Como Daniel le había prometido a su hija, la llevó a comer su helado favorito. Durante su estadía en la heladería, Gaby sintiéndose muy alegre le comentaba sobre su primer gran día en la escuela. La niña le dijo a su papá y a su tío que ya había hecho una amiga que se llamaba Hana, y además su maestra “mágica” como ella la llamaba, era muy divertida. Mientras Gaby con mucha emoción y desenvolvimiento le contaba todo al par de celestiales, ellos fingían alegría, pero de vez en cuando se miraban las caras mostrando atisbos de preocupación, especialmente Esaú quien hasta el momento no comprendía por qué Daniel no había mandado a esa hada al mundo mágico y como parte de su trabajo, borrarle la memoria a Gaby para “limpiar” la escena.
Los celestiales no tenían la capacidad de leer mentes ni en
