En pleno diciembre, Mayrit tenía las temperaturas récord del invierno, llegando a menos un grado centígrado, Ámbar que no tenía ropa para el frío y sin abrigo, pronto pudo obtener uno regalado, al principio parecía una marginal de la calle, mucha gente creyó que ella pedía limosna, pero pronto, pudo pedir trabajo como empleada de limpieza en un edificio, la administradora se apiadó de ella, solo por ser época de invierno, la dejó limpiar los pasillos, las ventanas y las escaleras, y dormir en el pequeño cuarto de enseres. Ella padecía mucho frío, a veces ponía sus manos sobre la calefacción para calentarlas, pero no se rendía, no le pagaban un sueldo por eso, era suficiente con dejarla dormir, con los veinte dólares de Makya, aún podía comprar un pan duro por día, para comer —Hey, mujer,