Levantándose y acercarse a la ventana larga con marco de madera tipo roble con cortinas blancas y mirar la piscina con agua tan quieta y algunas hojas flotando en el agua clara y azul escuchar a Amelia hablando de todas las reuniones reprogramadas, revisiones de últimos detalles de libros por publicar, viajar y presentarse como invitado de honor en París, pero la mente de Sebastián estaba ocupada pensando "Yo la amo demasiado y no debemos integrar a nadie más al problema" en escena aparece corriendo Emilia descalza y sentándose para meter sus pies desnudos a la piscina riendo como una niña, Sebastián la miraba hipnotizado de amor.
—Sebastián me estas escuchando que tantas miras. —dijo Amelia.
—No nada. —dijo Sebastián.
Amelia se acercó a la ventana a mirar, lo que tanto miraba Sebast
