Rita no podía creer lo que estaba escuchando, ella le preguntó.
_ ¿Qué has dicho?
_ Te he dado mi respuesta.
_ ¿De verdad te gustó?
_ Si.
Rita se inclinó hacia ella y la besó con suavidad. Asiel jadeó, perplejo, pero cerró los ojos y se dejó llevar, y sintió que algo estallaba en su pecho y que un extraño hormigueo recorría todo su cuerpo. Los labios de Rita acariciaron los suyos, con ternura, y cuando se separó de él le dijo.
_ Ahora ya no hay vuelta atrás.
Rita volvió a besarlo mientras se sentaba en su regazo, el contacto fue suave al principio, pero luego, como si necesitara más, se apoyó contra él y lo besó con ansiedad. Asiel tardó un instante en darse cuenta de que le estaba devolviendo el beso con la misma ansiedad que ella, que sus manos se estaban deslizando por su espa
