Capítulo 5

2595 Words
Abro mis ojos y me levanté inmediatamente cuando veo que estoy recostada en el torso de Ethan, mi respiración se acelera al igual que los latidos de mi corazón, tengo que controlarlo, debo estar tranquila, no puedo tener estas emociones; él despierta al sentir mis movimientos y lo único que pude hacer es levantarme esquivando su mirada. –Creo que fue muy cansado caminar toda la noche –escuché su voz. Mire al cielo, no sé cuánto tiempo pasó, debo seguir antes de que comience la noche para estar a salvo, prácticamente perdí el tiempo aquí. –Supongo que sí, aún falta para que anochezca, pero debemos irnos –mencioné por si quería seguir conmigo, una parte de mí quería que se fuera y la parte egoísta quería que se quedará a mi lado. –De hecho, tengo algo que hacer, pero no quería dejarte sola durmiendo –mencionó poniéndose de pie –. Regresaré pronto, podrías esperarme aquí. Esperarlo, podría hacerlo si no anochece antes de que regrese. –Bien, te esperaré –respondí después de un momento. –Si, está bien, te dejaré esto –tomó su guadaña y me la extendió con una sonrisa en su rostro. Tome el arma y asentí con la cabeza, caminó hacia el bosque y no puedo evitar que una sonrisa salga de mis labios, me deja su arma y ni siquiera sé cómo usar esta cosa, al parecer los lobos no solo usan su parte lobuna para pelear. Dejé la guadaña en el suelo y verifique mis pociones y provisiones que tome de la cabaña, el poder de los vampiros proviene de la oscuridad y eso me da ventaja de sentirlos con anticipación y poder escapar, al menos este poder sirve de algo; me acomode para disfrutar un poco el paisaje, pero mí mente me llevó a recordar el pasado cuando vivía con papá. Flashback –Princesa, escucha debes aprender a distinguir tus emociones, la oscuridad puede ser peligrosa si no la usas correctamente –me explico mi padre cuando estamos sentados en el bosque mientras me enseña a utilizar mi poder. Él era un brujo poderoso con sangre antigua que domina la oscuridad. –Pero papi, tengo miedo, ¿por qué mami tuvo que irse? –pregunté con lágrimas en mis ojos carmesí y la oscuridad moviéndose alrededor. –Tu mami tuvo que adelantarse a otro lugar y pronto estaremos con ella, ahora necesito que respires y recuerdes los divertidos momentos con ella –intento mi padre también con sus ojos carmesí tratando de controlar la oscuridad alrededor. Suspiré y logré controlar mis emociones recordando a mi madre cuando aún vivía, a pesar de ser solo una niña de 7 años llevo esta enorme carga en mi vida, controlar mis emociones para no perder el control. Fin del flashback El día que los vampiros nos encontraron y mataron a mi padre, perdí el control de mis poderes, intenté entrar al territorio humano para pedir ayuda, pero todos me temían; juré no volver a usar el poder de la oscuridad. Ethan: Llevé a Amelia cerca del territorio de la manada para que los vampiros no nos siguieran, dijo que me esperará en lo que regreso a casa por unas cosas, me hizo muy feliz saber que acepta mi compañía, aunque tenga que estar controlando a Damus que está impaciente por hacerla suya, tengo que controlar mis impulsos, ella se asusta cada vez que me acercó y no quiero que sea así. Llegué a casa, pero solo esta mamá, mi padre está con el Alpha y mi hermano menor está en los entrenamientos. –¡Hijo! Que bueno verte –saludó mi madre. –Hola mamá –saludé dándole un abrazo. –Te extrañe mucho, ven aquí y cuéntame todo, que el Alpha nos habló para decirnos que habías encontrado a tu pareja –mencionó mi madre sentándose en una silla. –Si mamá, encontré a mi pareja, pero ahora solo vine por unas cosas porque debo regresar con ella –expliqué con una gran sonrisa, estar con Amelia me hace sentir así. –Mi cachorro está enamorado, está bien hijo pero quiero que la traigas a casa para conocerla –me ofreció mi madre. –Si mamá –subí a mi habitación para ir por ropa y zapatos, al bajar con una maleta para despedirme de mi madre, la encuentro en la cocina con unos contenedores con comida. –Cariño, llévate esta comida para el camino –extendió unos recipientes, siempre me da comida cada vez que puede. –Esta vez te la aceptare mamá –tomé la comida que nos servirá para el caminó. –Mi niño ha crecido tanto –tocó mi mejilla, ella siempre fue muy buena y cariñosa con nosotros. –Mamá, siempre estaré contigo –la abracé. –Hijo, quisiera que te quedarás conmigo siempre –respondió a mi abrazó. –Volveré mamá, lo prometo –me despedí, salí de casa y caminé de regreso con Amelia. Al llegar a la orilla del límite de la manada escuché una voz que me llamaba, una voz que ya conocía. –¡Ethan! –repitió. Debía apresurarme para llegar con Amelia o podía irse sin mí, comenzaba a confiar en mí y no quería perder esa confianza por ningún motivo. –Celia, ahora no puedo hablar contigo –me dí la vuelta cuando noté a la chica acercándose. Se detuvo un instante y me repasó con la mirada. –Entonces, es cierto –murmuró. No quería que se enterará de esta forma, quería hablar con ella cuando tuviera algo de tiempo y pudiera resolver mi situación con Amelia. Después de todo Celia y yo crecimos juntos, al no encontrar a nuestra pareja supongo que la desilusión nos unió, ella quería que nos unieramos, vivir juntos y tener una familia, estaba resignada a qué su pareja no existía, sin embargo yo le había dejado las cosas claras en un principio, no me uniría a nadie que no fuera mi pareja aún así no la encontrará, eso no cambiaría mi decisión. –Yo… no quería que te enterarás así –confesé –. Hablaría contigo en cuanto volviera, es solo que ahora es complicado. –Está bien –dió un paso atrás con una sonrisa triste –. Después de todo siempre tuviste razón. –Celia, no quiero dejarte así, pero tengo que irme ahora. Esto se me había complicado, no pensé que ella estuviera por aquí ahora, tenía que estar en la casa de la manada. –Te está esperando y lo entiendo –movió sus manos –Felicidades, Ethan. Se dió la vuelta y corrió en dirección contraria, aunque sea difícil para ella en este momento, no es nuestro destino estar juntos y ella siempre lo ha sabido, ahora tengo que llegar pronto con Amelia. Amelia: Salgo de mis pensamientos al escuchar un ruido en los árboles, un niño lobo sale de los árboles de cabello n***o, esbelto, de mi estatura, puedo ver en su rostro que aún es un pequeño. –Tu no eres de los nuestros –habló con un tono amenazador. –No estoy en tu territorio lobo, solo iba de paso –respondí. –No te creo. ¿Por qué tienes esa arma? pertenece a los nuestros –señaló la guadaña. –Eso no te interesa, mejor alejate no quiero hacerte daño –me levanté y tomé mis cosas, sé que dije que esperaría a Ethan, pero no pelearé con este niño, no sería justo. –Soy fuerte y puedo enfrentarte, ¿qué eres? –escupió. –No pelearé niño, regresa a tu manada y me iré –alce la voz, en todo caso usaría una de las hierbas que llevó, los lobos tienen un olfato muy sensible así que servirá para distraerlo mientras huyo. –No me iré hasta que me digas ¿por qué llevas el olor de uno de los nuestros? –preguntó. Mis ojos se abren ante la sorpresa de sus palabras, llevó el olor de Ethan, estuve demasiado tiempo con él, además quiere decir que por eso no se iba de mi lado. –Bien, si no te quitas del camino, no tendré otra opción –metí la mano en mi bolsa. –No te dejaré hacer nada –advirtió el niño lobo hacia mí, pero se detuvo cuando se escuchó un fuerte gruñido que también hizo que no me moviera. –No debes salir del territorio Nate –escuché la voz de Ethan que se acerca, su tono de voz es frío y firme, muy diferente al que conozco. –Disculpe señor Ethan, pero sentí una presencia extraña y decidí venir a ver –se inclinó, parece que Ethan es su líder. –Regresa a la manada y ya te dije que debes pensar antes de dejarte llevar por tus impulsos –ordenó Ethan soltando un gruñido y Nate se introdujo en el bosque. –Lamento haber tardado. ¿Estás bien? –preguntó Ethan acercándose a mi. –Aléjate de mí –di un paso atrás. Ethan se detuvo y parpadeó con extrañeza por mi hostilidad –. El chico dijo que llevo tu olor –escupí –, por eso no te alejas de mí, quieres que todos sepan que te pertenezco. Sabía que algo tramaba este chico, estar cerca de mí todo el tiempo, yo no le pertenezco a nadie, no soy de él, los lobos suelen ser muy posesivos así que debo dejar las cosas claras desde ahora. –No, llevas mi olor por la guadaña y porque te dormiste cerca de mí, no fue mi intención que pensaras otra cosa –respondió Ethan moviendo sus manos. –No te pertenezco, he estado sola siempre y solo porque dices que soy tu pareja, no estaré contigo –le aclaré. –Está bien, lo lamento, desde ahora mantendré mi distancia –levantó las manos en señal de rendición. Lo analice un instante, parece decir la verdad, bajé la guadaña y se la entregué, me di la vuelta y comencé a caminar, debo movilizarme antes de que anochezca, tengo que dejar de perder el tiempo con Ethan y sus tonterías. –¿Aún puedo acompañarte? –preguntó. Este chico es muy extraño, sigo sin entender ¿Por qué abandonaría todo lo bueno que tiene por venir conmigo? Volteó a verlo un momento, está ahí parado esperando mi respuesta… su compañía es agradable ¿Creo? –Es tu decisión, cachorro –respondí. Una sonrisa se formó en su rostro y me siguió. * Caminamos hasta el atardecer adentrándonos en el espeso bosque, debemos empezar a buscar un lugar donde quedarnos, trato de concentrarme, pero Ethan me distrae de vez en cuando con un comentario, es extraño tener a alguien contigo, tengo la sensación de tener que estar alerta para cuidar de los dos, el es un lobo… pero no sé si es fuerte. –Debemos buscar un lugar seguro antes de que anochezca –me detuve. Después de buscar un poco encontramos una pequeña cueva, bajamos nuestras pequeñas maletas y encendimos una pequeña fogata, por suerte la luz de la luna llena resplandecía en el cielo así que nos quedaremos aquí hasta el amanecer. –¿A dónde vamos? –preguntó. –No es seguro volver a mi cabaña, conozco otro lugar donde podremos quedarnos –respondí sacando unas botellas de agua, pertenecen al agua del río y me gustaría guardarlas para algún hechizo pero no puedo dejar al cachorro morir de sed; al dársela nuestras manos rozaron y unas imágenes pasan en mi mente. Visión: –Hijo, quisiera que te quedarás conmigo siempre –dice una mujer de cabello plateado abrazando a Ethan. –Volveré mamá, lo prometo –dice Ethan abrazando a la mujer. Fin de la visión. Lo sabía, tiene una familia y un hogar al cual volver. –No tenías que hacer eso –comenté. –¿Qué? ¿No tenía que beber esta agua? –dudó. –No tenías que abandonar a tu familia –le aclaré. –No los abandone –frunció el ceño. –Entiende que acompañarme significa miseria y desgracia –le advertí. Se lo he dicho varias veces y no entiendo porqué no se aleja antes de que algo le pase. –No lo he sen… –se detuvo y un gruñido salió de su boca, pude observar que los huesos de su cuerpo se movieron ligeramente. –¿Estás bien? –pregunté un poco angustiada. –Si, estoy bien –se tranquilizó. Recuerdo que es luna llena y este chico siempre ha estado en su forma humana conmigo, debe ser su lobo. –Es tu lobo, ¿quiere salir? –Cuestioné. –Estoy bien, Damus es un poco inquieto con la luna llena –intentó calmarse. –¿Por qué no te conviertes en tu lobo? –pregunté. –No es nada, solo no quiero asustarte –contestó. –No me asustare, no tienes porque esconder esa parte de ti –mencioné. Solo una vez en mi vida he visto a un lobo a la distancia, pero con todo lo que he vivido creo que ya nada me sorprende, además quiero dejarle claro que no soy frágil o temerosa; he luchado sola todos estos años y no necesito que nadie me proteja, no necesito ser salvada. –En ese caso, saldremos un momento –sonrió. Camino fuera de la cueva y escuché un crujido seguido de un largo aullido, admito que sentí un escalofrío en mi cuerpo, pero mi curiosidad fue más fuerte así que salí a ver si estaba cerca. Mis ojos se abren al ver a un gran lobo color azabache con ojos azul grisáceo frente a la cueva, es como si me estuviera esperando, sé que es Ethan, lo veo en sus ojos y de todo lo que habla comentó que su lobo es Damus, mi reacción es de asombro no de miedo, el lobo inclina su cabeza en mi dirección, así que me acerco despacio, extiendo mi mano para sentir su suave pelaje, me acerco aún más y no se de donde salen mis palabras. –Eres hermoso Damus –susurro cerca de su oreja, se acerca a mí pidiendo ser acariciado, recorrí con la palma de mi mano todo su pelaje, es tan suave y ligero, como un lobo puede ser tan tenebroso y tierno a la vez; no sé cuánto a pasado, pero no me canso de pasar mis manos por este bello lobo y él no se cansa de sentir mis caricias. Se levanta sobre sus patas e inclina su cabeza hacia el suelo, entiendo que quiere llevarme, así que me subo sobre su lomo, comienza a moverse; al principio me siento un poco insegura pero me sostengo fuerte, por alguna razón tengo la confianza que no me dejara caer, la brisa de la noche se siente en mi piel y su suave pelaje en mis manos, un sentimiento de paz y libertad me invaden; es una sensación indescriptible, siguió corriendo durante un tiempo hasta que se detuvo cerca de una laguna, baje de su lomo y lo observé que se acerca a tomar agua a la orilla de la laguna, me siento cerca de un árbol recostando mi espalda sobre el tronco mientras veo a Damus terminar de beber agua y coloca su cabeza sobre mi regazo. –Te gustan mis caricias, cachorro –suelto una leve risa por la forma en que me lo pide, siento la calidez de su cuerpo y la suavidad de su pelaje hasta que el sueño llega a mí.
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