Al día siguiente:
Bien temprano en la mañana, Daniel se había levantado para preparar a Gaby. En ese instante el hombre estaba peinando a su hijita con dos coletas que aprendió hacer en un tutorial que vio por video, y cuando terminó le colocó dos lazos rosas que hacían juego con el vestido que tenía la pequeña. Gaby le gustaba mucho vestirse como una princesa, usar tiaras, y además tenía una obsesión por las hadas ya que ella creía en el mito de las “hadas madrinas” y en la forma como los humanos representaban a dichas criaturas. Daniel en el fondo detestaba eso, la realidad no era así, las hadas no eran criaturas hermosas y mágicas que concedían deseos, ni tampoco princesas aladas como las mostraban en las películas infantiles, sin embargo, como a Gaby le gustaba esa fantasía él no dese
