Capítulo 3 I Parte

1077 Words
Ella se giro lentamente mientras sentía que su mano la rosaba, deslizándose hacia su cadera. Podía sentir cómo la extendía, desde las yemas de los dedos que tenía sobre la parte baja de su espalda hasta el pulgar que en ese momento presionaba la piel suave que quedaba justo encima del hueso de su cadera. Nancy bajo la vista para mirarlo a los ojos y sus miradas se encontraron. Notaba su pecho subiendo y bajando, cada respiración más profunda que la anterior. Un músculo se contrajo en su dura mandíbula a la vez que el pulgar empezaba a moverse, deslizándose lentamente de un lado a otro, mientras sus ojos no se apartaban de los suyos, casi parecia que la tuviera inmovilizada en su lugar, como un especie de hechizo pero no pasaba de ese punto. Marcus estaba esperando que ella lo detuviera; ya había transcurrido tiempo más que suficiente para que Nancy lo apartara de un manotazo o simplemente se alejara y se fuera. Pero tenía demasiados sentimientos que gestionar antes de poder reaccionar. Nunca antes se había sentido así, y mucho menos había esperado sentirse así por un tipo como él. Quería darle una bofetada y después agarrarlo de la camisa y lamerle el cuello. Marcus trago saliva, sus ojos aun posados en los de ella —¿Qué estás pensando? —Le susurró con una mirada entre burlona y nerviosa. —Todavía intento averiguarlo —Respondió ella, su voz apenas habia salido como un susurro, sin embargo estaba sorprendida de al menos conservarla, dada las circunstancias. Con sus ojos fijos en los de ella, sus dedos empezaron a descender por la suave piel de su muslo hasta llegar al borde de la falda. Después metió la mano por debajo y sus dedos recorrieron las cintas del liguero y el borde de encaje de una de las medias que le llegaba hasta el muslo. Un dedo se coló entre la media y su piel, y tiró un poco hacia abajo. Nancy inspiró bruscamente, sintiendo de repente que todo aquello parecia simplemente ser un sueño demasiado real, no podía estar pasando, pero si no lo era no estaba segura de querer parar. Aun así… ¿Cómo podía dejar que su cuerpo reaccionara de esa forma? El ansia que sentía entre las piernas no dejaba de aumentar. Marcus llegó al borde de sus bragas y metió los dedos bajo la tela. Sintió que se deslizaba contra su piel y rozaba aquel manojo de nervios hinchado antes de meter un dedo en su interior. “Para. Detente” decia una pequeña vocecita desde algún rincón de su cabeza. Nancy se mordió el labio e intentó —sin éxito —contener un gemido. Cuando volvió a bajar la vista para mirarlo, unas gotas de sudor empezaban a formarse en su frente y su rostro estaba tenso, sus ojos brillaban con autentico deseo. Y aquello le robo le aliento, hasta ese momento no habia esperado que él luciera tan afectado como ella lo estaba. —Mierda—dijo con voz baja y grave—. Qué húmeda estás. —Y por un momento cerró los ojos. Parecía estar librando la misma lucha interna que ella. Ella miró su regazo y vio que la tela de sus pantalones estaba muy tensa. Sin abrir los ojos sacó el dedo y apretó el fino encaje de sus bragas en el puño. Cuando la miró estaba temblando, con una clarísima expresión de furia, y si no hubiese sido por el momento ella hubiese puesto los ojos en blanco ¿Es que el hombre solo tenia dos modos? ¿Enojado mandón y Enojado caliente? Con un movimiento rápido le arrancó las bragas, y el sonido de la tela al rasgarse pudo oírse en la silenciosa sala de reuniones… Seguidos del sonido del ascensor en el pasillo. Alguien acababa a punto de entrar a la sala y los encontraría de esa forma. Las alamas y el pánico inundaron a Nancy por completo mientras hacia un intento por alejarse del hombre casi encima de ella, sus piernas temblaban mientras seguia de pie, su falda estaba hecha girones y su intimida aun expuesta. Se habría sonrojado de no haber sido porque el miedo la estaba consumiendo, sus ojos estaban posados en la puerta, sabia que en cualquier momento esta se abriría y seria el fin de carrera. Estaba paralizada. Marcus maldijo por lo bajo, no estaba seguro de si porque aquel intruso habia arruinado el momento o por casi llevar las cosas demasiado lejos con su secretaria, no sabia que era lo que le habia pasado y sin embargo un vistazo a la mujer mas bajita, con mejillas sonrojadas por la excitación, labios hinchados por sus besos… Solo lo tentaba a continuar con lo que habia empezado. Pero no era el mejor momento para ello Sin el menor esfuerzo levanto en sus brazos a una muy sorprendida Nancy y se apresuro hacia el pequeño cuarto de archivos, era una muy pequeña habitación con algunos historiales de anteriores conferencias, equipo técnico para la reuniones, casi nadie entraba a ese sitio, por ello cuando ingreso con Nancy en brazos no se sorprendió por el olor a polvo en el reducido lugar. —Que estas… —Las palabras de Nancy murieron cuando él cerró la puerta detrás de ellos, el lugar contaba con un pequeña ventanilla en la parte superior de la puerta de donde se colaba la luz de la sala de conferencias. Miro todo a su alrededor y cerró los ojos con fuerza, quizás aun no habian sido descubiertos pero la posibilidad era latente todavía. Sin embargo un vistazo al hombre en frente de ella le recordó el motivo por el que estaban en esa situación después de todo. Marcus miraba a través de la ventanilla, por supuesto que podía, era mucho más alto que ella y no tenia problemas en alcanzarla, sus hombros parecieron relajarse por un momento. —¿Ves algo? —Susurró ella por primera vez, en el inquietante silencio de aquel cuarto. —Es el personal de limpieza—Murmuró él en respuesta, mirando como un joven con traje de overol y unos grandes audífonos en sus orejas empezaba a trapear el suelo mientras al parecer se movia al compas de la música. Marcus solo podía imaginarse el tipo de gustos musicales del chico como para mover su cuerpo de aquella manera, literalmente un gusano podria hacer movimientos menos erráticos que no delataran algún de posesión.
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