Artemisa estaba saliendo del baño cuando dos enfermeras aguardaban junto a Yuri, Irina había aceptado la relación de su hermano, pero no le hablaba a la griega, solamente visitaba durante algunas horas a Yuri y las otras permanecía junto a Alek y Eriks, que se habían vuelto su bastón y su apoyo, también ella se estaba aferrando a esas dos personas que la llenaban de fe y esperanza. —¿Qué sucede? —preguntó Artemisa curiosa, mientras las mujeres tomaban sus pertenencias personales y las ponían en una bolsa. —Su padre nos ha ordenado que... —No, dejen eso si no quieren que yo... —Artemisa —su padre estaba de pie en la puerta de la habitación—, es hora de dejar este juego infantil a un lado, tienes que regresar y cumplir con tus obligaciones. Artemisa miró a su padre como si le hubieran