Mirar a demasiadas personas desconocidas en el patio charlando, Estrechándose las manos, abrazándose y riendo Sebastián parecía mantequilla entre las personas, hablaba con ellos como viejos amigos para Emilia la conversación era muy fluida y agradable, ver a las personas desconocidas le recordó el miedo que tuvo a los ocho años cuando tantas personas que eran pocas a las que conocía se presentaron en casa al funeral de sus padres, ver nuevos rostros desde el balcón conviviendo y comiendo hamburguesas, ensaladas, buenas noches y tomando sodas, es cuando todos voltearon la cabeza con su mirada hacia arriba y vieron a una joven de cabello largo pelirroja, ojos avellana, piel clara casi güera y una sonrisa nerviosa. Dio un paso atrás de espaldas para desaparecer las caras. —Preciosa, ¿Tienes