Cayendo en la trampa
Capítulo 1
Cayendo en la trampa
Aunque Sebastián Montañez es uno de los hombres más capaces y perspicaces de la ciudad, como todo buen hijo, no pudo escapar de la trampa que le tendieron sus padres durante esta cena, en una ridícula complicidad con la mujer que ellos deseaban que fuera su prometida, pues, cuando se suponía que el ocupado ceo del grupo Montañez solo asistiría a la cena familiar que su madre organizó en el mejor hotel de cinco estrellas de la ciudad, terminó asistiendo a su propia cena de compromiso, donde también fueron invitados algunos de los líderes más importantes de país, Sebastián estaba enfurecido, lo que más odia en este mundo son las personas traidoras, y la única mujer en la que confiaba acaba de hacer añicos esa confianza y ese amor incondicional que le tenía.
Con una respiración profunda, después de sacar a su mamá de un supuesto ataque al corazón, accedió a regañadientes a colocarle el anillo de compromiso a la mujer que le sonreía espléndidamente y con un dejo de burla en las comisuras de sus labios, porque finalmente accedió con un pequeño truco después de tantos años de persecución, ella había ganado esta batalla.
Aunque sabe que lo hizo únicamente para evitar colaborar con la humillación con la que deberá vivir su madre a partir del día de hoy, pues, no fue necesario que él la expusiera para que todos los presentes notaran el sucio truco que usó para presionarlo, es un hecho que ya accedió y solo es cuestión de unas horas para que sea un hombre casado con esa mujer a la que tanto desprecia…
No obstante, después de acceder, sin importarle nada más, sin dudar ni un instante, ni mucho menos detenerse a despedirse de ninguno de los asistentes a la cena, salió de ese lugar echo una furia, dejando a todos con sus copas levantadas esperando el brindis de los novios.
¡ja! No pudo hacer más que burlarse de sí mismo mientras deslizaba su tarjeta en el panel de la habitación.
Esa tarde, desde que llegó al hotel, tuvo una leve impresión de que su mamá fue muy atenta al pedirle permiso para enviar a todo su personal de confianza a descansar temprano, no se le ocurrió ni un segundo pensar que estaba siendo demasiado atenta para ser ella y, aunque por un instante supuso que algo debía estar tramando, no se atrevió a pensar demasiado en las repentinas buenas acciones de su madre, de todas maneras, en la vida real ¿Qué madre sería capaz de tenderle una trampa a su propio hijo?
Mientras negaba con la cabeza sintiéndose impotente ante sus acciones, supo la respuesta en su interior, entretanto, la decepción desgarraba un poco su corazón, pero, de verdad fue solo un poco, lo suficiente como para no volver a confiar, Sebastián no confiaría de nuevo en nadie, nunca más.
Después de ajustar su temperamento con mucha dificultad, obligándose a calmarse para evitar hacer algo que arruine por completo esa vejez dorada tan deseada por su madre, con su agudo sentido del olfato percibió un muy leve, pero extraño aroma que inundaba el lujoso dormitorio donde entró a descansar después de ser decepcionado por su familia, no se preocupó en prestarle mucha atención; en este preciso instante, estaba de un mal humor excepcional; además, esta no era su suite habitual y según su comprensión, algunos detergentes que se usan en los hoteles son más fuertes que otros, por lo que, aunque le pareció un poco molesto, decidió ignorarlo, también presentía que, si volvía a salir al corredor, podría cometer un error del que pudiera arrepentirse el resto de su vida, como por ejemplo, terminar de caer en la trampa que le tendió su propia familia, porque era imposible que solo quisieran que se comprometiera, seguramente tendrían otra “sorpresa” preparada para él y no pretendía seguirles el juego, no esta noche.
Decidió suprimir su enojo poniéndose al día con algunos pendientes del trabajo, pero, debido a la intensidad del calor, solo intentó sacar la laptop de su funda y comenzó a sudar profusamente, encendió el aire acondicionado, pero siguió sintiéndose un poco incómodo, así que resolvió quitarse toda la ropa en el dormitorio y al no sentir en absoluto ningún cambio satisfactorio en la temperatura, entró al sanitario a tomar una ducha, se sintió mucho más aliviado cuando el agua fría comenzó a recorrer todo su cuerpo.
No pudo evitar fruncir el ceño, porque de pronto, la noche que debía ser fresca, aunque estuviera en verano se volvió caliente, todo su cuerpo ardía y lo más preocupante fue que comenzó a sentirse un poco ¿erótico? En ese instante lamentó muchísimo haber bebido un poco de vino durante la cena, pero, pensándolo bien... era imposible que le hubieran colocado algo a la bebida, ya que fue el mismo quien abrió la botella evitando precisamente que adulteraran su vino.
Mientras tanto, en el corredor del mismo hotel una hermosa mujer de piel color canela y ojos azules, salía discretamente del salón de banquetes real, pensaba que había hecho un buen trabajo al escaparse, pues fue realmente complicado escabullirse de quien supuestamente sería su cita esta noche y ¡terminó convirtiéndose en su futuro esposo por instrucciones de su padre!
Reflexionó un segundo y escudriñó con la vista el corredor, en búsqueda de un pasillo para escaparse al ascensor más cercano, pensando que contaba con un poco de tiempo para esconderse y pedir ayuda, pero, al darse la vuelta sus nervios atacaron su mente con violencia, haciendo que su corazón comenzara a latir con fuerza.
Pues, los secuaces de su padre estaban frente a ella mirándola fijamente a solo tres metros de distancia… y con su fuerza actual se le haría imposible enfrentarse personalmente a más de quince hombres de la guardia real.
Quedó congelada en su sitio mientras el guardia le pedía con amabilidad que regresara a su banquete de compromiso antes de que su padre tomara acciones en su contra, pero ella era reacia, necesitaba escapar de los subordinados de su malvado padre esta noche, o no tendría otra oportunidad de hacerlo, estaba decidida, después del engaño de hoy, jamás volvería a ese lugar con vida...