El la miró por un momento, observando cómo sus dientes blancos mordían el grueso pan n***o. −¿Qué tipo de luna de miel hubieras preferido?– preguntó él de manera inesperada. Ella lo miró y de pronto, casi sin quererlo, dijo la verdad: −Con alguien a quien… yo amara y que me amara… Hubo un momento de silencio, antes que el Marqués dijera: −Si has terminado esta deliciosa comida, Lucrecia, creo que debemos ponernos de nuevo en camino. −Por supuesto, milord– contestó ella con voz ligera−. El carruaje espera… Se preguntó, mientras caminaban hacia el siguiente campo, qué pensaría de su respuesta. Tal vez él también deseaba estar en esos momentos con una persona amada. Sin darse cuenta, lanzó un suspiro. −¿Estás bien?– preguntó el Marqués con evidente ansiedad. −Por supuesto– contestó e