“Le costaba entender a los demás cuando llegó al orfanato y nadie la entendía a ella, por ese simple hecho, tan pequeña, ya se sentía aislada de los demás niños, el cambio tan brusco de lugar y toda la confusión y tristeza que sentía; muchas caras nuevas. El idioma lo aprendió con mucha dificultad y en ese transcurso de tiempo, perdió los primeros mejores años de su vida para poder ser adoptada. Llegaban parejas a verla, pero al saber que no hablaba el mismo idioma que los demás, se detenían, ya que nadie buscaba nada complejo y así una detrás de otra, sin ser adoptada. Vio a tantos niños partir, que la esperanza de ser elegida era totalmente nula. Tarde aprendió que los que se iban, ya no volvían y que el anhelo de todo niño era irse, tener una familia y ser un poco más felices. —No