Los tres jóvenes se sentaron a la mesa de la cocina para conversar. Lorena se sentía mucho más tranquila. Ella no lo sabía en ese momento, pero todo se debía al trabajo silencioso Chung-ho. Él no había dudado en hacer uso de sus habilidades para ayudarla. Lo había hecho de forma sutil, aunque por el peso y el dolor que ella cargaba en el alma, no había sido tan sencilla la tarea para él. Lograr equilibrar todas las emociones que la joven albergaba, le estaba costando un poco de trabajo. Lorena suspiró con pesar antes de comenzar a hablar. – Nunca creí que te volvería a ver… y menos en un sitio como este. – Igual yo –afirmó Minying con tristeza. – Las razones por la que están aquí… ¿tienen que ver con lo que ocurrió aquella vez? –preguntó la joven con melancolía. Se lim