Misión
Rita y Daniel estaban practicando con la espada en el salón de entrenamiento, todos los que veían el enfrentamiento estaban asombrados por sus habilidades, Rita atacaba sin contemplación y Daniel esquivaba todos sus ataques, ambos estaban empapados de sudor pero ninguno quería dar por terminada la batalla y mientras peleaban Rita le dijo.
_ Oye ¿Por que no te das por vencido?, al final seré yo la que gane, no se para que seguir alargando lo inevitable.
_ Ja, en serio piensas que puedes ganarme, sigue soñando, la que debería darse por vencida eres tu.
_ Bueno, ya veremos quién será el último en quedar en pie.
Rita atacó con sus dos espadas gemelas haciendo que Daniel saliera volando por la fuerza que ella había usado, pero rápidamente se puso en pie.
_ Vaya, alguien parece estar cansado.
_ ¿Cansado yo?, qué va, estoy lleno de energía podría seguir peleando contigo durante todo el día y no me sentiría cansado.
_ Ya, pues no lo parece.
_ Rita deja de hablar y mueve tu espada.
Daniel arremato con su espada pero Rita la esquivo con gran facilidad y aunque él le decía que podía seguir así todo el día la verdad era que estaba tan cansado que apenas y podía levantar su espada, pero eso no pensaba decírselo ya que si lo hacía ella iba a seguir molestándolo por mucho tiempo, además todos en la sala de entrenamiento tenían puesta sus miradas en ellos.
Cuando Daniel sentía que no podía más y que las piernas le fallaban su instructor el maestro Garen entró en la sala y dijo.
_ Daniel, Rita a la oficina de la matriarca ahora.
Rita y Daniel se vieron el uno al otro preguntándose para que les estarían mandando a llamar, pero como el maestro Garen tenía muy mal carácter sabían que lo mejor era no preguntar, ambos dejaron sus espadas y salieron de la sala, mientras caminaban por el pasillo Rita le preguntó a Daniel.
_ ¿Crees que se hayan enterado de fuimos nosotros los que dejamos escapar a los caballos?
_ Espero que no, de lo contrario estaremos limpiando estiércol por un mes.
_ Esperemos que no sea eso.
_ Si, porque no quisiera estar limpiando estiércol por tu culpa.
_ ¡Por mi culpa dices!, si fuiste tú la que olvido cerrar la puerta al salir.
_ Eso fue porque tu insistías en salir a cabalgar durante la noche.
_ Pero tu también accediste a salir a dar un paseo.
_ Eso fue porque no parabas de molestar y al final terminé aceptando.
Cuando Rita y Daniel llegaron a la puerta de la oficina de la matriarca ninguno de los dos quería abrir la puerta, los dos se daban codazos y hacían señas para que el otro abriera la puerta, ellos estaban tan concentrados peleando entre ellos que no se dieron cuenta de que el maestro Garen estaba detrás de ellos viendo lo que hacían y les dijo.
_ Si no quieren que les patee el trasero más les vale que abran esa puerta ahora.
Al final ellos decidieron abrir juntos la puerta, al entrar la matriarca estaba con la cabeza agachada leyendo un libro y les dijo.
_ Tomen asiento.
Ellos hicieron lo que les dijo y la matriarca movió un mechón de su largo cabello n***o como la noche de su bello y pálido rostro, levantó la cabeza y les dijo.
_ ¿Saben porqué los he mandado a llamar?
Cuando la matriarca dijo eso inmediatamente ambos levantaron la cabeza y se señalaron el uno al otro y dijeron.
_ Es culpa de ella /el.
La matriarca levantó una de sus cejas y los miró detenidamente, ambos estaban nerviosos y se veían el uno al otro reprochadose por haberse delatado, pero como la matriarca no tenía tiempo que perder les dijo.
_ Ah, olvídenlo, los he mandado a llamar porque tengo un trabajo para ambos, así que quiero que se preparen y salgan a la ciudad de Bratis ahora mismo, luego hablaremos de lo que sea que hayan hecho.
_ Si...
_ Deben escoltar al hijo de un importante mercader y asegurarse de que no le pase nada, ¿Han entendido?
_ Si.
La matriarca les entregó una carta y les dijo.
_ Es todo lo que tienen que saber, ya pueden retirase.
_ Si.
Rita y Daniel salieron casi que corriendo antes de que la matriarca se arrepintiera y decidiera castigarlos, cerraron la puerta detrás de ellos de un golpe, la matriarca dio un largo suspiro y le dijo al maestro Garen.
_ ¿Cuando será el día que estos dos dejarán de pelear y me darán la noticia de que han empezado a salir?
_ Ellos aún son jóvenes matriarca, estoy seguro que con el tiempo ellos terminarán casándose.
_ Eso espero, Rita es una excelente guerrera y aunque Daniel diga que es mejor que ella yo se que no es verdad, desearía que este bruto hijo mío se diera cuenta de lo maravillosa que es Rita antes de que otro aparezca y se la quite.
_ No debería de preocuparse tanto matriarca, ellos han crecido juntos y por eso quizá no se vean como posible pareja del otro, pero tampoco hay muchos jóvenes de su edad en la aldea, estoy seguro que cuando llegue el momento de casarse ambos terminarán eligiéndose.
La matriarca dio un largo suspiro y dijo.
_ Eso espero, deseo que Rita me sustituya algún día.
_ Ella sin duda será una buena matriarca.
_ Si...
Cuando Rita y Daniel salieron del despacho de la matriarca los dos estaban tan contentos de poder salir de la aldea que se olvidaron de sus diferencias, ambos se fueron a preparar todo para su viaje y quedaron de encontrarse en la entrada después de una hora.
Cuando ambos estuvieron listos se encontraron enfrente de las puertas de la aldea, los dos iban vestidos con sus habituales ropas negras y le pidieron a Daxar quien era el encargado de abrir las puertas que los dejaran salir, Daxar era un hombre sumamente viejo y tenía la espalda encorvada, él abría las puertas sólo cuando la matriarca le enviaba por adelantado la confirmación de la salida de algún guerrero que fuera a alguna misión.
La entrada era fácil ya que para eso sólo debían tocar la puerta con su sangre pero nadie podía abandonar la aldea sin el permiso de la matriarca.
Como su salida ya había sido reportada Daxar les abrió la puerta y les deseo suerte en su misión.