"Prometo que te voy a mantener viva y que pase lo que pase vas a regresar con tu padre" Y sí la promesa se había cumplido, Artemisa estaba sentada en la camilla, tenía suero conectado y una enfermera limpiaba y desinfectaban sus heridas, unas más profundas que otras, pero parecía que nada le dolía a esa chica. Nada, excepto la ausencia de Yuri. —Artemisa, hija, hoy te darán el alta y tú... —No —la pelinegra miraba a la pared de enfrente, fijamente. —Hija mía, ha pasado una semana y es necesario que... —Te dije que no —Artemisa había aprendido a llorar en silencio de una manera tan fría que sus lágrimas parecían mecánicas—. El cumplió y yo debo cumplir también. —¿De qué hablas? —Dionisio que estaba cerca a su hija seguía sin comprender. —Él prometió mantenerme con vida y prometió q