza física que posee, definitivamente es un hombre extremadamente fuerte y esta droga, a diferencia de lo que ocurría con Lucrecia, a él solo le afectaba en la maximización de su deseo s****l; no perdía por completo su control mental y también había sido capaz de contenerse durante mucho tiempo…
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